El refranero español es un
extenso mar de sabiduría popular que raras veces se equivoca. Muchos de esos
refranes pueden aplicarse al fútbol, tal como hace Dani Alves con su “ande
yo caliente y ríase la gente”. Uno muy habitual es “otro vendrá que bueno
te hará”, y eso lo hemos vivido en el Betis en los últimos tiempos, pues si los
que llevamos viendo fútbol los últimos 20-25 años teníamos el binomio Griguol-Hiddink
como lo peor de lo peor (con permiso del aún no homenajeado en esta casa
Nogués), y pensábamos que ese nivel era imposible de superar, apareció Juan
Carlos Garrido cual Insibayeva de la vida y puso el listón una mijita más alto
para desolación de aquellos que torcemos por la causa verdiblanca.
Pero ojito, que a la hora de hablar de este hombre tenemos que andarnos con pies de plomo, porque durante su sevillana estancia no le ha hecho ninguna gracia el tono con el que se ha hablado de él, así que, como al interesado le gusta, vamos hablar de él con hechos claros y objetivos, para que no se enfade el buen señor que, si no existiera Oliveira, habría batido el record de brevedad en el banquillo bético.
Juan Carlos Garrido llega al Betis tras un empate en casa frente al Rayo Vallecano en tiempo de descuento que le cuesta la cabeza (enorme costo por tanto) a Pepe Mel, pese a que la afición está con el entrenador madrileño y protesta enérgicamente contra su cese.
Siendo honestos y no juzgando de forma asquerosa, a Juan Carlos Garrido no lo teníamos muy calado, era difícil hacerse una opinión de si era buena opción o no. Nacido el 29 de Marzo de 1969 en Valencia, empezó a entrenar muy joven, a los 24 años, tomando las riendas de equipos de categorías regionales como El Puig. Es en 1999 cuando el Villarreal se fija en él para introducirle en su organigrama, dándole el banquillo del Onda, un cuasi filial del equipo castellonense, al que asciende a Segunda B en su segunda temporada por primera vez en su historia.
Tras este logro le dan el banquillo del filial amarillo, al que pondría en Segunda A contra todo pronóstico en 2009, consiguiendo además encarrilar la permanencia con cierta holgura en el debut de la categoría.
Pero ojito, que a la hora de hablar de este hombre tenemos que andarnos con pies de plomo, porque durante su sevillana estancia no le ha hecho ninguna gracia el tono con el que se ha hablado de él, así que, como al interesado le gusta, vamos hablar de él con hechos claros y objetivos, para que no se enfade el buen señor que, si no existiera Oliveira, habría batido el record de brevedad en el banquillo bético.
Juan Carlos Garrido llega al Betis tras un empate en casa frente al Rayo Vallecano en tiempo de descuento que le cuesta la cabeza (enorme costo por tanto) a Pepe Mel, pese a que la afición está con el entrenador madrileño y protesta enérgicamente contra su cese.
Siendo honestos y no juzgando de forma asquerosa, a Juan Carlos Garrido no lo teníamos muy calado, era difícil hacerse una opinión de si era buena opción o no. Nacido el 29 de Marzo de 1969 en Valencia, empezó a entrenar muy joven, a los 24 años, tomando las riendas de equipos de categorías regionales como El Puig. Es en 1999 cuando el Villarreal se fija en él para introducirle en su organigrama, dándole el banquillo del Onda, un cuasi filial del equipo castellonense, al que asciende a Segunda B en su segunda temporada por primera vez en su historia.
Tras este logro le dan el banquillo del filial amarillo, al que pondría en Segunda A contra todo pronóstico en 2009, consiguiendo además encarrilar la permanencia con cierta holgura en el debut de la categoría.
Pero no completaría dicha temporada de debut, pues el primer equipo decide cesar a Valverde tras 20 jornadas de Liga y darle las riendas a esta promesa de los banquillos surgida de su cantera (dicen que el propio Garrido influyó en estos sucesos). El equipo ocupaba en esos momentos la novena posición. Con Garrido acaba la temporada séptimo y consigue entrar en UEFA por la sanción impuesta al Mallorca que traslada la plaza europea de los baleares a Castellón para desolación de Gontxo Mazarrasa entre otros.
