Solo
D10S o en su detrimento alguien
muy crack serían capaces de vacilarle en toda su puta jeta de esta manera tan
acojonante a cada uno de los 150 kilos que conforman a Jesús Gil (y hablo en
presente porque ¿saben aquellos rumores que había de que Gil estaba en una isla
caribeña con Elvis, Marilyn, Kennedy y algún otro más? Pues son ciertos, están
confirmados) porque Gil era muy pero que muy cabronazo y si como te cruzara
con la mirada era un hijo de puta de lo más temible. Que se lo pregunten cómo
se las gastaba el
dueño de Imperioso al pobre “Tren”
Valencia, que tuvo que salir del estadio por la ventanilla del vestuario
para que no lo encontrara su presidente tras un partido contra el Logroñés. Pero
eso sí, de tonto no tenía un pelo y como buen padrino del lado más oscuro de los bajos fondos, si sabía que podía
sacar algo de ti, no tenía reparos de ponerse en pompa si era necesario. Ya te la
devolvería en un futuro.
Algo
querría de Maradona
cuando reaccionó con esa estupenda sonrisa a la vacilada del astro argentino
que, sabiendo que se iba a reunir con él, no tuvo otra idea que ir a la planta
tercera de El Corte Inglés (moda infantil), buscar la sección de “Complementos para que su niño salga guapo en el programa de Juan
y Medio”, buscar las corbatas y elegir la del Tío Gilito. Porque claro,
de Gil… Gilito. Ya puestos y de perdidos al río, lo suyo hubiera sido que al
encontrarse le saludara con un “Hola, Jesús Gil… y pollas” acompañado de una
sonora carcajada como queriendo remarcar la evidencia de la broma. Quizás por
eso se reía Hristo Stoichkov, porque debajo de la camisa llevaba una camiseta
con eso escrito, vayan ustedes a saber.
Lo
que sí parece evidente es que El Pelusa tenía que tener muy claro que algo
buscaba Gil de él cuando se permitió semejante pasote con el rey de los jacuzzis
(no se pierdan el video del enlace) ¿el teléfono del capo de la Camorra? Yo no
lo descartaría…
1 comentario:
Gil en una isla desierta disfrutando de refrescante agua de coco y Del Nido y Julián Muñoz en la cárcel por la Operación Malaya... pobres ilusos que pretendieron hacerle sombra a don Jesús y que maravilla como se quitó de en medio el gordo en el momento justo.
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