lunes, 11 de marzo de 2013

LAS PRESENTACIONES DEL SEVILLA

Aunque a muchos no nos guste la idea el fútbol es un negocio. Un equipo es una empresa y aquellos que la dirigen tienen como fin último sacar tajada del producto que te venden, que no es otro que el equipo de tus amores. Es por eso que, a la hora de presentártelo, pues tienen que hacer quedar bien al equipo, permitir que los jugadores nuevos se luzcan para ilusionar a la afición en plena campaña de abonados. Invitar al Barcelona por ejemplo a un partido de presentación no es buena idea. Aparte de que es más caro de contratar te clava un 0-5 en un pispás y la peña te viene con mala cara desde el primer partido de Liga.

A finales del siglo pasado y principios del actual los dirigentes del Sevilla tomaron buena nota y empezaron una pequeña tradición de la que aún hoy quedan reminiscencias (como invitar al Granada, en Segunda División, al Trofeo Antonio Puerta).  Presentarse contra un equipo de tres al cuarto, apalizarlo, permitir que los nuevos se luzcan e ilusionar a la parroquia. No es que lo hagan todos los veranos, pero ha habido algún que otro rival curioso en estas lides.


El 11 de Agosto de 1998 empezó esta sana costumbre en un partido en el Pizjuán frente al Catuense brasileño. Más acostumbrados a oír nombrar a Palmeiras, Vasco Da Gama o Santos este equipo sonaba a más modesto que éstos, pero investigando descubrimos que, en esos momentos, el Catuense era un equipo de la Serie C (equivalente a Segunda B en España) brasileña (equivalente a la pachanguita de los viernes por la tarde en el Charco de la Pava).

El Catuense es el equipo autóctono de Penao, pequeño pueblo de Catu en el estado de Bahía. No posee títulos de importancia y ni siquiera ha estado nunca en la máxima categoría del fútbol brasileño. El partido más esperado del año es el Clássico da Laranja frente al Atlético de Alagoinhas. Esto es debido a que a finales de los 80 el Catuense jugaba sus partidos en Alagoinhas, ciudad que es la mayor productora de naranjas del estado. Si alguna vez vais a “¿Quiere ser millonario?” y os preguntan qué ciudad es la mayor productora de naranjas del estado de Bahía espero que por lo menos me invitéis a una cervecita en señal de agradecimiento.

Si Julio Maldonado hubiera comentado el partido habría dicho que es un equipo peligroso con mucha calidad en todas sus líneas como corresponde a todos los futbolistas brasileños (ahí están “La Cobra” Axel o Jaques), y que nos fijáramos en la explosividad de su ofensivo lateral derecho. Nosotros nos fijamos más en su camiseta multicolor (roja, amarilla, naranja y negra) que llevaba en el pecho la curiosa publicidad de “Bar El Simpecao” (por favor, no he encontrado foto que pruebe esta última circunstancia y la necesito, ¡LA NECESITO!). El Sevilla ganó 3-0 con un gol del canterano Corona y dos de Gluscevic, un ilusionante fichaje que prometió hacer 30 goles en la temporada entrante. El Catuense jugaría un segundo amistoso en nuestro país con derrota por 1-0 ante el Salamanca.

El experimento debió gustar porque ocho días más tarde se intentó repetir con un triangular de esos que se pusieron de moda en tiempos, el 3x1. La cosa salió rana (aunque por lo menos dio lugar a alguna divertida historia) porque el trofeíllo se lo llevó el Málaga que venció 0-1 al Sevilla con gol de Catanha, pero antes de este encuentro los aficionados sevillistas pudieron gozar con una goleada 4-0 en sólo 45 minutos al Mohammedia marroquí.

El Mohammedia aquella temporada había quedado 13º entre los 16 equipos de la liga de su país, salvando el descenso por sólo 3 puntos (bajaban los dos últimos), y si fue invitado fue como parte del acuerdo para el fichaje del delantero Rachid Rokki por el Sevilla. Eso sí, Rokki fue el máximo goleador del campeonato con 15 goles. Actualmente está en el segundo nivel del campeonato marroquí (Botola 2) y en su palmarés destaca el título de Liga de 1980.

La figura del 4-0 al Mohammedia fue Jesuli que marcó un gol y dio otro a Ivan Juric. La goleada la completó Tsartas con dos tantos, uno de penalti.

