JESUS MORA NIETO “JESULI”

Aquí lo tienen. Es él. Melena rizada y los caracolillos al viento, se eleva hasta los cielos como si de un Cid Campeador, después de ganar una épica batalla, se tratara y alza su espada en forma de copa anunciando su victoria. Es el 10 de mayo de 2006 y  Jesuli ha llegado al techo de su carrera deportiva. Jesuli es campeón. ¿Pero en qué clase de heróicas gestas ha tenido que participar para llegar a este épico e inolvidable momento? Retrocedamos para conocer la respuesta unos años 28 años.

El 24 de enero de 1978 nace en el sevillano barrio de Torreblanca Jesús Mora Nieto, al que desde niño todos conocerían como “Jesuli”. Su apariencia  le hacía parecer uno de los destinatarios de la recaudación  huchas del Domund con destino a “los niños de Torreblanca” con los que el resto de la ciudad intentaba ayudar al barrio en los noventa, pero aquel canijillo con una pelota era el típico jugador escurridizo y lagartijo de imprevisibles movimientos que con una gran calidad se zafaba de los contrarios con el cuero pegado al pie. Lo que se viene llamando un futbolista de la calle.

No tardó en pertenecer a un equipo de los buenos, de estos que visten a todos los jugadores con las mismas camisetas, calzonas y calcetines y luego a uno de los pro, el Sevilla FC, que lo incorporaba a sus categorías inferiores convirtiéndose en una de las grandes promesas de la carretera de Utrera, culminando su aprendizaje con la consecución de la Copa de Juveniles en aquel equipo donde destacaban los Marchena, Campano, Paco Mije, Cañas o Manuel Ángel y debutando con tan solo 18 años con un descendido primer equipo en la penúltima jornada de la temporada 96/97.

Al año siguiente parte como jugador del filial pero pronto se hace un hueco definitivo con los mayores convirtiéndose en uno de los jugadores importantes del equipo, que si bien no consigue ascender a las primeras de cambio, sí lo haría al año siguiente. En primera división Jesuli se consagra siendo una de las escasas alegrías de un Sevilla hundido económica y deportivamente que vuelve a segunda tras una desastrosa campaña. Muchos eran los equipos que se interesaron por él y mucha la necesidad del Sevilla de vender a sus activos más valiosos,  por lo que pronto llega a un acuerdo con el Celta de Vigo que pagó mil millones de pesetas por la perla de la cantera sevillista.

En Vigo fue presentado con expectación, en la grada un chavalín asiste ojiplático a los primeros momentos del de Torreblanca con la camiseta celeste. Existe una conexión especial entre ellos y ese pequeño aficionado ya tiene decidido quién va a ser su ídolo a partir de ese preciso momento forever and ever. Jesuli  tarda en arrancar, sus apariciones son demasiado irregulares y hay quien recela de su contratación, pero el pequeño nunca desconfió de su nuevo jugador favorito y cuando los demás le silbaban él le aplaudía a rabiar. El de Torreblanca logró devolverle esa confianza a base de buenas actuaciones y de golazos, la afición empezaba a compararlo con Mijatovic,  se convertía en abanderado de los jugadores españoles  cuando se rebautizó a sí mismo como Jesulinho para reivindicar irónicamente al jugador patrio y no eran pocos los que reclamaban su inclusión en la selección dirigida por Jose Antonio Carabollo. 

La buena campaña del Celta le valió la clasificación para la Champions donde Jesuli encontraría su sitio junto a los más grandes, todo parecía ir sobre ruedas, la afición vibraba con su nuevo ídolo y nuestro joven coprotagonista llenaba su cuarto de posters y fotos de Jesulinho y no paraba hasta imitar cada uno de sus regates y movimientos, pero un bajón en el rendimiento de nuestro protagonista cuando mejor estaba y un rendimiento cada vez más irregular e intermitente no le permitieron explotar como de él se esperaba y su participación fue decayendo por lo que  tras cuatro temporadas en Vigo (la última de las cuales acaba con el Celta en segunda) el Sevilla volvió a llamar a su puerta y Jesuli se fue de Vigo dejando a aquel chiquillo sin ídolo y con una sensación de melancolía y vacío en su alma que solo llenaba con dulces baladas de rocksteady. 

Joaquín Caparrós, que era un enamorado del juego del Canijo y tan solo lo pudo disfrutar unos escasos días en la pretemporada de su primer año como entrenador sevillista, confiaba en sacar todas las virtudes que atesoraba el de Torreblanca así que convenció a sus superiores de su contratación y tras una duras negociaciones y previo pago de cuatro millones de euros Jesuli se convertía en el abanderado de una “operación retorno” que había comenzado Carlitos y Fernando Sales. La afición se ilusionó con la vuelta del hijo pródigo y se olvidó de inmediato la espantá de Van Persie que dejó a Monchi colgado en un hotel esperando para firmar con el Sevilla para irse al Arsenal. ¿Qué importaba eso si Jesuli había vuelto al Pizjuán?

A pesar de que partía como titular indiscutible en banda izquierda y comenzó marcando en UEFA, las lesiones fueron lastrando el primer año tras su vuelta a Nervión en los que llegó a jugar 24 partidos pero sin dar el nivel que de él se esperaba. Entre las operaciones de tobillos y un conformismo innegable que viraba a pasotismo absoluto le fueron sacando no solo de las alineaciones sino también de las convocatorias con la llegada de Juande Ramos, motivo por el cual se va cedido a la Real Sociedad en enero de 2007. Una vez terminada su cesión se le insta a buscar equipo pues el míster lo descarta y se le deja sin ficha pero no es hasta el último día del mercado invernal cuando se le consigue acomodo de nuevo como cedido, esta vez en  el Tenerife, donde apenas goza de oportunidades.

Sin hueco en el Sevilla, ante la falta de ofertas y con la garantía de tener un año más firmado de contrato, Jesuli se entrenaba con el Sevilla Atlético a la espera de solucionar su futuro justo cuando se convierte en protagonista de una acusación de compra de partidos que lo pone en el ojo del huracán de los medios informativos españoles convirtiéndose en la diana perfecta para varios de varios frentes (afición de la Real Sociedad, jugadores del Tenerife…) que le atizaron sin parar y que a la postre retiró al canijo de Torreblanca de la práctica profesional del fútbol… pero hubo alguien que nunca desconfió de él.

Si amigos, si. Nuestro  preciado chavalín que observaba con los ojos bien abiertos a nuestro protagonista durante su presentación no le había vuelto la cara cuando se fue de su Celta y continúo siguiendo las aventuras y desventuras de su jugador favorito, Jesuli no había dejado de ser su ídolo y nunca lo dejaría de ser y esta vez no iba a ser una excepción por lo que se partía la cara con cualquiera que dijera que Jesuli se había vendido. Con los años aquel chaval fue creciendo y un día dio a parar con Amigos de Colusso vs Amigos de Kukleta y decidió que reivindicaría la figura de su ídolo con comentarios exigiendo su aparición en la web “¡Post de Jesuli ya! ¡Post de Jesuli ya!” repetía incesante. ¿Qué podíamos hacer los rectores de esta casa más que prometerle que algún día lo sacaríamos? Pues consumar nuestra promesa y no solo eso, sino que además esta entrada va dedicada exclusivamente a él. Esperamos que cumpla sus expectativas ¡Va por ti amigo doRCCV!