Buenas
y elegantes tardes.
Seguro
que a más de un lector le chirriará el título de esta entrada pues nuestras
últimas informaciones (y así
se analizó convenientemente en su momento) eran que Rafa Paz, al menos hasta
el día de hoy, seguía calvo. No se asusten, no es que el carismático y poco dado
a las excentricidades ex centrocampista del Sevilla haya decidido sacar su lado
más loco y haya apostado por darle una oportunidad a las más vanguardistas
técnicas de recuperación del cabello. A su edad suponemos que es algo que no
debe preocuparle en exceso y por más que a muchos nos pueda divertir hacer un
ejercicio de imaginación y conjeturar con la idea de ver a un Rafa Paz al más
puro estilo Andre
Agassi en sus inicios (que por cierto calzó pelucón en su día al no saber llevar la
incipiente calvicie con dignidad) con cinta deportiva y todo o imaginárnoslo
con un pelazo digno de la estrella del rock más hortera de los ochenta, lo
cierto es que a día de hoy don Rafael Paz Marín es un señor
de cincuenta años normal y corriente, con su hipoteca a punto de finalizar
y preocupado si el colesterol le sube a más de doscientos pues el Danacol le da
arcadas de lo malísimo que está.
¿Entonces
a que viene el título de esta entrada? Pues verán amigos, con la edad uno tiene
a aceptarse a sí mismo, con sus virtudes y sus defectos pero en la juventud, el
espíritu rebelde e indomable que yace en cada uno de nosotros no siempre
permite estar conforme con lo que nos rodea y el de la Puebla de Don Fabrique
no fue una excepción, tal y como desveló en
una entrevista reciente Don Carlos Salvador Bilardo.
Corría
el verano de 1992 y los jugadores del Sevilla ya empezaban a darse cuenta de
cómo se las gastaba el argentino. Rafa Paz llevaba tiempo mascullando el hacerse
un trasplante de pelo (ojo que hablamos de 1992) y pensó que lo mejor era
esperar a que acabara la temporada, así que una vez finalizada simplemente
reservó el quirófano y lo hizo, claro que sí (no lo compartimos pero lo
apoyamos ¡qué coño! ¡Qué es Rafa Paz!). Los doctores le dijeron que en poco
tiempo estaría todo perfecto pero su experiencia, finalmente, no fue tan
gratificante y tan color de rosa como le había contado. Comenzó la pretemporada
y habría pasado un mes y medio de lo del pelo, pero él continuaba aún con algunas
molestias de los pinchazos en la cabeza. El nuevo entrenador exigía cada día
más a sus pupilos y el bueno del granadino, con el dolor, nunca le daba de
cabeza al balón. Hubo algún momento en que incluso tuvo que parar la pelota con
la mano pues, según ha relatado, no le daba con la cabeza ni loco de lo que le
dolía. A los dos días Bilardo le llamó a filas y le espetó: “¿Qué le pasa a usted en la cabeza?” y
Rafa Paz tuvo que confesar y explicarle que se había hecho un injerto de pelo y
que le dolía mucho. Supongo que no será difícil imaginar la cara que puso el
argentino, que acto seguido empezó a gritar: “¡¡No me lo puedo creer!! Esto es lo último que me quedaba por ver en
el fútbol” mientras el resto de sus compañeros se meaban de risa y se
revolcaban por el suelo ante lo insólito de la situación.
Así
que sí. Rafa Paz lo hizo. Nosotros pensábamos que era un asceta, alguien impertérrito
e incorruptible pero durante un periodo de su vida sucumbió a los dictados de
la moda y quiso dejar de lado su característica física quizás más reconocible y
(visto los resultados) tirar una a buen seguro importante cantidad de dinero
directamente a la basura. Eso sí, aprendió la lección y nunca más volvió a
intentar ser quien realmente no era. ¿Para qué Rafa Paz? ¿Para qué? Otros muchos
futbolistas tendrán pelo pero ¿tiene alguno algún himno dedicado a su persona tan
sumamente adictivo como el que le compuso María del Carmen Rodríguez, titulado
muy acertadamente “El Paz
esté con nosotros”? ¿Acaso algún otro jugador (que no sea Raúl González
Blanco) puede presumir de ser protagonista de la
mejor canción que le hayan dedicado jamás (lo siento Aracnidus
Rojiblancus, el tuyo es sin lugar a dudas el segundo mejor) a un pelotero?
Rafa, para eso hace falta tener un carisma magnético y no pelo... y tú, no sabemos
por qué extraña razón, sin duda lo tienes.
Por
último, no querría pasar la oportunidad y la ocasión que me brindan desde esta
casa para aprovechar y despedirme gentilmente de todos ustedes. Ha sido un
placer analizar pelos, bigotes y estilismos varios durante todos estos años.
Tengan
unas buenas y siempre elegantes tardes
2 comentarios:
Enorme Señor con su último GOOOOL. Echaré mucho de menos la sección más original del blog, pero su espíritu seguirá vivo cada vez que una calva o un injerto salte a uno de nuestros céspedes. Honore.
¡Hasta siempre adalid de la elegancia y el buen gusto capilar!
Que el Paz esté contigo
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