Que orgullosos
podemos estar los españoles, multitud de chicos nacidos en nuestro país
triunfan en el extranjero jugando al fútbol. Por fin Europa reconoce el talento
de nuestros compatriotas y se rinde ante ellos. Bueno… reconoce el talento o
bien saben que en España no tenemos un duro para retener a un chico que apunta
maneras y se aprovechan de eso, que también.
No es la
primera vez que pasa, desde luego. Se me ocurre por ejemplo Argentina, tras
ganar el Mundial 86 hubo una fiebre por el jugador argentino en todo el mundo.
Llegaban cientos de ellos a cada liga todos los años, varios muy buenos, otros
no tantos y algunos a los que les temblaban las
piernas al saltar al campo. Resultado casi 30 años después: ya no llegan a
jugar en la primera argentina ni los juveniles que destacan, así que imaginen
lo que dura una futura estrella jugando ante sus compatriotas. Ejemplo paradigmático
el de Messi. Más cercanos, los de Fazio, Perotti, Trecarichi o
Sachetti. ¿Es extrapolable este ejemplo a la liga española? Pues observando que
no solo coincide esta emigración del jugador español con que la selección haya
sido campeona del mundo, sino que además
visto como se va empobreciendo el nivel de nuestra Liga (por mucho que el
impresentable de Sergio Sauca aproveche la más mínima ocasión para desde una TV
pública arremeter contra los pensamos y decimos que la liga es una puta mierda)
y como el Arsenal, el Liverpool o el Machester City se quedan con cualquier
chaval de 14 años que destaque no sería para nada raro que con el paso de los
años llegáramos a una situación similar.
Varias veces he
escuchado que el fútbol es un reflejo de la sociedad, así que enlazando con el
primer párrafo y viendo los miles de jóvenes que han tenido que emigrar de su país
en busca de un futuro próspero cualquiera se atrevería a negarlo. Mientras
Calatrava hacía su agosto construyendo puentes a diestro y siniestro, cualquier
equipo te pagaba siete u ocho millones de euros por un jugador, ayer sin embargo
leí el dato de que las veinte personas
más ricas de España mueven el mismo dinero que las nueve millones de personas
más pobres. Ahora extrapolen esta noticia a Madrid + Barça y el resto y
verán cómo la frase no es tan atrevida como puede parecer.
Si usted,
estimado lector ha llegado hasta aquí, supongo que ya se habrá hecho la
pregunta del millón: ¿Y qué cojones tiene esto que ver con el euroderbi, con el
Betis o con el Sevilla? Evidentemente nada, pero a la vez mucho. En los últimos
días no sé cuantas veces habré leído que esta eliminatoria europea va a servir
para mostrar al continente ya no solo a la propia Sevilla, sino también como se
vive el fútbol en nuestra ciudad y el potencial de nuestros equipos, pero lo
que no he leído en ningún medio es que lo que va a ser imposible de ver en este
duelo europeo entre Sevilla y Betis es la esencia del carácter de ambos
equipos: el futbolista sevillano. Sobre
la mesa si, sobre el césped no.
El chaval
criado en las categorías inferiores ha sido siempre quien ha cimentado la base
de ambos equipos. Ya saben, aquella escuela sevillana que tanto le gustaba a Silvio,
la del regate, la del arte. Evidentemente está muy bien que el Sevilla pueda
contar con los Kanouté, Luis Fabiano, Palop, Javi Navarro y el Betis con
Oliveira, Finidi, Rubén Castro o Alfonso, nadie lo discute y en muchas
ocasiones sienten los colores como el que más, pero en los últimos años percibo
un maltrato al canterano que está haciendo perder la esencia en el campo del
partido más importante que se vive en nuestra ciudad. Y es que ¿cuántos
canteranos jugaron el partido del pasado jueves? Pues de 28 jugadores (y siendo
generosos con el término) tan solo cinco ¡CINCO! Que sean sevillanos
Alberto Moreno, Caro y Reyes
y de fuera de Sevilla Vadillo y Salva Sevilla, por lo que el derbi europeo está
muy bien, nos hace sentir orgullosos y euroadaptados a todos, pero a la hora de
la verdad, pisando la yerba, aquí nadie ha jugado un Sevilla contra
Betis en la plazuela ni han llegado a casa diciéndole a su madre que para cenar
quería serranito, lo que no puede evitar hacer apenar a cuantos conformamos
esta casa, fiel defensora del fútbol de cantera.
