Yugoslavos
son los que vienen de Yugoslavia. No puede ser rociero el que ha nacido en
Yugoslavia, eso está claro, además ahora ya no son ni yugoslavos porque la
Yugoslavia ha desaparecido, ahora son balcánicos de los Balcanes, pero no todos,
solo algunos y la verdad es que con respecto a los balcánicos de Yugoslavia
(que no de todos los Balcanes) el Betis no tiene nada de suerte… o si… o no…
bueno, en realidad es una de cal una de arena, porque el año pasado estuvo Tosic
y eso es un punto negativo. Y antes tuvo a Ilic y a Babic. Punto negativo
también. Más atrás en el tiempo jugaron en el Betis Vidakovic, Jarni o Stosic.
Puntos positivos y también Nadj y Bjeliça (ni negativo ni positivo pero más
positivo que negativo en momento dado… medio punto cada uno como mucho). Un
poco antes Ljubobratovic,
buen muchacho, pero gran punto negativo y a mediado de los 80 Pepe
Hadzibegic, punto positivo. Y es que si tiramos de estadísticas oficiales
“Pepe” fue el primer balcánico, yugoslavo, apostólico y romano que vistió la
camiseta de las trece barras, pero ya saben ustedes que nosotros no nos fiamos
mucho de las “estadísticas oficiales” y nos gusta ir más allá para poner en
duda la versión oficial (como ya hicimos al señalar que el primer jugador negro
de la historia bética fue Alinho,
que no es que nosotros lo descubriéramos, pero lo decimos y otros dicen otra
cosa, pero la razón la tenemos nosotros) y labrarnos continuas enemistades con
los oficialistas, que no son los de la radio oficial que nos invitan y nos
desinvitan (que también) si no los que nada más que se creen la versión
oficial. El caso, que es ahí donde discutimos el honor de Hadzibegic de ser el
primer yugoslavo de los Balcanes (pero excluyendo Albania y Bulgaria, que hay
gente que la incluye y no nos referimos a eso, nos referimos a lo que antes era
Yugoslavia… la extinta Yugoslavia podríamos decir) en recalar al Betis ya que
antes, mucho antes, casi 3.000 días antes lo hizo Vojin Lazarevic, mu buen
chaval, de esas personas de las que todo el mundo en su barrio quiere una jartá
y te hablan de maravillas del chiquillo, que es un cielo y uno de esos
jugadores que tanto nos gustan y que vinieron para hacer una prueba para volver
por donde llegaron sin aportar absolutamente nada, pero claro, es que el
angelito hablaba raro y la gente no lo entendía y se enfadaban con él, pero miarma, es que no habla raro, es que es
yugoslavo y allí no hablan como tú ¿Qué quiere que le haga? “Pues que aprenda español, que pa eso está en
España y yo cuando estoy en el extranjero tengo que hablar el idioma del
extranjero” dirán algunos. Pues no, que eso no es así que tu cuando vas al
extranjero (Gibraltar, Catalonia, Chaouen) hablas en español y además dices que
te tienen que entender que pa eso estás pagándole lo que sea que quieras
comprar, que te tengo calao, pero
nada había gente que se lo tomaba a mal y no le gustaba ese rollo.
Lo
dicho, que al final Lazarevic pues es de la quinta (no por edad, si no por
situación) de Virgilio
Ferreira, de Ivonaldo,
de Adilson,
del propio Alinho,
de Dani
Fernández, en fin… de gente que viene, pasa unos días en Sevilla, hacen
deporte, se pegan su paseíto por la Catedral, por el Archivo de Indias, por
Mateos Gagos, prueban el vino de naranja del Peregil, pero al final ná, no se
quedan y mira que muchas veces los chavales están ilusionados pero por una cosa
o por otra no convencen y se van y la gente los olvida a los pobres chiquillos.
Si es que en esto del fútbol no hay corazón.
Además
el pobre Lazarevic salió rebotado del equipo, porque claro, ya desde que llegó
hubo cachondeito y cuando salió al campo de entrenamiento el míster los reunió
a todos en círculo para presentarle al nuevo compañero y le preguntó ¿Bueno y
como se llama usted? Y él dijo “Vojin” y claro todos descojonaos, además que
salió el típico gracioso escondido que gritó “¡cojín!” y ya todos por los suelos y al hombre, pues normal que no le
sentara muy bien porque él se sentía un jugador importante, que coño, que para
eso había jugado en el Sutjeska Nikšić, equipo de su Nikšić natal, en el
Estrella Roja e incluso en ligas extranjeras como la belga (RFC de Lieja) o la
francesa (AS Nancy), había sido internacional yugoslavo (de la Yugoslavia de
verdad, de cuando era Yugoslavia-Yugoslavia, con Tito a la cabeza) y pichichi
no sé cuantas veces y además que no era un chaval, que en 1973 el mozo tenía ya
31 años (nació el 22-02-1942, mucho “dos” veo yo ahí) y eso del cachondeito con
él, agüita que lo aguantaba poco, ahora
lo que aguantaba menos era el calor y se volvía majara con
tanto calor y se ponía a darle cabezazos a las paredes (verídico) y ya pues
entre eso y lo de “Cojín” pues casi que lo tenían de mascota del equipo.
Y lo
de jugar al fútbol, pues oiga, se suponía que el chico no lo tenía que hacer
del todo mal, que llevaba una carrera larga y muchos goles en su mochila, pero
aquí tampoco es que lo fliparan mucho con él. Jugó algunos partidos amistosos
como contra el Independiente o el Dinamo en el Trofeo Ciudad de Sevilla, pero
al final la verdad es no convenció a Ferenc Szusza sobre todo por su lentitud a
pesar de que el tío pegaba unos buenos zambonbazos, así que el bueno de
Vojin/Cojín ya que estaba por la península se ofreció al Murcia, pero nada, que
no convenció tampoco. Ante tal panorama, pilla un billetito de ida para los
EEUU y acaba siendo contratado por el típico equipo partequinielas, el Toronto
Bizzard para disputar la muy interesante liga estadounidense. Un añito es
suficiente para que le entre morriña de la tierra, así que vuelve a su país
para jugar en el Vrbas en lo que sería
su última temporada como jugador, pues a partir de aquí Lazarevic se dedica a
sus muy nobles labores, que en esta casa desconocemos, a excepción de un par de
periodos en los que se hizo cargo del Estrella Roja.
Un
tío mu salao este Lazarevic.
4 comentarios:
Sólo una puntualización. Yo no metería a Nadj y Bjelica en el mismo saco. Nadj fue un buen suplente de Alexis que cumplió cuando le tocó jugar. No era un crack pero tampoco era malo, era eso, un jugador cumplidor.
Bjelica sí era bastante malo, pero se salva por el gol que le metió al Celta en semifinales de Copa.
Y Nadj también se salva por su polivalencia en el PCFútbol
¡¡Por eso joe, medio punto pa cada uno!!
También está Perovic, otro yugoslavo que vino a prueba en los años 80 y no se quedó, de este no hemos encontrado muchos datos todavía, pero algún día tendrá que salir por aquí.
Bjeliça se suponía que iba a ser un jugador importante para el Betis (venía como estrella del Albacete) pero aquí hizo poquito, al contrario que Nadj, que sin hacer ruido cumplió aquí con dignidad. Independientemente de si era malo, bueno o regular Bjeliça merece con todas las letras aparecer por aquí por tener el honor de ser el que originó la rivalidad entre Betis y Celta, y eso ya es motivo suficiente.
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