En su segunda temporada en el primer equipo del Villarreal consigue quedar cuarto y meterlo en Champions, un absoluto exitazo. Sin embargo, la temporada 2011-12 sería la del tremendo bajón. Con una plantilla preparada para cotas mayores se encontró peleando la permanencia. En la jornada 17, tras caer 2-1 frente a Osasuna, es cesado dejando al equipo 15º, es decir, fuera de descenso, hoyo en el que después metieron al Villarreal entre Molina y Lotina. Por tanto, no se le puede decir que mandara al Villarreal a Segunda técnicamente, y antes lo metió en Champions. Pepe Mel había sido cesado en puesto de descenso tras meter al equipo en Europa League, con lo que no se le puede echar en cara esto a la hora de compararlo con el escritor madrileño. Si Garrido lee esto seguramente asienta con la cabeza. No sé qué gesto haría si se añade que él tenía en Villarreal a Borja Valero, Bruno Soriano, Senna o Nilmar. A Pepe Mel le habían hecho unos fichajes que nos van a obligar a hacer horas extras en este blog a partir del 30 de Junio.
Su siguiente experiencia como entrenador es en el Brujas belga. El 15 de Noviembre de 2012 se hace cargo de un equipo que va séptimo clasificado. Acabaría la Liga tercero, peleando el título de Liga hasta la última jornada, algo que le facilitó el peculiar sistema de play-off de la Jupiler Pro League (al final de temporada se dividen entre dos los puntos de todos los equipos y los seis primeros siguen jugando por el título), ya que realmente acabó cuarto a trece puntos del Anderlecht.
La siguiente temporada es sorprendentemente cesado tras apenas siete jornadas en las que marchaba segundo e invicto. El hombre se fue con buen recuerdo de Brujas (igual que con el que se va a ir de aquí fijo) y hasta hizo un vídeo de despedida en el que se reivindica con los datos en la mano (me encanta lo de “record de puntos en un play-off con el Brujas” cuando era sólo la cuarta ocasión en la historia que se usaba ese formato).
Ese es el bagaje con el que venía al Betis, firmando su contrato antes del cese de su compañero de profesión Pepe Mel, en un alarde de clase y categoría. Para ser totalmente objetivos, y porque la escasez de encuentros lo permite, analizaremos su aportación casi día a día desde entonces.
El día de su presentación dijo que se trabajaría “con los jugadores que hay, son buenos y están perfectamente capacitados para sacar al Betis de esta situación”. Vamos, que no hacían falta fichajes. Aparte iluminó a los presentes indicando que el objetivo de un equipo que iba último clasificado casi a mitad de temporada era la permanencia.
Debutó en un partido de Copa en Lérida, con victoria por 1-2 frente a un Segunda B que jugó con diez durante gran parte del encuentro. Posteriormente cerró la fase de grupos de la Europa League con un empate sin goles en casa frente al poderoso Rijeka croata. De cualquier forma el equipo ya estaba clasificado matemáticamente para la siguiente fase del torneo.
El día de la verdad llegaba con el debut en Liga, en Anoeta. Aquel día la Real Sociedad venció al Betis por cinco goles a uno, si bien es cierto que el resultado fue demasiado abultado para lo visto sobre el terreno de juego.
El siguiente encuentro es la vuelta copera frente al Lérida. El Betis se pone muy pronto 2-0 ganando, pero el equipo de Segunda B le empata el partido y está a punto de darle la vuelta a la eliminatoria. Finalmente la cosa acabó 2-2 y madrecita que me quede como estoy.
Volviendo a la Liga llegaba el debut como local frente al Almería, rival directísimo por la permanencia. El Betis pierde 0-1 y se hunde aún más. La gran aportación de Garrido aquel día fue que, al final del encuentro, los jugadores y él mismo se plantaran en el centro del campo a aguantar la sonora reacción del respetable. Posteriormente dijo en rueda de prensa que era algo que había aprendido en Bélgica (es decir, allí aprendió a aguantar broncas tras perder) y de repente hacían falta refuerzos que una semana antes no eran necesarios.
Tras el parón navideño se empata sin goles en Valladolid en un pestiño de partido que da lugar a la crónica más patética y peor escrita que mis ojos han leído, aunque viniendo de uno de los periodistas más patéticos de la ciudad tampoco es de extrañar. Una serie de exabruptos vomitados sin ningún tipo de estructura y sin mencionar un solo nombre de futbolista o un único concepto táctico. Con la de periodistas que hay en paro y los buenos amigos que debe tener el pavo éste para que le paguen por escribir eso.
