Diferentes
y muy variadas son las razones por las que un jugador puede no triunfar en su
estancia en Sevilla. No aclimatación a la ciudad, falta de calidad, lesiones,
mal feeling con el entrenador... Hoy
vamos a analizar dos de esas causas que vistos los precedentes conlleva al más
absoluto de los fracasos a la hora de ejercer la profesión de balompiedista en la ciudad, vistas la camiseta que vistas: Llamarse
Axel y ser belga.
Todos
recordamos a aquel mediocampista brasileño que en su día estuvo en la órbita del mismísimo Real Madrid al que
apodaban “La cobra” y que hoy en día se dedica a predicar la fe, inspirado a
buen seguro por nuestro buen amigo y fiel de esta casa el Párroco de Amate. Su paso por el Sevilla lo podríamos calificar de olvidable
si no de como mínimo intrascendente. Lo de ser belga pues tres cuartos de lo
mismo y en cualquiera de las aceras, muchas dudas en un par de partidos fue lo
único que ofreció Gaspercic en estancia en el Betis, y que decir
(aunque nos duela) de uno de los jugadores favoritos de esta página y cuya
camiseta tengo a bien portar gallardo mientras escribo estas palabras para ver
si me sirve como musa, nuestro querido Tom de Mul al que ni las lesiones ni Jesús Navas le
permitieron demostrar absolutamente nada más allá de aquel recordado gol al
Getafe.
Todo
esto viene a colación porque hoy vamos a hablarles del pionero de los belgas
que llegaron a la ciudad para jugar al fútbol profesionalmente: Axel Lawarée,
que como ya podrán adivinar por las pistas que le hemos ofrecido, con esa nacionalidad y ese nombre, su rendimiento
solo podía tener un destino: El fracaso más absoluto.
Nacida
en la bella localidad de Huy el 9 de octubre de 1973, Axel Lawarée era un
prometedor delantero que destacaba en las filas del Standard de Lieja y las
categorías inferiores de la selección belga cuando decidió aceptar irse cedido
un año al Sevilla FC, a pesar de que estuviera en segunda, para demostrar que
estaba preparado para una Liga tan exigente como la española pero su
rendimiento fue más propio de su ciudad natal (Mucho ¡Uy! y poco ¡gol!) que del
prometedor jugador del que nos hablaban sus referencias.
Llegó
Axel con su simpatía, su don de gentes, su alegría, sus ganas de vivir, su
entusiasmo, su tesón y con su esfuerzo y su humildad se ganó el corazón de
todos sus compañeros, sobre todo de Casagrande, Eboue, su tocayo Axel, Oulida, Lucio Wagner o Thetis, para los que más que un compañero era un amigo y un apoyo
importante dentro del vestuario. También el de Julián Rubio, que se dijo: “he
de rendirme a la evidencia. Lawarée ha de ser titular” y así fue. Lawaree
comenzó desde el inicio en la mayoría de partidos del inicio liguero de la
temporada 1997/98 al igual que el Sevilla a buen nivel e incluso dio sus
primeras muestras de su supuesta facilidad de cara a puerta en la jornada 3
marcando el tercer gol en la goleada que los sevillistas le endosaron al Jaén,
pero pronto un repentino bajón del que se suponía era el gallito de la
categoría supuso la destitución de Rubio y su estrella se fue apagando. Se
contrató a Vicente Miera, como nuevo técnico y seguía contando con él, pero ahora como
revulsivo y haciéndole partir en la mayoría de ocasiones desde el banquillo,
aun así seguía disputando minutos, situación que cambió radicalmente con la
llegada de Juan Carlos Álvarez en el banquillo tras la destitución del ex
seleccionador pasando al más absoluto de los ostracismos. Él no
se lo explicaba, luchaba como
un jabato por demostrar su valía, pero cada vez que se caía no
encontraba una mano amiga que le ayudara a levantarse. Desesperado, sin saber qué hacer y habiendo
cambiado su habitual sonrisa y su gesto amable por un semblante mucho
más serio y apagado solo vio un pequeño rayo de luz cuando una nueva
destitución de entrenador le llevaba a partir teóricamente de cero con la
llegada de uno nuevo, en este caso Fernando Castro Santos, pero el bigotudo
gallego tampoco confió en el belga, dándole eso si, al menos la posibilidad de
disputar sus últimos minutos como sevillista en la jornada 33. Al finalizar la
temporada el Sevilla hace balance de su rendimiento (12 partidos, 665 minutos y un gol) y decide que es
demasiado pobre como para intentar si quiera su fichaje, no haciendo efectiva
su cláusula de compra y dejándolo escapar para siempre. Si en aquel momento el
Sevilla FC hubiera tenido la suerte de contar con blogs como este que le
permitieran tener en cuenta estos pequeños detalles como el que le comentábamos
al principio, a buen seguro se hubiera ahorrado una ficha en aquella fatídica
temporada 97/98.
