HUGO MARIANO PAVONE

27 de Mayo de 1982. Lunes por la madrugada. En Tres Sargentos (sí, hay una localidad que se llama así), provincia de Buenos Aires, nace el pequeño Hugo Mariano, que viene a traer algo de alegría a la casa de los Pavone, donde sufren la dolorosa derrota de su país en la Guerra de las Malvinas que acabaría apenas veinte días después.  Un dolor que permanece muchos años después.

Aquellos tiempos difíciles hicieron proliferar en el país dos circunstancias. Por un lado despuntaron una enorme cantidad de músicos, que eran los únicos dispuestos a darle voz a las miserias de su tierra dando el mensaje de que las cosas tienen que cambiar, y por otro lado, el triunfo de la selección albiceleste en el Mundial de México en 1986, tras batir a Alemania Federal por 3-2 en el Estadio Azteca con Maradona como líder absoluto hizo que muchos niños, entre los que se encontraba nuestro héroe del día, decidieran dedicar su vida al noble arte del balompié.

Empezó a jugar en el equipo de su pueblo, pero pronto surmano Gonzalo lo “recomendó” para Estudiantes de La Plata, pasando a formar parte del equipo juvenil.

Tardó un año en debutar por una pubalgia, pero al cuando lo hizo cumplió con creces proclamándose máximo goleador de la categoría y siendo decisivo para que su equipo finalizara como puntero del campeonato.

En Estudiantes lo veían como un crack en potencia así que no tarda mucho en debutar con el primer equipo. Concretamente el 30 de Octubre del año 2000, frente a Belgrano.

Mariano cumplió con goles y tanto Bilardo como “Mostaza” Merlo (¿a qué mola el apodo?) le dieron la titularidad. En el Clausura 2005 se proclamó máximo goleador del campeonato, amén de repetir hazaña en la Copa Libertadores 2006.

Pero el gran éxito llegó en el Apertura 2006. Estudiantes, con Simeone como entrenador, se proclamó campeón tras vencer a Boca Juniors por 2-1 en el partido de desempate. ¿Adivinan quién metió el gol decisivo?

Su meteórica carrera continuó en marzo de 2007, debutando con la Selección Argentina frente a Chile en la ciudad de Mendoza.

Y llega el verano de 2007. Mariano piensa que es el momento de emigrar a Europa para convertirse definitivamente en un crack mundial. Y con esas intenciones llega al Real Betis Balompié, como fichaje estrella de un equipo que necesita gol.

En algún sitio de la aduana se tuvieron que quedar los goles de Mariano porque, a lo Doctor Jekyll y Mr. Hyde, le costó la misma vida estrenarse hasta que lo hace por partida doble frente al Zaragoza. No se sabe muy bien si es que tuvo alguna distracción típica de futbolista, pero la cuestión es que no dio la talla. El Betis lo pasó mal para salvarse y muchos señalaron a Mariano, que acabó la temporada con unos honrosos nueve goles, aunque el haber hecho tres dobletes hizo que sólo marcara en seis partidos, muy poco para un delantero al que se apodaba “El Tanque” (tendría las ruedas pinchadas) y del que se esperaba diera mucho más aparte de fotografías que encandilaran a las señoritas.

A Mariano se le da una segunda oportunidad, pero la temporada siguiente es el desastre absoluto. Sólo juega 18 partidos, la mitad como titular y apenas hace dos goles. El Betis juega con fuego hasta quemarse. Desciende a Segunda División y Mariano firma su presencia futura en nuestro por entonces nonato blog.

No se sabe muy bien por qué, en un Betis que es un circo, a alguien le da por pensar que quizá en Segunda, donde el fútbol es más lento, Mariano pueda rendir mejor (hay gente que se pasa de positiva), así que se queda un año más en el Betis. La verdad es que no empieza mal el año pero se le apaga la pólvora pronto y completa otra pésima temporada, como el equipo, que no consigue el ascenso. Cinco goles, uno de ellos de penalty, fue el logro de Mariano.

Está claro que en el Betis algo debe cambiar si no se quiere quedar en Segunda para siempre como les gustaría a algunos. Así que hay que ir dándole puerta a los bultos sospechosos. En Argentina Pavone aún tiene cartel (Argentina, un país de peculiaridades) así que se le empaqueta para allá, y no a un equipucho cualquiera, sino nada más y nada menos que a River Plate, deseándole buena suerte. Por cierto, buscando información sobre el tema encontré este blog, de curioso nombre, con una no menos curiosa foto ilustrando la noticia.

Mariano quiere hacer historia con River, y a fe que lo hace. Un año después de su fichaje River Plate desciende al Nacional B (lo que aquí sería Segunda División) por primera vez en su historia. El día del histórico descenso (que algunos se tomaron fatal, aunque en verdad este hombre se toma todo fatal) nuestro héroe de hoy tuvo la mala suerte de fallar un penal. Un día para no olvidar.

Tras el batacazo histórico River hace una plantilla totalmente nueva, así que Mariano tiene que buscar acomodo en otro lugar. Esta temporada viste la camiseta de Lanús y nadie se acuerda ya de aquel shico que cuando empezó parecía que sería una joya y que se quedó en alhaja.

Esperemos que en Lanús Pavone encuentre la paz que tanto busca.