RAPHAEL JOSEPH MEADE

Este morenito inglés que jugó en el Real Betis a finales de los 80, tan solo necesitó un minuto (o dos pataditas al balón) para hacer ver a la afición verdiblanca de qué era capaz y lo que iba a aportar esa temporada. 

Pero vamos por partes. Raphael Joseph Meade, nacido en Inglaterra en el año 1962, se crió futbolísticamente en el Arsenal, donde entró a los 8 años de edad y estuvo hasta los 22. Fue un killer en las categorías inferiores llegando a estar 4 temporadas en el primer equipo y jugando incluso algún partido de la UEFA. Pero entre que no llegó a adaptarse a la exigente liga inglesa y las lesiones, tuvo que emigrar a Portugal donde lo fichó el Sporting de Portugal (Lisboa).

En este equipo, donde estuvo 2 temporadas, cuajó sus mejores momentos deportivos, entre ellos en diciembre del 86 en un derby portugués entre el Lisboa y el Benfica, contribuyendo con un gol a la mayor derrota del Benfica en su historia, 7-1. Esta campaña, que la cerró con 16 goles, fue su última en el equipo luso, a pesar de restarle otra campaña, pues diferencias económicas hicieron que no renovase y lo dejaran sin ficha.

Es aquí donde entra el Betis, que viendo peligrar su permanencia en la primera división española, decide fichar un delantero en el mercado de invierno de la temporada 1987-88. El actual entrenador, su compatriota Jhon Mortimore, ex técnico del Benfica eterno rival del Sporting de Lisboa, es quien lo recomendó. Al ser extranjero, y tener el Betis cubiertas las dos plazas, tuvieron que sacrificar a uno de los jugadores foráneos que tenían, y este fue el argentino José Carlos Fantaguzzi, (el otro era el "Pato" Yañez).

Era un fichaje ilusionante, a pesar que se decía que lo que hacía falta era un centrocampista y no un delantero para permanecer en primera, porque desde Portugal llegaban noticias de gran jugador, corpulento y de gran fortaleza física, buen cabeceador y con gran movilidad que veía puerta con suma facilidad, comparándolo, incluso, con el osasunista Michael Robinson. Todo un crack para los medios portugueses, aunque él mismo trató de quitarse presión en su primera entrevista como bético.

Y no iban descaminadas las palabras del bueno de Rafael, como lo empezó a llamar la fiel hinchada bética, de que no se parecía a Maradona ni Gullit tal y como demostró en su presentación, ya que cuando se puso a darle pataditas al balón, a la segunda el balón se le fue al carajo. Después de eso, solo le quedaba los terrenos de juego, pero su gran valedor, el mister Jhon Mortimore, fue destituido al poco de llegar Rafael, y Pedro Buenaventura, su sustituto no llegó nunca a confiar en él. Jugó solamente tres partidos (uno de titular con el técnico inglés) con un total de 113 minutos en los que apenas tocó la pelota, siendo lo único que hizo fue recibir una tarjeta amarilla por perder tiempo.

Lógicamente, el Real Betis no ejerció la opción de compra que tenía, por lo que el futbolista volvió a Inglaterra, donde lo reclamaron por un asunto de sexo con una menor. Siguió jugando al fútbol, claro que sí, pero ya no volvió a golear como lo hizo en su adolescencia o en el Sporting de Portugal. No hubo equipo en el que jugase más de una temporada, intentándolo incluso en Hong-Kong, pero se tuvo que retirar en 1996 en el Crawley Town, equipo de la Regional Inglesa ante la falta de oportunidades, ya que marcó 10 goles en sus últimos 8 años de fútbol pasando por equipos como el Dundee United escocés, el Luton Town londinense o el Brighton, además del mencionado Ernest Borel de Hong Kong.