Tras
su paso por el club hispalense lo cierto es que a Lawarée no le fue del todo
mal. En el hoy desaparecido Royal
Excelsior Mouscron volvió a encontrarse con su instinto goleador, lo que le
valió su fichaje con el SC Bregenz donde se proclamó
máximo goleador de la liga austriaca en 2003 llegando incluso a especularse su posible paso al
Atlético de Madrid. Finalmente fichó por uno de los grandes de su país del fútbol austriaco, el Rapid de Viena logrando el título liguero al que colaboró con goles y buen juego y
participando en la Liga de Campeones en lo que fue un punto negativo de
inflexión en su rendimiento. Ya no era el mismo, había perdido la magia de cara
el gol e incluso su puesto en el once, lo que le llevó a emigrar al fútbol
alemán, concretamente al Fortuna
de Düsseldorf, por aquel entonces en segunda donde aportó su granito de arena
para lograr el ansiado ascenso. Con 36 años y su participación relegada solo a
momentos puntuales, Axel ficha por el TuS Bösinghoven donde pelotea unos
cuantos partidos y de ahí pasa en 2011 al RFC Hannut, en el que a sus 39 años aun sigue dando
muestras de su instinto depredador en el área, instinto que en absoluto demostró
en su paso por la capital hispalense, lo que no fue motivo para que guarde un
mal recuerdo de la ciudad y del equipo, al contrario, guarda como oro en paño las camisetas que sudó (moderadamente) junto a sus
compañeros. La afición tampoco le olvidó y cuenta incluso con aficionados que orgullosos muestran al mundo balones firmados por este pionero de los belgas en
Sevilla. El precio de esta preciada reliquia: incalculable.
Gracias a @NanoCarmona por proporcionarnos la fantástica foto de Axel Lawarée que preside la entrada.
ResponderEliminarSolo un comentario: la capital de Belgica es Bruselas y la de Austria Viena. Por lo que si Axel es belga y el Rapid de Viena austriaco, el Rapid no es un "grande" de su pais, Belgica, sino del pais en el que en ese momento jugaba Axel, Austria.
ResponderEliminarPues ciertamente Anónimo, tiene usted más razón que un santo. Fallo al redactar que ya ha sido convenientemente corregido, aunque el Rapid de Viena es un grande en Austria, en Bélgica y en Burkina Faso, eso no podrá discutirmelo. Gracias por el aviso ;-)
ResponderEliminarMe alegro que siga usted comentando en este blog después del homenaje que le dimos en la pasada entrada!!
Se le recibe y agradece el agradecimiento Sr. RR. La verdad es k el anterior comentario fue mi 1a aportacion, y seguro no la ultima, a este melancolico blog, x lo k comparto el pasado homenaje con todos los fans anonimos. Gracias a ustedes x tener un blog tan entretenido y curioso. Un abrazo de un no sevillista ni betico ni andaluz.
EliminarImperdonable no mencionar el cántico con música de "Alabaré a mi señor" que cambiaba a "A-Lawaree mete ya un gol". Uno de los cánticos dedicados a un futbolista más cachondos de la historia.
ResponderEliminar¿El equipo de Huy se llama Huy F.C.? ¿Dicen los comentaristas deportivos cosas como "Gol del Huy" o "Huy del Huy"?
"Moderadamente" xxxxxxD.
Me has dado el día. No sabía que el Mouscron había desaparecido.
Hay que hacerse con ese balón firmado.
Coño, a mi lo del cántico ese ni me suena José, la verdad...
ResponderEliminarA ver si alguien que tuviera a bien cantárselo en alguna ocasión nos lo confirma
La de juego que hubiera dado este individuo de haber jugado en ese lamentable Atleti de principios de siglo...
ResponderEliminarPD: estaré el miércoles en Nervión para animar al SFC. Espero no tener problema pa retirar la entrada con DNI en cualquier taquilla. Saludos!
Queridos Hermanos: ando ocupado estos días, supongo que no es necesario que hable más, pero tengo mis opciones...
ResponderEliminarEn fin, yo propongo la creación de la Peña Never Axels, para así no olvidar la importancia de un nombre a la hora de no fichar.
Lawaree fue uno de mis ídolos, siempre tenía la duda de por qué era tan malo, si por su nombre o por su nacionalidad. Creo que era uno de los ídolos de De Mul.
ResponderEliminarDe Bélgica su cerveza pero por favor no sus furgolistas que no tienen ni rock, ni rollo ni swing!!
ResponderEliminarUn chaval mu güena gente. Fui su profe de español unos meses. Qué recuerdos...
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