Hoy
no hablaremos de verde y blanco y de rojo y blanco. Bueno, tal vez sí. Según
como cada uno quiere pintar y etiquetar a los ilustres jugadores con pasado
sevillista y bético, que escapándose del fútbol han decidido mostrar sus ideas
políticas. Quizá sirvan de guía para tan ajetreado año electoral.
SALVA
BALLESTA:
En
el campo se movía como delantero centro. Con buen hacer en sus años en 1ª y en
2ª, ya que fue pichichi en ambas categorías. Pasó por diversos equipos sin
dejar indiferente a nadie. También por el Écija en sus primeros pasos, como en
el Sevilla, anotando 15 goles en dos campañas que no evitaron el descenso.
Luego dio el salto a los banquillos. Pero su ideología acabó costándole el
puesto en Vigo, donde iba a ejercer de segundo entrenador de Abel Resino. Y es
que sí en el campo se movía por el centro, en política Salva caía bastante a la
derecha. Sin esconderse. No se mordía la lengua para hablar de la unidad de
España, para decir que “si hay algún vasco o catalán se tiene que joder, que
mire su DNI, puesto que es español” o en pleno 11-M y el Gobierno apuntando a
ETA sorprendió (o no) con un “Dadles 72 horas a quien hay que dárselas y veras
como esto se acaba rápido”. También se despachó a gusto contra el ex
barcelonista Oleguer, del que dijo que tenía más respeto a una caca de perro.