Llevaba
varios años escuchando esta historia, pues sois muchos los que nos la habéis comentado
alguna vez pero siempre había sido difícil encontrar información. Hace escasos
días, un amigo (¡gracias Curro!), al que se lo comenté de pasada, me dijo que le
sonaba de haberla escuchada en su barrio. Al par de días me llamó para decirme
que lo había encontrado. Tenía delante al aficionado que durante unos minutos
cumplió el sueño de cualquier hincha. Se llamaba
José Ramón y estaba dispuesto a contarnos su historia. No quería que me
tangaran y que se tratara de un impostor, así que le mandé un whatsapp con una
pregunta que solo el verdadero aficionado sabría contestarme. “Hola José Ramón,
soy Rinati de Colussos vs Kukletas. Por favor podrías responderme a una
pregunta: ¿A qué jugador sustituiste?” en apenas unos segundos tenía la
respuesta “A
Dabo, la perla negra” ¡Sí! ¡Lo tenía!.
José Ramón Morrillo, un propietario de una furgoneta que se
dedicaba al reparto, fue la envidia de todo su barrio al enfundarse la camiseta
del Sevilla FC y jugar unos minutos junto a sus ídolos en un amistoso jugado en
Conil. Juan Ramón seguía con asiduidad al equipo en los partidos fuera de casa desde
que tenía 15 años y
aprovechó los últimos días de sus vacaciones para alquilar una casa en el
pueblo gaditano durante una semana de septiembre y así acudir al amistoso homenaje a Roberto
Alés que el día 8 se jugaría contra el equipo local. Nuestro protagonista solía viajar
con dos amigos, Paco y Blas, al que todos conocían como el gordo Blas, que junto a sus respectivas parejas decidieron
también compartir el alquiler de la casa aquella semana.
Para el
Sevilla era un amistoso más, para el Conil CF, por aquel entonces en Tercera,
era toda una oportunidad de medirse a uno de los gallitos de la Primera
División. Así lo recuerda su defensa Juan María: “Había un gran ambiente en el
campo, por lo menos 1500 o 2000 personas. Cuando nosotros jugamos normalmente
no hay más de 500. El Sevilla vino con un gran equipo, estaban Luis Fabiano,
Kanouté, Cáceres, Fernando Navarro…”
José
Ramón, su novia, el Gordo Blas y Paco acudieron al partido. Estaban junto a los aficionados visitantes, apoyados sobre una pequeña
valla, cuando Tevenet
(segundo entrenador del Sevilla en
aquellos entonces) les saludó justo después de salir del vestuario pues le sonaba sus caras de otros desplazamientos. "Tevenet
no tenía prejuicios, le gustaba hablar
con la gente", aclara José Ramón. Durante la primera parte, todo surgió
bajo el guión esperado. "Dabo
estaba frente a nosotros, marcado por un chico pequeño del Conil. En un momento
dado se cayó de culo y le grité: 'Daaaabooo que eres muy malo y muy inútil, no
vales para nada. ¡Levántate, joder!". De hecho, José Ramón la tomó con él aun
cabreado por la penosa actuación del franco-senegalés en la previa de la
Champions contra el Braga que supuso la eliminación del Sevilla un par de semanas antes y
no paró de incordiarlo durante los primeros 45 minutos. Antonio Álvarez,
también tiene fresco el recuerdo de aquel partido: "Había un tipo al lado
del banquillo. Soltaba lindezas del tipo: '¿Qué gracia tiene ir a ver partidos
para ver a inútiles como Dabo?' Resulta que hice todos los cambios que traía al
descanso, el árbitro hizo sonar su silbato y solo estaba en el banquillo Palop. Cuando justo después de
comenzar la segunda parte Dabo se lesionó, me dirigí al aficionado y le dije: '¿Juegas igual que hablas?'. Le hice
saltar al campo. Sólo por ver", razona el ex técnico sevillista.