Cuando el Betis
bajó a segunda fueron los canteranos los que cogieron las riendas del equipo y
junto a buenas adquisiciones montaron un grupo que a pesar de la crisis de la
institución y de la falta de medios económicos fue capaz de llevar al equipo a
Europa. Hoy los Adrián, Casto, Isidoro, Ezequiel, Cañas, Pozuelo (aceptamos incluso
a Beñat) han dicho adiós a la entidad verdiblanca porque no se apostó por ellos
(por las razones que sean) y ya ven como marcha el equipo.
En el Sevilla
la situación no es muy distinta. Durante toda la temporada ha habido momentos
en los que ha faltado liderazgo e identidad y a los jugadores llamados a
tenerla en el futuro como Luna,
Cala o Luis Alberto no se les ha dado la oportunidad de demostrar su valía. Se
han perdido dos generaciones campeonas en fase juvenil, se prefiere pagar 3,5
millones de € en Babá en vez de darle minutos a Rodri, se confía antes en
Perotti que en Capel o Alfaro y a Javi Varas se le quita de en medio a las
primeras de cambio, por lo que ahora el único canterano asentado en el equipo
titular que tiene es uno capaz de mostrar en twitter su
“trofeo” en forma de camiseta de CR7 después de que el Madrid le diera una paliza
al Sevilla y tiene todos los papeles de salir tras una temporada y media en la
primera plantilla.
¿Es que ya no
es posible que un chaval de Utrera, Lora o de Felipe II se convierta en leyenda
de su equipo de toda la vida? ¿Ya no hay nadie capaz de salir al centro del
terreno de juego, mirar la grada rugiendo a su alrededor y pensar “me los voy a
comer como hacía en el recreo”?
El Euroderbi
está muy bien, pero no se engañen, los que están sobre el césped no le van a mostrar a nadie lo que se siente en
esta ciudad por el fútbol, no lo representan, lo representamos NOSOTROS y solo
nosotros, los que en el bar llevamos dos semanas sin cambiar de tema, los que
espolean desde las redes sociales a las hordas de seguidores de su equipo, los
que acudimos a dejarnos la garganta y los que estamos pensando que como pierda
mi equipo verás el viernes… podrán hacernos emigrar, podrán hacer que jueguen
un derbi 22 tíos de Burundi, pero si este partido mantiene la esencia se viva
donde se viva es por todos aquellos que en alguna ocasión oyeron eso de “Los
del Betis marcáis allí y los del Sevilla allá”
14 comentarios:
Como habréis podido leer el tono de este artículo no es el habitual desendadado de la web que muchos venís buscando cada vez que nos visitais, pero me apetecía compartir esta reflexión que por supuesto admite todo tipo de crítica u opinión en contrario, además... ¿a qué os hemos sorprendido? ¡JA! Todavía podemos sorprender (¬¬)
Rakitic se pone to siego de serranitos ¿que no?
Ole, ole y ole. Pedazo de post.
Lo primero una puntualización personal, y es que para mí ni Salva Sevilla, ni Casto ni Beñat ni Fazio ni Perotti se pueden considerar canteranos. Para mí mínimo desde el juvenil. Fichado del tirón para el filial no me vale.
Y ya entrando en el tema del canterano in this town me gustaría comentar una cosa que tengo vista tanto en un equipo como en otro y es que al canterano no se le perdona ni media.
En el Betis recuerdo por ejemplo el caso más paradigmático y que más me ha desquiciado, Denilson. Sólo hasta la última temporada (de siete) no escuché que una parte digamos mayoritaria de la grada se le pusiera en contra cuando tuvo un rendimiento paupérrimo y un comportamiento deleznable. Aún hoy día hay quien pone excusas a su patético paso por nuestro equipo. En aquella época en cambio la grada tenía enfilados a gente como Arzu o Melli, que si bien no eran cracks mundiales, eran jugadores que en una mayoría de partidos te podían cumplir, aunque fuera para hacer fondo de armario, y que daban lo que tenían. Doblas nos dio una Copa del Rey y acabó siendo abucheado (hoy día muchos han reclamado su vuelta más de una vez sin acordarse de cómo fueron sus últimos tiempos en el club). A Varela la gente le ponía a parir y se fue diciendo que a ver cuándo llegaba al Betis un lateral derecho que fuera mejor que él, palabras que provocaron el descojone general, pero que siete años después siguen siendo una verdad como un templo.
