jueves, 4 de abril de 2013

VOJIN LAZAREVIC



Yugoslavos son los que vienen de Yugoslavia. No puede ser rociero el que ha nacido en Yugoslavia, eso está claro, además ahora ya no son ni yugoslavos porque la Yugoslavia ha desaparecido, ahora son balcánicos de los Balcanes, pero no todos, solo algunos y la verdad es que con respecto a los balcánicos de Yugoslavia (que no de todos los Balcanes) el Betis no tiene nada de suerte… o si… o no… bueno, en realidad es una de cal una de arena, porque el año pasado estuvo Tosic y eso es un punto negativo. Y antes tuvo a Ilic y a Babic. Punto negativo también. Más atrás en el tiempo jugaron en el Betis Vidakovic, Jarni o Stosic. Puntos positivos y también Nadj y Bjeliça (ni negativo ni positivo pero más positivo que negativo en momento dado… medio punto cada uno como mucho). Un poco antes Ljubobratovic, buen muchacho, pero gran punto negativo y a mediado de los 80 Pepe Hadzibegic, punto positivo. Y es que si tiramos de estadísticas oficiales “Pepe” fue el primer balcánico, yugoslavo, apostólico y romano que vistió la camiseta de las trece barras, pero ya saben ustedes que nosotros no nos fiamos mucho de las “estadísticas oficiales” y nos gusta ir más allá para poner en duda la versión oficial (como ya hicimos al señalar que el primer jugador negro de la historia bética fue Alinho, que no es que nosotros lo descubriéramos, pero lo decimos y otros dicen otra cosa, pero la razón la tenemos nosotros) y labrarnos continuas enemistades con los oficialistas, que no son los de la radio oficial que nos invitan y nos desinvitan (que también) si no los que nada más que se creen la versión oficial. El caso, que es ahí donde discutimos el honor de Hadzibegic de ser el primer yugoslavo de los Balcanes (pero excluyendo Albania y Bulgaria, que hay gente que la incluye y no nos referimos a eso, nos referimos a lo que antes era Yugoslavia… la extinta Yugoslavia podríamos decir) en recalar al Betis ya que antes, mucho antes, casi 3.000 días antes lo hizo Vojin Lazarevic, mu buen chaval, de esas personas de las que todo el mundo en su barrio quiere una jartá y te hablan de maravillas del chiquillo, que es un cielo y uno de esos jugadores que tanto nos gustan y que vinieron para hacer una prueba para volver por donde llegaron sin aportar absolutamente nada, pero claro, es que el angelito hablaba raro y la gente no lo entendía y se enfadaban con él, pero miarma, es que no habla raro, es que es yugoslavo y allí no hablan como tú ¿Qué quiere que le haga? “Pues que aprenda español, que pa eso está en España y yo cuando estoy en el extranjero tengo que hablar el idioma del extranjero” dirán algunos. Pues no, que eso no es así que tu cuando vas al extranjero (Gibraltar, Catalonia, Chaouen) hablas en español y además dices que te tienen que entender que pa eso estás pagándole lo que sea que quieras comprar, que te tengo calao, pero nada había gente que se lo tomaba a mal y no le gustaba ese rollo.


Lo dicho, que al final Lazarevic pues es de la quinta (no por edad, si no por situación) de Virgilio Ferreira, de Ivonaldo, de Adilson, del propio Alinho, de Dani Fernández, en fin… de gente que viene, pasa unos días en Sevilla, hacen deporte, se pegan su paseíto por la Catedral, por el Archivo de Indias, por Mateos Gagos, prueban el vino de naranja del Peregil, pero al final ná, no se quedan y mira que muchas veces los chavales están ilusionados pero por una cosa o por otra no convencen y se van y la gente los olvida a los pobres chiquillos. Si es que en esto del fútbol no hay corazón.


Además el pobre Lazarevic salió rebotado del equipo, porque claro, ya desde que llegó hubo cachondeito y cuando salió al campo de entrenamiento el míster los reunió a todos en círculo para presentarle al nuevo compañero y le preguntó ¿Bueno y como se llama usted? Y él dijo “Vojin” y claro todos descojonaos, además que salió el típico gracioso escondido que gritó “¡cojín!” y ya todos por los suelos y al hombre, pues normal que no le sentara muy bien porque él se sentía un jugador importante, que coño, que para eso había jugado en el Sutjeska Nikšić, equipo de su Nikšić natal, en el Estrella Roja e incluso en ligas extranjeras como la belga (RFC de Lieja) o la francesa (AS Nancy), había sido internacional yugoslavo (de la Yugoslavia de verdad, de cuando era Yugoslavia-Yugoslavia, con Tito a la cabeza) y pichichi no sé cuantas veces y además que no era un chaval, que en 1973 el mozo tenía ya 31 años (nació el 22-02-1942, mucho “dos” veo yo ahí) y eso del cachondeito con él, agüita que  lo aguantaba poco, ahora lo que aguantaba menos era el calor y se volvía majara con tanto calor y se ponía a darle cabezazos a las paredes (verídico) y ya pues entre eso y lo de “Cojín” pues casi que lo tenían de mascota del equipo.


Y lo de jugar al fútbol, pues oiga, se suponía que el chico no lo tenía que hacer del todo mal, que llevaba una carrera larga y muchos goles en su mochila, pero aquí tampoco es que lo fliparan mucho con él. Jugó algunos partidos amistosos como contra el Independiente o el Dinamo en el Trofeo Ciudad de Sevilla, pero al final la verdad es no convenció a Ferenc Szusza sobre todo por su lentitud a pesar de que el tío pegaba unos buenos zambonbazos, así que el bueno de Vojin/Cojín ya que estaba por la península se ofreció al Murcia, pero nada, que no convenció tampoco. Ante tal panorama, pilla un billetito de ida para los EEUU y acaba siendo contratado por el típico equipo partequinielas, el Toronto Bizzard para disputar la muy interesante liga estadounidense. Un añito es suficiente para que le entre morriña de la tierra, así que vuelve a su país para jugar en el  Vrbas en lo que sería su última temporada como jugador, pues a partir de aquí Lazarevic se dedica a sus muy nobles labores, que en esta casa desconocemos, a excepción de un par de periodos en los que se hizo cargo del Estrella Roja.


Un tío mu salao este Lazarevic.

4 comentarios:

Jose MME dijo...

Sólo una puntualización. Yo no metería a Nadj y Bjelica en el mismo saco. Nadj fue un buen suplente de Alexis que cumplió cuando le tocó jugar. No era un crack pero tampoco era malo, era eso, un jugador cumplidor.

Bjelica sí era bastante malo, pero se salva por el gol que le metió al Celta en semifinales de Copa.

Jean Sol Partre dijo...

Y Nadj también se salva por su polivalencia en el PCFútbol

Rinat Rafaé dijo...

¡¡Por eso joe, medio punto pa cada uno!!

También está Perovic, otro yugoslavo que vino a prueba en los años 80 y no se quedó, de este no hemos encontrado muchos datos todavía, pero algún día tendrá que salir por aquí.

Alfonsobis dijo...

Bjeliça se suponía que iba a ser un jugador importante para el Betis (venía como estrella del Albacete) pero aquí hizo poquito, al contrario que Nadj, que sin hacer ruido cumplió aquí con dignidad. Independientemente de si era malo, bueno o regular Bjeliça merece con todas las letras aparecer por aquí por tener el honor de ser el que originó la rivalidad entre Betis y Celta, y eso ya es motivo suficiente.