El
resto del relato ya forma parte de la historia del fútbol español: "Salté
la barrera y Tevenet me condujo por el túnel. '¿Cómo te llamas, chaval?', me
preguntó. José Ramón, contesté. '¿Y qué número calzas?". Mientras el
utilero le buscaba las botas, la camiseta y el resto del equipaje, Antonio
Álvarez estaba sentado junto a Javi Navarro. "Cuando nos levantamos, Javi
me dio una palmadita en la espalda. Llegamos al final del túnel y todavía
pensaba que Tevenet se estaba cachondeando de mí. Pensaba que no iba a entrar o
que quizá lo haría dos minutos, para cachondearse de mí", comenta. Le
preguntaron que en qué posición jugaba y él les comentó que como defensa, pero
que para una vez que iba a jugar con el Sevilla le dejaran jugar de delantero. Sus amigos y su novia
simplemente alucinaban y por supuesto ni remotamente creían que Joserra fuera a jugar de verdad
Hernández
Rojas, colegiado de aquel encuentro, recuerda muy bien aquel momento: “Durante
la primera parte un aficionado no había parado de meterse con Dabo. No había
mucha gente y se escuchaba bastante bien cada vez que éste cogía la pelota el
hincha le gritaba… aunque yo no creo que le entendiera demasiado bien. Al
comenzar la segunda parte veo que aquel aficionado está en la banda vestido de
corto y pensé ¿Pero qué demonios? Aunque me concentré en mi trabajo, no le
hice demasiado caso y pensé que me confundía, aun así, si te soy sincero, me
pareció que aquel chaval no tenía mucha pinta de profesional”
Dado
que el Sevilla iba plagado de canteranos y José Ramón mantenía una buena forma,
pocos fueron los que advirtieron que aquel futbolista
era en realidad un aficionado. El chico de megafonía que anunciaba los
cambios se acercó a Monchi,
que estaba en el palco, para preguntarle: “Oye Monchi, ¿Ese que acaba de salir
quién es que no me suena?” El director deportivo que sabía perfectamente lo que
estaba pasando pues había seguido la secuencia completa del suceso le contestó
con guasa “¿Es qué no has visto el Mundial? ¡Es el esloveno Atunev! Es una gran promesa de su país y lo tenemos
a prueba durante estas semanas”. El chaval solo acertó a responder “Atunev… ah,
sí, sí… me suena, por supuesto… qué gran ojo tienes, Monchi. Fantástico fichaje”
volviendo a su sitio de inmediato y anunciando el cambio de Dabo... ¡¡por la “gran
promesa eslovena Atunev”!!.
Juan
María, el defensor del Conil, también advirtió algo raro: ‘Creí que se trataba
de un cambio más, pero al ver la reacción de la gente vi que pasaba algo raro.
No tenía pinta de jugador pero había una parte del público que le aplaudía a
rabiar. Sinceramente no parecía un futbolista del nivel del Sevilla, pero le
echaba muchas ganas. Pensé que quizás sería un canterano. Cuando tocó el balón
un par de veces vi que no lo hacía del todo mal y no volví a fijarme mucho, la
verdad’
Tras un pitido estridente, en el minuto 13 de la segunda
parte, el Sevilla FC hace debutar a un aficionado. En ese momento son muy pocos
los que conocen el secreto. "No salí del área del Conil", sonríe José
Ramón. "Jugaba en el extremo izquierdo, por delante de Fernando Navarro, y
estábamos enganchados a la portería rival. Todo iba jodidamente rápido. De
golpe todo un campeón de la Eurocopa
gritó mi nombre: '¡José Ramón!' Joder, no me lo podía creer. Hizo un cambio
de juego y el balón aterrizó en mis pies", detalla. El héroe accidental
estaba en estado de shock: "Intentaba aparentar cierta calma, pero las
piernas me temblaban. ¡Joder, estaba jugando con el Sevilla! La adrenalina me
hacía correr y estaba hiper inquieto por miedo a cagarla. Hice algunos pases
cortos con Renato y José
Carlos para no arriesgar demasiado. Dentro del campo se notaba que eran
unos futbolistas de la hostia".