Volviendo a Garrido, tras el partido de Zorrilla se le gana en Copa 1-0 al Athletic en un partido discreto, pero no exento de mérito, al batir a un rival que estaba de dulce. La alegría dura poco porque en el último partido de la primera vuelta, encuentro decisivo frente a Osasuna, rival directo, al Betis le pasa de todo. Encaja un gol en el primer minuto, le expulsan de forma rigurosa a un jugador, se mete un gol en propia puerta, falla un penalti y no sé cuántas desgracias más. Encima Garrido en el descanso, perdiendo 0-1, quita a Juanfran (que había fallado en el gol pero que después se rehizo y era quien más peligro llevaba) para meter a Jordi Figueras (que no es lateral y que haría el 0-2 en propia meta a los cuatro minutos) y deja sólo a Lolo Reyes en el mediocentro, viéndose desbordado el chileno. Finalmente la cosa acabó 1-2 y el Betis firmó tres cuartos de descenso. En rueda de prensa nuestro crack afirmó que “no había aportado nada al equipo”.Mentira, aportó lo de quedarse a escuchar la bronca, acto que se volvió a repetir. Por otra parte dijo que se estaban repitiendo “errores del pasado”, la culpa a la gestión anterior, táctica que tanto rédito le da a nuestro alcalde el señor Zoido.
Y aquí Garrido se desata. Se rumorea que se ha llevado una comisión por la cesión de la nueva incorporación, Leo Baptistao, y por otro lado suelta una llorona rueda de prensa en la que se queja de filtraciones, inestabilidad y de que no llegan los fichajes que no hacían falta a su llegada no demasiado tiempo antes. Con todo el equipo se planta en Bilbao para jugar la vuelta de la Copa, y rara vez se ha visto un equipo que lleva ventaja llegar tan derrotado al segundo encuentro de una eliminatoria. Pasa lo que tiene que pasar, que se pierde 2-0 y el Betis es eliminado sin tirar ni una sola vez a puerta en San Mamés, algo que Garrido interpreta de esta forma. Un visionario el hombre, que con el 2-0 quitó a Lolo Reyes (mediocentro) para meter a Perquis (central). Será como Van Gogh, su obra será apreciada después de muerto.
Y tras todo esto, pues te viene el Real Madrid a tu estadio, te mete un 0-5 con el equipo arrastrándose por el campo (menos Andersen, el portero, que prefiere no tirarse), pasando del tema, y dejando tirado al entrenador cuando este hace el amago de, por tercera vez consecutiva, irse al centro del campo a aguantar la bronca del público. Un entrenador que perdiendo quita al delantero centro y que vuelve a hacer el cambio de quitar un mediocentro para meter un central. La afición pide su marcha y, una vez más, en una entrega más de sus memorables ruedas de prensa, afirma que esta vez no se puede salir reforzado como en Bilbao (júralo) y que “hay que empezar a mejorar desde la siguiente jornada”, y es que las anteriores eran de prueba.
Ése ha sido el bagaje de Garrido en el Betis, un punto sobre quince y casi más corto que el tiempo que han tardado nuestros estimados lectores en leer esto. Ya tiene Heliópolis su carabollo particular.
13 comentarios:
La verdad que el tío se lo ha currado para inaugurar la 2013/14 en esta página. Vale que la plantilla con la que se ha encontrado no es culpa suya, pero lo siesísimo que es, los cero resultados que ha obtenido y ya lo último que trincara dinero de los de Baptistao... meteórica carrera kukletera.
Lo que no estoy de acuerdo es con lo de que Heliopolis ya tiene a su carabollo particular, recordemos que cuando llegó Camacho era como si hubiera venido Guardiola al Sevilla y además duró 21 jornadas (aunque desde octubre sin Colusso, por lo que no se si a partir de ahí se le puede llamar "jornadas") por lo cual tuvo tiempo para cagarla aun más que Garrido.
Me he leido el artículo con especial atención. Antes incluso de saber que se me mencionaba jejeje.
A Garrido le tengo muchas y variadas formas de asco. Por su forma de ser, por sus declaraciones, por su forma de actuar. Le tengo muy calado. Y por eso, siento decirlo, no me ha extrañado nada de lo aquí contado.
En primer lugar dejo un artículo del AS que presuntamente elogiaba a Garrido... http://blogs.as.com/mrpentland/2013/12/ssssssssssssssssssssssss.html
Ya deja ver como es el personaje. Fanfarrón, creído, chulo, malencarado. Gustoso de sacar pecho cuando vienen bien dadas. Con amplías excusas cuando no es así. Capaz de negar la mano cuando se ve superior. Capaz de justificar trifulcas que enmascaran sus resultados... Todo vale. Todo sirve.
Es una batalla perdida, pero a mí me gusta subrayarla mucho. El primer año Garrido no entra en Europa, sino que le meten porque expulsan al MAllorca. El segundo año, cierto es, el Villarreal queda 4ª y alcanza semifinales en la UEFA hasta que Falcao aparece para hacer justicia... Y el año siguiente se tira todo el año zozobrando en la parte baja, pierde todos los partidos en Champions y acaba bajando. Con un plantillón. El mismo que acaba 4ª. El 5ª presupuesto de la Liga....
