Recio macho
alfa venido a la luz en Sevilla un 18 de noviembre de hace 48 años. Los nenes
suelen nacer con una mata de pelo en la cabeza que tiende a caerse con el paso
de los días, pero éste no era el caso del vigoroso Manolo Momparlet que nació
directamente con pelo en el pecho y su matorral no hacía más que desarrollarse
por todo el cuerpo de tal manera que su madre tuvo que afeitarle la barba en su
tercer día en el mundo y apenas se gastó dinero en pijamas en los primeros meses
de vida pues el niño tenía un sistema de autoabrigo digno de estudio de los
prestigiosos.
De gran
torrente de voz, de joven era aficionado al buen cante por rumbas y canciones
melódicas llenas de sentimiento con las que amenizaba a su cuadrilla siempre
acompañado de un buen potaje de garbanzos que degustaban con ganas mientras
escuchaban aquella maravilla vocal de la naturaleza pero cuando de verdad se
paraba el tiempo era cada 24 de diciembre en la Misa del Gallo cuando Momparlet
se arrancaba por villancicos en clave de bulerías y fandangos que hacían llorar
hasta a los mismísimos miembros de la familia
Montoya y que sin duda fueron influencia profunda en ese
disco imprescindible del cante navideño que es “De Utrera a
Belén”. Aquí tenemos un excepcional y exclusivo documento que acredita
que no exageramos ni un pelo.