JOSÉ MARÍA SÁNCHEZ GUERRA, "JOB"

El 2 de Enero de 1957 la señora Guerra llegó a su casa exultante de alegría y loca por darle la noticia a su marido. Estaba embarazada. Todo fueron algarabías en la casa, seguidos por cuidados para la buena mujer, para que no hubiera ningún problema durante el embarazo.

Los meses pasaban y la barriga de la señora Guerra no crecía. Marido y mujer fueron al ginecólogo muy preocupados, pero éste les tranquilizó.

-No se preocupen, el embarazo va bien, únicamente que el feto se está desarrollando a un ritmo algo más lento de lo normal. Se lo está tomando con calma.

Finalmente, el 6 de Septiembre de 1959, en Badajoz, José María Sánchez Guerra vino al mundo, y ya desde muy pequeño fue apodado “Job”, por la paciencia con la que se había tomado su gestación.

Muchos padres sufren cuando sus retoños recién nacidos empiezan a llorar por las noches. La familia Sánchez Guerra no tenía ese problema. Job emitía un pequeño “Bua” y el siguiente no se oía hasta dos horas y media después. Cuando lloraba cada lágrima tardaba treinta y cinco minutos en alcanzar la comisura de los labios, y un biberón podía durarle al chiquillo entre seis y siete horas.

Pasaron los años y Job llegó al colegio. Aunque entraba a las ocho y media de la mañana tenía que levantarse a las dos y media. Para no tener que madrugar tanto la familia se mudó al edificio de enfrente del colegio, de esta forma sólo tenían que levantarse a las cuatro.

De cualquier forma, al chiquillo no le iban bien los estudios. Faltaba mucho a clase porque la leche del desayuno se le agriaba mientras la bebía y, claro, enfermaba. Las clases también se las tomaba a su ritmo, y con 15 años aún andaba con el Micho Volumen 2.

Visto lo visto había que buscar una alternativa para que Job pudiera ganarse la vida, y esa alternativa fue el fútbol, pasando a formar parte de las categorías inferiores del Badajoz, ocupando el puesto de lateral derecho.

Su buen hacer defensivo hizo que muchos equipos de primera categoría se interesaran por él. Ofensivamente era diferente. Tardaba demasiado en llegar a la portería contraria.

En 1979 el Español se hace con sus servicios, llegando a Barcelona a tiempo para disputar la temporada 1981-82, haciéndose pronto con la titularidad. Un día tardó tanto en llegar al área rival que cuando la alcanzó era el partido de la semana anterior, marcó el gol y el Español ganó un partido que sólo había empatado, permitiendo un salto inesperado de los periquitos en la clasificación y el cabreo de un montón de quinielistas que habían tirado el boleto de la semana anterior a la basura. Esa capacidad para ganar partidos desafiando el continuo espacio-tiempo le permitió ser titular durante varias temporadas en el conjunto de Sarriá, protagonizando momentos que han pasado a la historia del fútbol español, hasta que en la temporada 1987-88, Javier Clemente le dice que su ritmo de juego es demasiado elevado y apenas cuenta con él.

Sus rifirrafes con Clemente le llevan a querer buscar una salida. Pese a que Azkargorta le quiere para el Sevilla, ya que lo conoce de su etapa españolista, el jugador que acaban fichando los nervionenses es Diego, así que Job acaba en el Betis para sustituir al tinerfeño, siendo presentado junto a otros grandes nombres que le darían lustre a la camiseta de las trece barras.

Tanto lustre dieron que el Betis se fue a Segunda al acabar aquella campaña tras perder la promoción frente al Tenerife. Job fue el lateral derecho titular de aquel desastre, y la temporada siguiente, que devolvería al Betis a la máxima categoría, apenas participó en 13 partidos. En Noviembre de 1990, tras un pequeño contencioso, dejaría la disciplina verdiblanca.

Posteriormente ha iniciado una modesta carrera como entrenador. Lo tiene todo planificado para a corto plazo, temporada 2068-69, hacer su debut en Primera.