Eso sí. Como hará dentro de dos meses con el Betis se prodigará por tv, radio y prensa, elogiándose, culpando de males ajenos y ganándose futuros lugares donde recolectar dinero mientras la prensa le elogia y algunos le juzgan de forma asquerosa pese a su gran labor
Hombre, sin ánimo de defender a Garrido pero en honor a la verdad, hay que decir que en su tercer año en el Villarreal el equipo castellonense empezó a bajar su presupuesto drásticamente a fin de adaptarse mejor a la nueva situcación económica y vendió a su hombre franquicia (Cazorla) al Málaga y a un titularísimo como Capdevila al Benfica. También habría que recordar que sus dos máximas estrellas que eran Nilmar y sobre todo Rossi se pasaron lesionados la mayor parte de temporada, lo que le restó mucho gol (solo tenían a Marco Ruben que venñia del filial), Rossi no volvió a aparecer y Nilmar pues salió un poco tocado y no tuvo el rendimiento anterior a la lesión.
Pero eso es en Villarreal, claro. En el Betis mojona gordísima
Descendaría el presupuesto del Villarreal... como el que bajaron el de todos los equipos, imagino. Pero él amigo tenía a Diego Lopez (según pone por ahí en un enlace José, palabras de Garrido) uno d elos mejores dle mundo, tenía a Marchena, a Mussachio, a Bruno, a Borja Valero, a Nilmar, a Senna, a Cani...
Ese es el Villareal que Garrido deja al borde del descenso... Pero claor hay culpas ajenas. Como en el Betis. Él no tiene nada que ver con la mala marcha del equipo...
Y baja el presupuesto... porque explota el cachondeo de la Generalitat y deja de llevar Aeroport de Castelló en la camiseta cobrando 6 millones de euros...
Illo Diego López ese año mejor del mundo un carajo pa Garrido, hizo una temporada absolutamente patética. Se las colaban todas, yo lo flipé cuando lo fichó el Sevilla precisamente por eso, porque había tenido un año desastroso... y así salió como salió el fichaje.
Pero vamos que no trataba de justificar a Garrido con mi anterior respuesta, sino que simplemente es cierto que el descenso del Villarreal aquel año fue muy atípico y para colmo fichan a Lotina, lo que les condenó irremediablemente al descenso.
Que buena entrada así a golpe de Lunes. Nos frotamos las manos con lo que nos espera al final de la presente temporada.
Pues yo estoy con ambos, con Rinat y con Gontxo. Como entrenador aplicando así de primeras mi teoría ya comentada sobre las caras (Clavero con esa cara hizo demasiado en el fútbol), pues opino que Garrido bastante hizo como entrenador ya. Fuera conhas, no me parecía el entrenador adecuado para sustituir a todo un Pepe Mel. Vale, la plantilla es la que es, pero era visto que no lo iba mejorar. En otras circunstancias podría valer pero en este caso sólo hacía falta preguntarse, ¿mejorará a Mel?
Del Villarreal que descendió pues eso, tuvo las bajas de Capdevila y Cazorla. Cani, que tras despuntar en Zaragoza y a rachas en Villarreal no es el jugador que es hoy en día tra la temporada pasada en Segunda y lo que lleva de la actual. Zapata demostró ser un pato con numerosas cagadas. Nilmar y Rossi tocados con Marco Rubén peleando sólo contra el mundo. Y fichajes como De Guzmán o Camunhas (que no tenía nivel de Champions)pues no cuajaron.
He de reconocer que plagié a ZP cuando el Villarreal contrató a Lotina. "No nos falles" le puse. No lo hizo. Un grande.
Debo decir que me dejé en el tintero una de sus magníficas declaraciones cuando dijo que "si un equipo que lleva 11 puntos a estas alturas se salva es un milagro". La cosa es que es cierto que teníamos 11 puntos, pero en ese momento estábamos a 4-5 puntos de la salvación quedando más de media Liga, y va el muchacho y califica de "milagro" esa hipotética remontada. Espectacular.
Garrido me recuerda al típico entrenador que ya llama a las puertas d eun club antes de que destituyan al que esté en el puesto
como se os ve el plumero, se nota taco que sois sevillistas a jierro, que pena.
@Anónimo del 24 de Enero a las 13:16, por supuesto que sí. Yo cada domingo voy con mi bufanda al Gol Norte del Pizjuán a cantar "vuelan banderas". Con decirte que le he puesto a mi hija María Kanouté...
Estoy de acuerdo con el anónimo, criticar a Garrido es de mal betico o en su defecto de sevillista. Se te ha visto el plumero José!!
Leído el cuarto párrafo de su comentario, me pareció haber leído una descripción de cómo es Pepe Mel.
No es cuestión de hablar de Mel en este artículo, pero estaría encantado de hacer un artículo sobre el madrileño.
Saludos.
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