De hecho, un ejemplo de esta temporada es Caro, que debutó jugando un par de partidos buenos, falló en Copa ante el Athletic y después de eso nadie se ha dignado a acordarse de él hasta la ida contra el Sevilla dos meses después. En cambio Jordi Figueras puede fallar día sí y día también que seguirá jugando.
Decir que la afición del Betis cambia este comportamiento si es un jugador más o menos filigranero perdonando que seas un vago redomado, como ocurrió con Joaquín y en menor medida con Vadillo ahora.
Por otro lado, con mis amigos sevillistas he tenido más de una discusión respecto a gente como Cala, Alfaro, José Carlos o Javi Varas (que este año volvió) que han cumplido en líneas generales y los han largado para traer medianías en su sitio. Que es que te sueltan "es que no tienen nivel para jugar en el Sevilla", como si el Sevilla fuera el Brasil del 70, o como si peña que pusieron en su lugar como el Laucha Acosta o Mosquera sí que tuvieran nivel.
Y lo mejor es que cuando les hablas de los que he mencionado a la gente (Arzu, Melli, Cala, Alfaro..) te sueltan con todo su sarcasmo prepotente "sí, sí, Balón de Oro". Coño, que no se dice eso, se dice que son futbolistas cumplidores y que aunque yo sé que no es Maldini, me pego chocazos cuando veo a Álex Martínez cedido en el Murcia y a Dídac en el Betis.
De acuerdo contigo en lo de Beñat, Fazio o Perotti, de hecho no he considerado canterano a ninguno. A Salva Sevilla si porque pensaba que había tenido recorrido en la cantera del Sevilla, pero acabo de comprobar que no, que venía del Atlético B y con Casto me ha pasado 3/4 de lo mismo.
Completamente de acuerdo con tu comentario, un caso absolutamente paradigmático de esto fue el de Gallardo, con su famosa anécdota por la que tuvo que jugar con tapones en el Sánchez Pizjuan. Cierto es que luego casi ninguno suele tener un recorrido posterior como para arrepentirse de su marcha, pero lo que comentas, como fondo de armario los Alfaro, Rodri, Pozuelo, José Carlos, Casado (que hizo dos temporadones en el Rayo), etc son mucho más validos que los Acosta, Babá, Stevanovic, Sara, Andersen ,etc,etc ¿Con lo que han costado en total (incluyendo fichaje y ficha) Sara y Andersen no se podía haber hecho un esfuerzo para que se quedara Adrián?
Esa gente es la que luego se va a partir los cuernos de verdad por su equipo, pero parece que por ser precisamente de la casa se les tiene que tratar peor. Como dijo Antonio Puerta cuando firmó su renovación por el Sevilla : "Sé que me estáis engañando pero firmo porque soy sevillista"
Totalmente de acuerdo con Jose MME. Suscribo punto por punto tu comentario.
Entiendo y casi comparto el contenido, pero explicaré mi biografía futbolera y se entenderá el "casi". Mi familia, como tantas otras familias andaluzas, se desplazó a Cataluña para ganarse la vida. Lo que en principio debía ser una temporada en la que ahorrar un buen pellizco se acabó alargando, hasta hacerse permanente.
Es así como me crié a unos centenares metros de la Nova Creu Alta, donde disfruté tanto como sufrí las visitas de mi Sevilla durante dos temporadas en primera (y en una eliminatoria de copa con Dassaev bajo palos), mirando de reojo la clasificación, preocupado por el descenso del Sabadell que abortara una nueva visita del Sevilla al año siguiente. Y claro, porqué a la camiseta arlequinada también se le coge cariño. Un cariño que se desbordaba cuando el rival vestía de verde. Me recuerdo pegado a la radio durante el primer partido en primera, la temporada aquella de los play-off, que el Sabadell aguantó y disfrutó de ocasiones en el Villamarín, hasta recibir el gol de la derrota casi en el minuto 90. O las risas en el gol norte de la Nova Creu Alta y los gritos de "tonto, tonto" a Calleja cuando chutó un balón franco desde la corona del área y la envió a saque de banda...
Ya un poco más mayor me planté en varias ocasiones en el Camp Nou o en Montjuic, antes de que el Espanyol se mudase a Cornellá. Incluso en el Mini-estadi, donde Jesuli calentaba en la banda mascullando algo contra el grupillo de aficionados béticos que le insultaban, acabando en un empate que dificultaba el ascenso...
