Este apuesto caballero de ojos profundos y mirada penetrante es Sergey Vladimirovich Neiman, nacido en una desconocida ciudad de las entrañas de la otrora Unión Soviética una oscura y desapacible noche de septiembre de 1965. Desde muy temprana edad Sergei Nosmalo fue un niño carente de expresividad y sentimientos afectivos, lo único que le hacía esbozar una leve mueca de alegría era la práctica del fútbol lo que unido a la dureza con la que veía como los trabajadores se ganaban la vida en su país hizo que supiera muy pronto que no había otro futuro para él que el de ser futbolista. Con los progresos técnicos que iba alcanzando con el paso de los años un día se presentó en unas pruebas de selección de la cantera del Zenit de Leningrado (hoy Zenit de San Petesburgo) y poco a poco fue ascendiendo y destacando como un delantero técnico y creativo con misiones ofensivas y aparente facilidad goleadora desde su posición de interior zurdo, así como un potente saque de falta directa que hacía temblar a cualquier cancerbero que tuviera delante lo que le valió para fichar por el otro equipo de la ciudad, el Dinamo de Leningrado, y posteriormente por uno de los clubes más punteros del país: el Dinamo de Moscú.
A medida que iba madurando y desarrollándose como persona, las nuevas tendencias de occidente fueron haciendo mella en Sergei que no aprobaba el estilo de vida disciplinado de los soviéticos, por lo que rebeldemente adoptó un look muy en boga a finales de los 80 en el eterno enemigo capitalista de los rusos y se autoinculcó un sentimiento de libertad que para nada casaba con las buenos modales y maneras que se estilaban más allá de los Cárpatos, es por ello por lo que a pesar de las grandes reformas que estaban empezando a impulsar en su país Sergei decidió que ya era hora de dejar atrás las penas y la tristeza de la gris Rusia y buscó un destino alegre y soleado donde ejercer su profesión ¿Y qué mejor sitio que Sevilla y el Betis para romper con todo y empezar una nueva vida?.
Por recomendación de su compañero de selección (con la que había sido convocado, pero con la que no llegó a debutar) Rinat Dasaeev y con tan solo 22 años, Neiman, que había convencido a los técnicos béticos durante una gira que el Dinamo de Moscú había realizado por Andalucía, fichó en febrero de 1990 por el Real Betis Balompié (que por aquel entonces deambulaba en segunda división) a cambio de 15 millones de pesetas, convirtiéndose en el tercer jugador soviético que aterrizaba en nuestra liga. Al principio tuvo problemas para poder debutar ya que el Betis tenía el cupo de extranjeros cubierto con Pumpido, “Puma” Rodríguez y “Pato” Yáñez, así que el club heliopolitano dio la baja federativa a este último a fin de poder contar lo antes posible con su nueva y flamante adquisición. Mientras tanto el soviético no perdía el tiempo y entrenaba en solitario a la vez que conocía las bondades de una sociedad como la sevillana de finales de los 80-principio de los 90, mucho más libertina que la de su país de procedencia... y no le se adaptó nada mal el chaval.
Entre la libertad que respiraba en un nuevo país y que había dejado a su mujer e hijos en la URSS mientras arreglaban el papeleo de rigor, no perdió el tiempo lo que fortuitamente le llevó a ser contagiado de sífilis, con su consiguiente periodo de baja… pero por si esto fuera poco, en abril su familia consiguió solucionar los trámites que le impedían llegar a España y se plantó en Sevilla, obligando al Betis a activar toda su maquinaria de protocolo, teniendo que convencer a la buena mujer de que los católicos no mantenían relaciones sexuales en abril y que estaría muy mal visto en Sevilla que ellos las tuvieran, de manera que no habría peligro de contagio mientras se iba curando y ella no se enteraría de los escarceos con mujeres de moral laxa que su marido había tenido en su ausencia.
Entre la libertad que respiraba en un nuevo país y que había dejado a su mujer e hijos en la URSS mientras arreglaban el papeleo de rigor, no perdió el tiempo lo que fortuitamente le llevó a ser contagiado de sífilis, con su consiguiente periodo de baja… pero por si esto fuera poco, en abril su familia consiguió solucionar los trámites que le impedían llegar a España y se plantó en Sevilla, obligando al Betis a activar toda su maquinaria de protocolo, teniendo que convencer a la buena mujer de que los católicos no mantenían relaciones sexuales en abril y que estaría muy mal visto en Sevilla que ellos las tuvieran, de manera que no habría peligro de contagio mientras se iba curando y ella no se enteraría de los escarceos con mujeres de moral laxa que su marido había tenido en su ausencia.
Deportivamente, la trayectoria del Sergei Neiman en el Betis fue muchísimo menos interesante que su vida personal. Apenas 380 minutos mal repartidos en 7 partidos es el balance del soviético como verdiblanco y si bien el Betis consiguió el ansiado ascenso dicha temporada, éste no fue gracias a las virtudes de Neiman, que al terminar la temporada es devuelto al Dinamo de Moscú desde donde comienza una longeva carrera como trotamundos del balompié en nada más y nada menos que ¡¡11 equipos!! de tanto prestigio y de países tan dispares como el ND Beltinci esloveno, el NK Zadar croata, el FC Volga Ulyanovsk o el FC Rotor Volgograd rusos, el MyPa finés hasta llegar al FC Krasnoznamensk donde finalmente se retira. Mención especial haremos al su aventura israelí en el Bnei Yehuda Tel Aviv F.C, donde quizás y a pesar de no disputar más de cuatro partidos, el bueno de Sergei llegó a sentirse completamente realizado, luciendo un look mucho más desenfadado y moderno e irradiando felicidad, como demuestra esta foto.
8 comentarios:
La última foto es grandiosa. Menudo personajillo ficharon los del Balompié.
Jajajaja, ciertamente la última foto es la que tendría que haber presidido esta entrada, pero claro, entonces quizás ni los béticos más antiguos lo hubieran reconocido, por lo que al final me he decantado por poner una de las pocas fotos que he encontrado de este hombre de hielo en su etapa bética... pido disculpas por la calidad de la misma...
Jajajajaja, este se tuvo que trincar a todas las putas que se concentraban alrededor del campo del Betis a finales de los 80!!! Lo extraño es que solo le pegaran la sífilis!!!
El día de su presentación, que creo recordar fue contra la selección de Corea, me animé para ver a esta joya venida de la lejana Unión Soviética y allá que me fui al campo.
Es raro que un jugador en su presentación, ya sea por las ganas de agradar, por un exceso de optimismo de aficionado o por ambas cosas, no cause una grata impresión, pero doy fe que aquello no pasó con el bueno de Sergei... Al cabo del rato soltó uno a voz en grito: "Ruzooooooo, vete a Ciboriaaaaa"
Todavía me estoy riendo de aquello.... ¡Ciboria!
jajajaja ¡y eso es lo que hay!
Jajajaja no conocía a este jugador y me he reido muxisimo con la historieta, pero cuando he leido lo de ciboria me he descojonao xD
Yo tengo su camiseta. Entré en el vestuario el día del ascenso y la cogí. Con las prisas no pude ver que número era, si llego a saber que era la del ruso la dejo allí jajjajja
Perdona pero las putas siempre han estao en los alrededores de nervion te lo digo porque yo iba alli a que me la chuparan y encima les daba una soba
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