ANTÓNIO JOSÉ CONCEIÇÃO OLIVEIRA “TONI”

Buenas y elegantes tardes,

Conocido es mi gusto hacia esos jugadores de los de antes, esos tipos con bigotes  (no en vano mi debut en esta casa se produjo con el nunca suficientemente añorado Sánchez Jara), sin miedo a ofrecer algo de carne entre su cuero cabelludo o con peinados de lo más extravagante, pero no solo de jugadores vive el fútbol, los entrenadores también son objeto de mi oscuro deseo y ya que Azkargorta ya ha sido convenientemente citado en esta casa, hoy tendré a bien dedicarle unas palabras a otro ilustre entrenador que paseó mostacho en esta ciudad, se trata de el portugués Toni.

Toni llegó al Sevilla en el verano (de infausto recuerdo) de 1995 con la misión de sustituir a Luis Aragonés, que había conseguido clasificar al Sevilla para Europa de nuevo tras varios años de ausencia. Aunque era un perfecto desconocido en nuestro país, lo cierto es que Toni había sido un jugador con nombre dentro del fútbol portugués, destacando sobre todo por su buen hacer en el Benfica, club en el que tras retirarse como jugador comienza su carrera como asistente de técnicos como Goran Eriksson o John Mortimore y  de distintos seleccionadores lusos, hasta que por fin le llega la oportunidad de emprender su profesión a lo llanero solitario en diferentes etapas del club de toda su vida, logrando el subcampeonato de la Copa de Europa de 1988, amén de varios títulos nacionales. Previo a su llegada al Sevilla, Toni se aventuró en el fútbol francés dirigiendo al Girondis de Burdeos, en una temporada que no se encontrará sin lugar a dudas entre las más recordadas del los simpáticos aficionados del club francés.

A principios de julio es contratado por Luis Cuervas, un presidente con fama de ser más de entrenadores que de jugadores por lo que fue recibido con cierta sorpresa y recelo entre los aficionados que no tenían ni la más mínima idea de quién era el bigotudo personaje que se iba a encargar de regir los designios de su club no solo en competición doméstica, sino también en Europa. Su idea era la de dar continuidad al proyecto comenzado por Luis Aragonés (a lo Del Bosque, si no tienes bigote no mereces sustituir al Sabio de Hortaleza), pero no tardaría ni un mes en tener que mandar sus intenciones a tomar por culo.

A principios de agosto la Liga decide descender al Celta y al Sevilla a 2ªB por el impago de unos avales, un descenso que causa una autentica conmoción entre los aficionados de ambos equipos que no dudan en manifestarse contra tal decisión. Durante aproximadamente dos semanas, la plantilla del Sevilla, con su entrenador a la cabeza vivió con incertidumbre el transcurrir de los acontecimientos, Cuervas (que le había traído) dimitió de su cargo y Del Nido le sustituyó de manera interina hasta conformar un nuevo consejo, los jugadores estaban intranquilos ante su futuro y lógicamente las negociaciones con posibles fichajes se desvanecieron por la posibilidad de que el Sevilla acabara jugando en 2ªB.

Finalmente la Liga no descendió a ninguno de los dos equipos, al igual que los sustitutos que la Liga había designado para que ocuparan su plaza (el Valladolid y el Albacete), creándose una estrafalaria liga de 22 equipos y todo porque según se rumoreaba había un tercer equipo que también había impagado los avales y que no fue descendido, que era nada más y nada menos que el Real Madrid, por lo que ante la posibilidad de que Sevilla y Celta denunciaran este hecho ante la justicia ordinaria y tener que enviar al mastodonte madridista a 2ªB, se decidió mantener a todos, callar y aquí paz y luego gloria. (Yo personalmente solo con la remota posibilidad de que el Real Madrid juegue en 2ªB me empalmo).

El caso es que con todo el lio formado, Toni no sabía ni donde estaba, ni que hacía allí, ni porque llevaba bigote. La posibilidad de contratar a más jugadores se  esfumaba, además de por el poco tiempo que le quedaba al mercado, por la interinidad del consejo tras la marcha de su presidente por lo que a pesar de que había habido numerosas bajas en la plantilla como Bango, Soler, Cortijo o Linde se tuvo que apañar con lo que tenía (que no era poco, estaba Moacir, si, pero también Suker, Rafa Paz o Moya) más Peixe, Oulida y Ferreras que habían firmado antes del escándalo y canteranos que promocionaron al primer equipo como Arturo, Michel o Pepelu.

Aun con el susto metido en el cuerpo comienza la liga y el equipo de Toni muestra una caraja equivalente a la que transmite su entrenador y no gana un partido hasta la jornada octava, aunque al menos se clasifica para la siguiente ronda de la UEFA eliminando al correoso Botev Plodiv, pero cuentan las lenguas antiguas que un 14 de octubre (¿nació una ilusión?) de 1995  el Sevilla jugó en casa contra el Espanyol,  perdió, se metió en descenso y el nuevo presidente vio la oportunidad perfecta para meter a Toni y a su mostacho en un coche y enviarlos vía la A-49 de nuevo rumbo a Portugal.

Angustiado por la desazón que le produjo el fracaso en la escuadra hispalense, Toni no se deja ver de nuevo por un banquillo hasta el año 2000, fecha en la que su amado Benfica lo reclama, pero el mostacho de Toni ya no estaba de moda en Lisboa como antaño por lo que la afición trata al entrenador con una tibieza que es demasiado para el pobre Antonio José, que no duda en poner tierra de por medio para viajar junto a su familia a países tan dispares como China, Egipto, Arabia Saudí o Emirato Árabes Unidos con el propósito de ejercer su profesión en  ligas tan competitivas y con tanto gusto por un buen bigote como éstas. Actualmente ha asumido un nuevo reto, tanto profesional como personal y ha aceptado el cargo de entrenador del potente Tractor Sazi iraní, quien sabe si con la loable intención de convertirse en la leyenda definitiva de los banquillos de la antigua Persia.