Nos encontramos ante esta sala para conocer del Juicio con número de
autos 151/11 consistente en una reclamación de colussokukletismo. Como parte
demandante tenemos a Amigos de Colusso contra Amigos de Kukleta, representada
por Rinat Rafaé y como parte demanda a Sebastián Losada Bestard, nacido en Madrid con
fecha 3 de septiembre de 1967, que se ha decidido por ejercer la autodefensa. Dado que no habido divergencia
entre las partes en cuanto a la legitimación activa ni pasiva, pasemos a la
fijación de hechos controvertidos, tiene la palabra la parte demandante.
Con la venia de su señoría, nos
ratificamos íntegramente en el contenido de nuestro escrito de demanda, si bien
nos gustaría hacer las siguientes aclaraciones. Aquí no se trata de juzgar si
Sebastián Losada fue un buen jugador o no, si no que reclamamos que se le
otorgue la categoría de “Amigo de Colusso”. Es cierto que pudo tener más o
menos aciertos a lo largo de su carrera, pero cuando llegó al Sevilla FC su
trayectoria era claramente decadente, no demostrando para nada las buenas
referencias que la prensa capitalina apuntaba que tenía en un claro ejemplo de
“Inflamiento del jugador”, doctrina que ha sido reconocida por los tribunales
en casos como los de Gómez
o Linde.
Ya había salido del Atlético de Madrid, donde su rendimiento había sido mediocre (por decirlo de manera de suave) de malas maneras así que cuando llegó al Sevilla en la temporada
1992/93 recomendado por Javier Clemente, que decía que quería
que jugara más para llevarlo a la selección, ya se empezaba a rumorear
entre los más prestigiosos peritos del balompié que era una joven perla completamente
estancada y para colmo ¡le compararon con Zamorano en su presentación! sospechas que rubricó con un anódino debut frente al Lebrija y con unos paupérrimos
tres partidos de Liga en los que no llegó a anotar gol alguno, ni siquiera contra
equipos inferiores en Copa logró
marcar, además de sospechosos
despistes para escaquearse de viajes largos, es por ello por lo que al
finalizar la temporada fue traspasado a un equipo con menor entidad en aquel
momento como era el Celta de Vigo en el que se retiró con apenas 27 años en un
claro ejemplo de decadencia futbolística. Esto es todo su señoría.
Tiene la palabra la parte demandada.
Con la venia de su señoría, nos
oponemos a la argumentación de la parte contraria, ya que si bien la
trayectoria en el Sevilla FC no fue buena, aunque tuvo algún minuto de buen
juego como en el
partido contra el Real Burgos, que supuso mi debut y en el cual ganamos y
ciertamente en el Atlético de Madrid tuve ciertos problemas con el presidente
que me impidieron realizar mi trabajo correctamente y bien que me
arrepentí de haber fichado por ese equipo, pero para nada podemos
considerar que sea un mal jugador que es en lo que me convierte, si no de
facto, si moralmente, el ser un “Amigo de Colusso”. Y es que olvida la
contraparte que debuté en el Real Madrid con apenas 17 años, que realicé
grandes temporadas en el Castilla y que cuando me dieron la oportunidad de
asentarme en primera con el Español en la temporada 1987/88, me
convertí en uno de los ídolos de la afición llegando a alcanzar el subcampeonato
de UEFA. También olvida que en mi posterior vuelta al Real Madrid, si bien no
me asenté en la titularidad dada la gran competencia, cuando salía metía mis
golitos, y por último omite también la parte contraria en su argumentación que
tras salir del Sevilla, en el que por cierto, había una gran competencia con Maradona,
Suker o Monchu en la delantera y donde guardo un gran recuerdo de compañeros
como Simeone,
Pineda
o Diego,
rumbo al Celta
cuajé dos buenas temporadas, lo que me valió para debutar en la selección
española, y si me retiré prematuramente fue porque estaba aburrido del fútbol y
quería dedicarme a la profesión para la que había estudiado, la
abogacía, dato que por otra parte bien conoce la parte contraria debido a
mi última
aparición público-deportiva al
presentarme a la presidencia
de la RFEF. No tengo más que añadir señoría.
Analizados los hechos y dado que las partes no han propuesto más prueba
que la documental, queda visto para sentencia este procedimiento, en la cual se
valorará exhaustivamente la opinión del Jurado Popular conformado a estos
efectos por los lectores de “Amigos de Colusso contra Amigos de Kukleta” que
votaran con su comentarios en esta entrada.
¡PROTESTO SEÑORIA! Si el Jurado
Popular está conformado por dichos lectores ¡¡está claro que me condenaran!!
Que quede constancia de la protesta sin más efectos. Se levanta la
sesión.
11 comentarios:
Como bien se dice en la presentación del blog "Aquí hablaremos de jugadores que pasaron por el FÚTBOL SEVILLANO preferentemente en en los últimos 25 años sin demasiado reconocimiento". Por tanto, nos da igual lo que hicieran fuera de aquí. ¿No existen acaso precedentes como Ikpeba o Bebeto, jugadores con un evidente alto rendimiento en otros lugares pero que aquí no dieron el resultado esperado? Lo siento, señor Losada, pero me veo obligado a fallar en favor de la parte demandante y considerarlo un claro Amigo de Colusso.
Mi veredicto: Amigo de Colusso y de los gordos... condenado
Por salir un poco en su defensa (me gustan los casos imposibles jejeje), en la entrada de Pineda hacíais referencia a un partido amistoso contra el Boca Jr. en el que Losada marcó un gol
¡Que artículo tan original os habéis currado!
PD: AMIGAZO DE COLUSSO a la altura de Linde
Colussizado sin remedio. ¡Siguiente!
Normal que queira ser amigo de Colusso, porque como sea amigo de Kukleta al poco la palma (como el gran Kukleta, en paz descanse)
Pues si que te ha quedao original, si! Mu buen artículo tio!
Por supuesto Losada GRAN AMIGO DE COLUSSO chupó más banquillo que Onésimo
CULPABLE!!! ome por dios!
Otro ex sevillista que se dedica a la abogacía actualmente es Marcos Vales: http://www.lavozdegalicia.es/deportes/2011/11/18/0003_201111G18P64991.htm
Estuvo en la temporada 92/93, si no recuerdo mal, y por supuesto amigo intimo de Colusso.
Cierto amigo Alberto, el cromo que preside la entrada era el que era de la temporada 93/94 y seguramente por ahí vino la confusión. Corregido queda ¡gracias!
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