Mucha gente ha pasado a la historia del fútbol sevillano
como Amigo de Colusso
o Amigo de Kukleta. Pero, ¿qué sucede si uno de esos mitos decide ir más
allá y convertirse en lo que podríamos bautizar como un Amigo de Griguol
o Amigo de Toni?
Esta es la historia del hombre que se atrevió cual pionero
a ir un paso más allá.
Antonio Oliveira nace el 10 de Junio de 1952 en Penafiel. Desde muy pequeño apuntaba maneras de crack mundial en un país que sufría la dictadura de un homónimo suyo y que gozaba viendo el pedazo de Mundial que hizo su selección en 1966, liderada por Eusebio en televisión. Fue el boom de los niños futbolistas en Portugal, y como todo boom dio mucha carne fresca a las webs como la nuestra, o la hubiera dado si hubiera existido internet en esas fechas.
Antonio no era uno de esos paquetes
sin remedio, al contrario. Debutó en el primer equipo de todo un Oporto con
18 años y se convirtió en uno de las auténticas figuras de su país en la época,
liderando la selección portuguesa tras la marcha de Eusebio. Su trayectoria era
inmaculada, y los grandes de Europa se peleaban por él. Tras ser proclamado
mejor futbolista del país luso en 1978, un año más tarde llegó al Betis, lo
cual no tiene mucho sentido si los grandes de Europa se peleaban por él, pero
qué sé yo de las
respuestas de la vida.
Cinco mil béticos recibieron al fichaje más ilusionante que
había hecho el Betis en mucho tiempo, un Denilson
de épocas pretéritas se podría decir para entender la magnitud del
acontecimiento por las nuevas generaciones.
Oliveira jugó 10 partidos en el Betis y metió un gol. Ese
fue el balance del portugués con la camiseta verdiblanca. Le cayeron palos por
todos sitios por su pésimo rendimiento y
el pobrecito se puso triste
y ya a mitad de temporada se quería volver a casa. El muchacho aprovechó una baja
por lesión en Enero para negociar su retorno al Oporto perdiendo el Betis 21
millones de pesetas de 1980 en el camino y trayéndose de paso otro jugador
digno de nuestra web, Vital.
En el retorno al Oporto no le fue tan bien, aunque luego en
Penafiel y Sporting de Lisboa sí que cumplió antes de retirarse en 1986
defendiendo la camiseta del Marítimo Funchal.
Fue en Penafiel donde Antonio empezó a demostrar su espíritu
pionero convirtiéndose en entrenador y jugador al mismo tiempo. En Sporting y
Marítimo cumplió la misma función así que el que jugara con asiduidad en esos
equipos no se sabe muy bien si fue por méritos propios.
En 1987 deja de ser entrenador-jugador y se convierte en
entrenador a secas. Pasa por Vitoria Guimaraes, Gil Vicente, Braga,
e incluso la selección portuguesa con su generación de oro.
Pero eso nos da igual, lo que nos importa es el verano de
1998. LuisAragonés acaba de meter al Betis en UEFA y, tras pedirle a Lopera fichajes
del nivelazo de Benjamín,
decide dimitir a los pocos días de iniciar la pretemporada por algún que otro
desencuentro que no queda muy claro (se hablaba del fichaje de Pepe
Gálvez) y deja una frase para la historia. “Prefiero morir de
pie que vivir de rodillas.”
Lopera busca
raudo un sustituto y llama a Oliveira, que llega felicísimo. Según contaría después
el hombre que en ese momento era el Dios
de los béticos alguien le había dicho a Oliveira que Lopera era muy
religioso y que por ahí se le entraba fácil, que el portugués llegó
hablándole mucho de Dios
y de la Virgen,
pero que él ya se olió que no era trigo limpio cuando al
entrar en el despacho pasó diez pueblos de una réplica de la Virgen de Fátima.
Oliveira no llegó siquiera a empezar la temporada en el
Betis. Discusiones con Lopera sobre el tema de los descartes, una posible venta
de Nadj, y la situación de
Andrei Frascarelli por no se sabe bien qué problemas del brasileño (hay quien
dice que quería largarse, hay quien dice otras cosas)
enquistaron la situación y Oliveira se marchó soltando también por
esa boquita.
En fin, Oliveira tuvo dos pasos por el Betis, como jugador y
entrenador y en total sumó cuatro meses mal contados en el club. Desde aquí le
animamos a que complete su currículum con la presidencia, seguro que
oportunidades ha
tenido.
8 comentarios:
Bravo!! Magnifico artículo! Sobre este personaje que debe ser un caso único dentro de la historia del fútbol sevillano!!
¿Fracasar como jugador y como entrenador en el mismo equipo? ¡Qué me pongan otro ejemplo!!
¿No leí por aquí antes que este tio era juerguista de mucho cuidado?
Hola amigos de esta página.
En primer lugar felicitaros por esta página, me encantan vuestros artículos, sobre todo los de jugadores un poco más antiguos, por razón de edad más que nada.
Me animo a escribir poco, pero si me permitís aportaré algunos datos.
Oliveira ciertamente venía como crack al Betis de hecho, en su día fue el fichaje más caro de la historia del Betis (creo que costó unos 60 millones de pesetas) y se dice que fracasó porque echaba mucho de menos Portugal y por eso regresaba cada día después d elos entrenamientos, pero lo cierto y verdad es que como dice el compañero de arriba, las "malas lenguas" apuntaban a que por las mañanas siempre llegaba con los ojos rojos y casi sin haber dormido.
Su historia como entrenador tenía buena pinta sin embargo, pero lo de siempre... se pleó con Lopera y adios Oliveira.
Saludos y sigan así.
Cuando he visto en el twitter q habiais sacao a Oliveira he entrao corriendo para protestar pensando q era el brasileño, xo ya veo que hemos tenido otro más, asi q os haqbeis librao de una buena
Pues jugadores con el fracaso doble, en el Betis así a bote pronto se me ocurre Oli, aunque sólo entrenara al filial.
Literalmente lo he flipado cuando he leido que este tio era el Oliveira entrenador que no duró ni tres días.
No tenía ni idea de que hubiera jugao en el Betis
Propongo crear el premio (o la sección) Antonio Oliveira al peor entrenador de la historia del Betis/Sevilla FC.
Un nombre dos entrenadores patéticos.
Parece salido de "los hombres de las praderas".
Este fue telonero de los Smash seguro
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