Cuando en el
pasado mes de mayo el Sevilla confirmó el fichaje de Diego López, no parecía
una mala incorporación. Se había pescado
a uno de los puntales del sorprendentemente recién descendido Villarreal y un
ex internacional, aunque su última
temporada no había sido precisamente su más brillante y su equipo acabó en
segunda y siendo de los más goleados del campeonato. A pesar de ello, al confirmarse el
precio de la compra (3,5 millones de euros) alguno que otro frunció el ceño
ante tal importe, que no parecía desorbitado, pero si un poco alto dado la
inmovilidad del mercado y los bajos precios que se estaban pagando. Si además
se desmiente
categóricamente la incorporación de una de las sensaciones de la temporada
pasada como Michu, cuando costaba un millón menos que el portero gallego, por
falta de liquidez, el ceño acaba por fruncirse del todo, pues la portería no
era una de las posiciones que parecía requerir un mayor esfuerzo en la
inversión.
Parecía más o menos claro que ante tal desembolso el gallego
partiría como nuevo titular del Sevilla lo que llevó a Varas a salir al Celta y a
Palop a tener que asumir el rol de suplente en su último año de contrato. Tras una
pretemporada en la que se reparten los minutos, el primer partido de Liga deja
claro que Diego es el titular, pero en el segundo en Los Cármenes el otrora dependiente del
videoclub de “Aquí no hay quien viva” es expulsado al mandar a por uvas a
un jugador del Granada en su área, por lo que tiene que salir Palop, que con su
buena actuación en aquel partido y en el siguiente contra el Rayo le gana la
partida asentándose como titular a sus 39 años.
Diego se
tendría que conformar con la Copa y disputa su siguiente partido en la
eliminatoria de dieciseisavos de final contra el Espanyol. Tras el partido de
vuelta, sin que en los minutos que ha jugado tampoco es que hubiera realizado
ninguna acción espectacular, más allá de darle
cariño a Babá y sin que Palop demostrara estar peor, Míchel
decide sorprendentemente devolverle la titularidad en lo que más de uno ha interpretado
como una decisión de las que vienen desde arriba, volaba
alto en los entrenamientos, si, pero no parecía suficiente para ganarle el
puesto al valenciano y en su partido de vuelta contra el Valladolid lo iba a
demostrar. El Sevilla pierde 1-2 ante la atenta mirada de miles de Erasmus que
gentilmente habían sido invitados por el club (y que seguramente consideraran que
con aquel partido fue más que suficiente) y si bien ninguno de los goles fue
consecuencia directa de Diego López, si que pudo hacer más en ambos,
transmitiendo demasiada inseguridad para un portero de la talla que se le
presupone y dejando a la grada a punto del ataque del corazón al abusar
demasiado en la cesiones del regate al delantero en vez de mandarla a shuparla con más o menos sentido en cuanto recibiera el balón.
En su siguiente
encuentro, otra vez contra el Espanyol, Simao (¡Simao! un tío 20 centímetros
más bajo que él) le marca un gol de
cabeza en el área pequeña, una nueva derrota contra el Málaga con un nuevo
gol de cabeza en el área pequeña, esta vez de Demichelis, lo ponen en entredicho y otro descalabro contra la Real Sociedad empieza a hacer pensar a los seguidores sevillistas que este portero
para simplemente lo parable, ni más ni menos. Disfruta de la victoria contra el
Osasuna, pero tras ella un desastroso partido del equipo en general contra el
Valencia (con dos nuevos goles a la salida de un córner y cerca del área
pequeña) acaban con Míchel y con la titularidad de Diego López. Llega Emery
y Palop se perfila como nuevo titular para la Liga y Diego jugará en Copa, por
lo que vuelve a la puerta contra el Zaragoza el pasado martes dejándonos para
las retinas su obra de arte definitiva en cuanto a paradas con el Sevilla al
intentar salvar un córner para dejarle mansamente la pelota a un jugador maño que solo tuvo que
empujarla para marcar, aunque finalmente el gol resultó anulado porque el
linier se apiadó del Sevilla y concedió el saque de esquina.
Y ese partido
ha sido el único del de Paradela con su nuevo entrenador, porque sin comerlo ni beberlo,
ayer mismo fue traspasado al Real Madrid por más o menos lo mismo que costó,
dejando un balance de 11 partidos jugados y un rendimiento más bien mediocre
para lo que se esperaba, destacando más por sus incendiarias declaraciones que por su juego, prueba inequívoca de ello es que a día de hoy solo
lleva 10
puntos en el comunio. El Madrid recupera por dos millones de euros menos de
lo que lo vendió a Diego López que vuelve a “su casa”
ilusionado, a la que llego desde su Lugo natal pero de la que se tuvo que
marchar porque Casillas (precisamente el portero al que ahora va a sustituir) le
cerraba el paso, justo lo que a él le estaba pasando en el Sevilla con Palop,
al que a su vez él le cerró el paso en la Selección cuando estaba en el
Villarreal… en fin, que me lio, que como si
nunca hubiera estado aquí, todo
vuelve al punto de partida para uno de los porteros más breves de la historia
nervionense, con permiso de Valero.
Adios,
miarma. Prometemos impulsar desde aquí que se te despida como es debido,
con su correspondiente video homenaje recopilando tus mejores imágenes como
sevillista... alguien tendrá alguna, seguro.
6 comentarios:
LO DE LOS PUNTOS EN EL COMUNIO ES CLAVE XD, ACLARA MUCHAS COSAS JEJEJE
Siempre me gustó tu peinado
¿Qué os apostáis que en el partido de la segunda vuelta del Sevilla contra el Madrid se hincha de parar, el hijoputa...?
Un portero que se parece a fran perea no puede ser bueno
Final de la Copa del Rey Real Madrid-Sevilla. Diego López héroe en la tanda de penaltis.
Te he mandado un correo proponiendote a Diego López como futurible del blog. Exijo que lo saquéis cuanto antes.
A mi nunca me gustó, sobre todo porque como bien dice rinat en el comunio es una estafa
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