Tiempo después, en una tarde de primavera, salí a toda leche del trabajo para llegar a casa y plantarme delante de la tele. En el semáforo de entrada a mi barrio calé el motor y no lograba arrancar de nuevo. Todos los conductores que me pitaban enfurecidos, no podían entender que me temblaban las piernas porqué acababa de escuchar el 1-0 de Luis Fabiano en Eindhoven.
La guasa y el pique sano, que tanto se reivindica estos días, la he vivido sólo en el descafeinado formato de la pretemporada, con encuentros de poco voltaje ante equipos de regional, mientras pasaba el agosto en el pueblo. La afición sevillista fuera de Andalucía es complicada. No tienes con quien compartir las victorias, pero no falta quien se ria de ti con las derrotas, ni quien te refriegue cuando el Betis está mejor clasificado, ni quien te mire con incredulidad o condescendencia y te repregunte "sí vale, pero ¿del Barça o del Madrid?".
Durante mis dos temporadas en categoría infantil, defendí el centro de la zaga arlequinada, soñando con ser el ídolo local que devolviera al club a la primera división, ganándome con ello un sonado traspaso para liderar al Sevilla a triunfos más ambiciosos. La realidad me puso rápido en mi sitio: el lateral derecho del equipo de mi barrio donde, a falta de calidad en las piernas y buena colocación, podía explotar el saque de banda que, cual Amunike, parecía ser mi única virtud. Si hubiera cumplido mi sueño de vestir de blanco en Nervión, no cabe duda que ahora sería un semidiós para los amigos de Colusso...
A lo que voy es que hay muchas formas de vivir el sevillismo y no forzosamente han de pasar por la ciudad. Chavales de la provincia o de otros rincones andaluces, por no insistir en los que lo hemos vivido aún más lejos, que a lo mejor sólo han visto a su Sevilla o su Betis por la tele, no son menos representativos de esa comunión con unos colores. Criado lejos de Sevilla y de su cantera futbolística, se puede ser tan o más representativo para el club como el chaval que entró con 9 años.
@JMM: Gran comentario y testimonio, amigo. Precisamente por lo que comentas no se habla en esta entrada de un caso como el tuyo, sino de la falta de jugadores que desde chiquititos hayan sentido lo que significa un Sevilla - Betis de verdad, desde la cercanía o desde la lejanía, como es el caso, aunque como comentas con más dificultades para encontrar tu "alter ego" que de por culo jejeje
Lo de comentas de "sí vale, pero ¿del Barça o del Madrid?" es simplemente catetismo ilustrado demasiado extendido en la actualidad, desgraciadamente.
PD: esta casa siente un gran respeto a los arlequinados. No sé si por Hiroshi o por Axel Torres, pero se siente ;-)
Vuelvo a entrar para agradecer la respuesta y para confirmar, una vez visto el desenlace del euroderbi, cuanta razón teníais: se viene un alemán del Chelsea a reflotar aquí su carrera de estrella pero, a la hora de poner lo que hay que poner, que lo chute Alberto...
PD: qué lástima el Hiroshi, con la ilusión que me hacía que triunfara!
Un post y una serie de comentarios como el derbi de ayer: Epicos
Un momento bueno para establecer la regla de oro del canterano sevillano:
"La velocidad de ascensión a los altares futbolísticos y populares de un canterano sevillano es directamente proporcional a la velocidad con la que desciende a los infiernos de la grada que lo encumbró"
Somos muy dados tanto a engrandecer a chavales por nada, para luego ponerlos a caer de un burro.
No hago lista,porque seria interminable. El fútbol y esta ciudad son asi
Yo es que al leer el título de la entrada pensaba que trataba de esa suerte que dominan los niños en el recreo de colegios e institutos, donde para aprovechar el tiempo a tope son capaces de jugar al futbol y comer el bocadillo a la vez. Esto lo he visto incluso hacer con el baloncesto, que tiene más mérito por razones obvias.
Comparto alguna de las reflexiones de jmm sobre la afición en el exilio, la diáspora sevillista cuando nos unimos en getafe, vallecas, calderón o bernabeu, nos comprendemos muy bien, porque sufrimos los mismo problemas.
Nos vemos
Muy bueno el post, pero que muy bueno.
Muy bonitas sus reflexiones, JMM, pero que muy bonitas. Yo tengo historias parecidas, y me he sentido identificado.
A Silvio le gustaban los jugadores de la escuela sevillana y los porteros rusos con mucho rol!!!
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