DAVID LINDE SALES

David Linde fue un delantero muy lindo (....) que solía caer hacia la izquierda nacido en Barcelona el 22 de marzo de 1969. Formado en la cantera del Damm, ingresa en los escalafones inferiores del Barcelona, donde no estaba muy bien considerado por los técnicos hasta que una especie de ángel de la guarda llamado Luis Aragonés se cruza en su camino y sin venir a cuento lo hace debutar con el primer equipo en la temporada 1987/88, llegando a formar parte del  once inicial en otro encuentro, lo que le hizo disputar  un total de 72 fantásticos minutos esa temporada. Puede parecer mentira, pero con ese curriculum, un joven Linde de 21 tenía su carrera futbolística más o menos resuelta, ya que al igual que tantos jóvenes canteranos madridistas que inflados por la prensa capitalina, acaban en el Valladolid, Getafe o en alguno de nuestros equipos sin haber demostrado ningún tipo de nivel futbolístico, los chicos criados en la Masía no suelen ser menos, por lo que esos 72 minutos le bastaron a la postre a Linde para poder “labrarse” una carrera en primera división.

La temporada siguiente a su debut, la pasa completa con el filial junto a los Busquets padre, Angoy, "El pirata" Tito Vilanova, Amor, etc y al año siguiente es cedido al Logroñes, donde cuaja una temporada bastante irregular, por lo que vuelve al FC Barcelona donde Cruyff básicamente lo repulsa, no interesándole el jugador no solo para el primer equipo, sino que tan siquiera para el filial. Con esta situación Linde se desvincula del equipo azulgrana, quedándose varios meses sin equipo hasta que en el mercado invernal se une a la disciplina del UCE Manlleu en 2ªB. Tras su aventura manlleuense Linde se somete a un periodo de pruebas de nuevo con el UD Logroñes en el que logra convencer a David Vidal, y donde permanece dos campañas, en las que tan solo disputa 25 partidos, la mayoría saliendo  desde el banquillo, en los que anota 4 goles.

Tras desvincularse del equipo riojano, vuelve a encontrarse sin equipo, por lo que se entrena en las instalaciones del Atlético de Madrid, hasta que a la apertura del mercado de invierno, su ángel de la guarda particular, vuelve a cruzarse en su vida y Luís Aragonés, que entrenaba al Sevilla FC recomienda el fichaje del delantero barcelonés a la secretaría técnica del club. En un principio estos recelan de la petición del creador del tiki tika, pero dado que el Sevilla no encontraba nada nada mejor y visto el buen rendimiento que los jugadores expresamente traídos al club por petición de Luís (Moya, Soler y Ferreira) estaban teniendo, accedieron a la petición y ficharon a Linde que  solo aporta su granito de arena en cinco partidos, la mayoría saliendo en los últimos minutos.

La siguiente campaña, de nuevo con Luís y ya acomodado al equipo, parecía que por fin iba a ser la de la eclosión definitiva de Linde, que por fin iba a mostrar esas diabluras y malabarismos que se suponía que realizaba con los pies, pero la nueva temporada, en vez de traer la prosperidad para nuestro protagonista, pareció traer consigo una maldición para que a partir de entonces cualquier petición de Luís Aragonés se convirtiera en fracaso, ya que esa misma temporada los elegidos por el de Hortaleza fueron Moacir, Pedro y Juanito, maldición que se extrapolaría al Betis en años venideros (pero eso es otra historia). Los datos de Linde en la 1994/95 hablan por sí solos: 8 minutos en liga jugados todos en el mismo partido contra el Racing de Santander y un gol, o lo que es lo mismo, un gol cada 8 minutos disputados ¿Estamos ante el jugador con mejor promedio goles/minutos de la historia del Sevilla FC?  Dejaremos al ávido lector que saque sus propias conclusiones.

Al término de dicha temporada y con apenas 26 años, David Linde abandona la práctica del fútbol profesional para dedicarse al mundo de la publicidad, no sin dejar de mantener el fútbol como cierto hobby, ya que durante todo el año juega en el Unió Esportiva Tarrega de tercera división, proclamándose máximo goleador de la categoría en su primera temporada con 29 tantos. Al año siguiente los problemas económicos del equipo catalán acaban definitivamente con la carrera de Linde que se dedica a cuerpo y alma al mundo empresarial, lo que no le impedirá que dentro de muchos años, cuando esté sentado en la mesa  de su masía junto a sus muchos nietos cortando espetec, el abuelo Linde rememoré sus múltiples batallitas, haciendo especial hincapié en esos maravillosos ocho minutos contra el Rácing de Santander en los que tocó la gloria con los dedos.