Única foto que existe de José Ramón en aquel partido. |
Como si
de un guión de película se tratase, todo transcurrió con apariencia de cierta normalidad hasta que llegó el momento que sublima el sueño prohibido de todo
aficionado: "La bola circulaba a toda velocidad y, sin saber muy bien
cómo, apareció en mis pies. Un control algo torpe y, de golpe, estaba dentro
del área, muy cerca de la portería...". Estadio José Antonio Pérez Ureba,
Minuto 71. Un modesto transportista de Sevilla Este se convierte en leyenda.
"El portero del Conil se abalanzó hacia mi derecha y entonces
disparé", concede José Ramón mientras levanta los hombros. "Chuté
como cualquiera podía haberlo hecho. Le di de rosca al palo largo", narra.
Lejos del alcance de la estirada del
guardameta local, la pelota se cuela baja junto al palo. José Ramón Morrillo se giró y levantó un brazo incrédulo mientras que, en la banda, Antonio Álvarez
miraba al cielo y sus amigos se abrazaban saltando y chillando. "El tiempo
se detuvo, fue el momento más bonito de mi vida", concluye. Rodri y Negredo,
que llevaban unos minutos intentando marcar, no daban crédito. "Tras el gol
estaba completamente vacío. Era demasiado. Durante
el primer tiempo me había fumado
medio paquete, merendado un bocadillo de chicharrones y bebido algunas cervezas.
Iba tocado", admite.
Con el
pitido final y la victoria 1-4 del Sevilla, el sueño finalizó como había empezado, fugazmente. El utillero le arrebató la camiseta sudada y, media
hora más tarde, José Ramón volvía a estar en el coche, junto a sus amigos y a
su novia, de regreso a la autopista de la realidad. Aquellos minutos cambiaron
la vida de José Ramón Morrillo, pero también la de Antonio Álvarez que, como
aficionado que fue, coincidió en que recordó todos aquellos años en los que
soñaba que algo parecido le pasara. "No quería poner a aquel aficionado en
ridículo, esperaba sinceramente que supiese jugar bien.", admite. Respecto
a José Ramón, pasó a ser un mito pero tan solo en los bares de su barrio pues
al día siguiente no salió nada en los periódicos. ‘Resulta que el Sevilla pidió
a los periodistas presentes que pusieran que Dabo había sido sustituido por Konko
(que ni siquiera estaba convocado) para evitar sanciones. La gente no se creía
la historia a pesar de los testigos y la foto que me hicieron’, aun así, su experiencia
le dio la confianza suficiente como para creer en sí mismo y fundar su propia
compañía de transporte en plena crisis, que hoy en día aun tiene una creciente
actividad.
Hoy, José
Ramón todavía sigue al Sevilla, tanto en casa como fuera. Y mientras acaricia
su cráneo rasurado, concede un último secreto: "Lo cierto es que me anularon aquel gol. Estaba en fuera de
juego. Corrí hasta el árbitro y le dije: 'Cabrón, has roto mi sueño, aunque después de tanto tiempo no me importa.
El fuera de juego fue por muy poco. No arruinó mi gran momento" confiesa
con una gran sonrisa.
9 comentarios:
Me recuerda tanto a la historia de Tittyshev... es más, ¡es calcada a esa historia!
@FootballGaffesGalore: ¡¡Casualidad absoluta, amigo!! ;-)
Coño se parece a Navas.
Buena inocentada!! Inspirada en un caso real
No me lo creo.
Fue un aficionado con el West Ham United jugando un partido de pretemporada en Oxford.
Totalmente deacuerdo, el gran goleador búlgaro, jjj, eso no pasó nunca en el Sevilla
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