Buenas y elegantes tardes.
Debajo de mi casa hay una tienda de
pintura cuyo dependiente tiene un peinado que verdaderamente da un poco de
grima. Que el nota (debe ser un viejoven que los treinta
ya no los cumple) está calvo es algo indudable. Él lo sabe, su madre se lo ha
dicho, su padre le regaló una maquinilla para raparse por su cumpleaños y el médico pasa de recetarle más pastillas y capsulas porque lo suyo
solo tiene una solución: el injerto. Pero oye, que el nota se resiste a
creérselo, así que mientras ahorra lo poco que gana como dependiente para algún
día “hacerse un Alfonso Pérez Muñoz” intenta disimular su pérdida de juventud de con un peinado un
tanto ridículo. Para que se hagan una idea, imaginen el peinado del pavo ese de
“Y
si no, desmiéntemelo” pero con cuatro pelos en la cima de la cabeza los
cuales se pone de punta gracias al efecto de una sobredosis de Patrico
para intentar dar un efecto visual a su cuero cabelludo que simplemente no
cuela. Cada vez que me lo cruzo no puedo parar de mirarlo, primero con disimulo
y ya sin miedo alguno, descaradamente.
El caso es que el chaval siempre me ha
recordado a Antonio López aquel interior izquierda que llegó al Sevilla de
Caparrós procedente del Valladolid tras jugar la friolera de once partidos la
temporada anterior con los pucelanos en la temporada que el Sevilla se suponía
que daría un salto de calidad. Antonio se había formado como futbolista en el
Leganés y de ahí pasó al Real Valladolid donde alternó tres temporadas
con una cesión al Numancia.
Jugador polivalente, su posición
preferente era la de interior izquierdo pero también podía jugar de interior
izquierdo y no le hacía ascos al interior izquierdo si el entrenador así lo
necesitaba. El problema es que a pesar de esa polivalencia al llegar al Sevilla FC se encontró con que un pujante José
Antonio Reyes le cerraba las puertas de la titularidad, por lo que durante
la primera mitad de la temporada chupó más banquillo que Onésimo.
Pero fíjense ustedes lo que es la vida.
Cuando se le estaba buscando una cesión en el mercado invernal, el Arsenal
llega y pone la manteca morá (y venga billetes de 500) encima de la mesa de Del
Nido por Reyes y éste se decide a enviar a Londres algo más que los cordones
del utrerano. Como Monchi
nunca deja nada al azar, para sustituir a “la Perla” ficha a Magallanes
(?) así que con el nuevo escenario Antonio López se convierte en titular
indiscutible para Joaquín Caparrós y pasa de jugar unos pírricos treinta
minutos en liga en el primer tercio de temporada a clavarse los noventa partido
sí y partido también, marcando incluso goles importantes como aquel gol en el minuto 1
de la vuelta de las semifinales de Copa ante el Real Madrid que fue conocido
por “el gol de la afición” (aunque a la postre no serviría de mucho).
Su segunda temporada puede decirse que
fue igual que la primera pero a la inversa. Empezó jugando bastante pero la
llegada de Adriano Correia le desplazó del equipo titular y acabó de suplente y
sin contar demasiado para Caparrós.
La llegada de Juande Ramos le suministró la
clásica ilusión del que no juega pues en principio “todos los jugadores partían
de cero”, de hecho jugó las dos primeras jornadas de Liga pero a partir de ahí
no volvió a contar para el nuevo técnico y en el mercado invernal se fue cedido al Málaga. A
su vuelta seguiría perteneciendo al club, aunque ni siquiera le hicieron ficha,
por lo que en enero de 2007 Antonio López
y el Sevilla FC deciden rescindir de mutuo acuerdo su contrato.
No volvió a
primera aunque tuvo una carrera digna en segunda en equipos como el Castellón, donde
su ex entrenador en el Valladolid Pepe Moré lo “recupera” para el fútbol tras el
parón sevillano; el Nástic de Tarragona, en el que llega a compartir banda con Mingo
(¡letal!), o el Albacete, tercer equipo con el que coincide con su amigo Fernando
Sales y donde le hacen hasta un curioso “video promocional” (suponemos
que para venderlo, aunque váyanse a saber) pero a medida que iba cumpliendo
años su fútbol se iba diluyendo a la misma velocidad que su pelo, así que sus
últimas pinceladas de buen juego fueron disfrutadas por los aficionados del Teruel y
el Fuenlabrada en los campos de 2ª B hasta que al finalizar la temporada 2013/14
decidió poner
fin a su carrera con 34 años, momento en el cual se sucedieron diversos homenajes,
entre ellos la particular
imitación que de él realizaron los chicos de La Hora Chanante.
Hace poco vi una foto de Antonio López en
la actualidad y como se podía prever está completamente calvo y ahora sí que es
un descaro como se parece al de la tienda de debajo de mi keli (aunque con más dignidad por parte del ex futbolista, huelga decirlo)
Estoy por imprimírsela y pegársela en el
cristal de la puerta con un mensaje subliminal que diga "¡Calvicie dignidad!" solo para ver cómo reacciona (Espero que no sea lector de esta
santa web porque que vaya trilla le dao
al pobre chaval…)
3 comentarios:
Sí señor gran polivalencia la de este chaval
Reyes, además de quitarle el puesto es un claro ejemplo de bastión capilar, para cuándo esa sección?(Zamorano, suker, onesimo, Antonio Álvarez, pablo blanco, buyo...)
Hola, soy el de la tienda de debajo de tu casa y te escribo sólo para decirte que ME CAGO EN TU PUTA MADRE, gracioso, que eres un gracioso.
Ya te cogeré por la calle
Kek
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