El 12 de Agosto de 2003 un nuevo equipo cuasi desconocido arribaba a Nervión, el OFK Belgrado. Tercer equipo de la capital serbia tras Estrella Roja y Partizán, venía de hacer una gran temporada quedando tercero de su liga tras los dos grandes. Un par de temporadas después se proclamaría campeón de Copa, su primer título tras cuarenta años.

Repasando la alineación que dispuso el OFK aquel día no encontramos ningún jugador conocido a posteriori. El Sevilla venció 3-1 con un gran partido del uruguayo recién fichado Germán Hornos, que abrió el marcador ilusionando con su potencial rendimiento durante el año. El joven Reyes de penalti y Gallardo completaron el resultado.

Lo de invitar a equipos se le quedó pequeño y corto en extravagancia al Sevilla, así que el 14 de Agosto de 2006 visitó el Pizjuán toda una selección nacional, la de Nueva Zelanda.

Los kiwis, un montón de sosos incapaces de hacer siquiera la haka para acojonar (o entretener al personal), venían con un equipo prácticamente nuevo en un proceso de renovación tras el fracaso en el intento de clasificarse para el Mundial de Alemania. En la Copa de Oceanía de Naciones, que también sirve como fase de clasificación para el evento global, empezó sufriendo la lógica derrota contra Australia (1-0), pero pese a batir a Islas Salomón (3-0), Tahití (10-0) y Fiji (2-0) fue eliminada, ya que sufrió una dolorosa derrota por 4-2 ante la sólida selección de Vanuatu, que conseguía así su mayor hazaña histórica desde el triunfo en la Copa de Melanesia de 1992.

La inexperimentada Nueva Zelanda que el Sevilla encontró fue presa fácil del Sevilla que le goleó 5-1. El crack del partido fue el recién fichado delantero uruguayo Chevantón, que hizo tres goles y demostró el porqué del alto precio pagado por su fichaje. Luis Fabiano y Dani Alves completaron la goleada.

2 comentarios:

Rinat Rafaé dijo...

Pues yo de la presentación que mejor recuerdo tengo es una contra el Celta en 2006. Debutaban en aquel partido Saviola y un recién llegado Kanouté, que no tenía ni botas porque acababa de llegar para firmar y volver a Londres a hacer la mudanza y tuvo que ir al Corte Inglés a comprarse una para jugar aquel partido (esto es verídico, no me lo estoy inventando).

La gente estaba un poco mosca con el fichaje de Kanouté pues durante todo el verano se había especulado otras opciones para sustituir a Baptista y la contratación de un delantero alto hizo que los aficionados lo bautizaran pronto como "el nuevo Makukula", es decir típico jugador torpón con el balón en los pies, descoordinado, que va bien por alto y que sirve sobre todo para aprovechar su juego aéreo.

El Sevilla ganaba al finalizar el primer tiempo 1-0 (gol de Kepa) y tras el descanso Juande Ramos dio entrada al que todos habían venido a ver: Saviola pero también a Kanouté. Las palmas se las llevó el argentino que marcó dos goles pero para mi la revolución fue el de Mali, que marcó un gol y mostró todas sus virtudes, además de mostrarnos que no solamente no estaba descordinado si no que además se movía como un tio de 1,70 solo que en casi 2 metros. Ya desde aquel partido y a pesar de que todavía la gente siguió con lo de "el nuevo Makukula" durante alguna semana más, cegados por Saviola yo me dije que un carajo pa Makukula que el nuevo que habíamos fichado era un jugador de la hostia, y mira... no me equivoqué.

No debieron estar muy atentos sin embargo a aquel partido los aficionados del Celta porque al poco el Sevilla jugó en Balaidos su partido de liga y recuerdo perfectamente una jugada en la que Kanouté se escora a la banda, hace una bicicleta y espontaneamente empieza a descojonarse todo el estadio (os lo juro) pues resultaba raro ver a un tio tan largo haciendo bicicletas. Yo pensé “ahora vais a ver carajotes” y de repente Federico se saca un pase medido a la cabeza de Kepa que pega en el larguero y deja la portería temblando y a todo Balaídos absolutamente mudo.

Y esta es mi aportación a esta entrada: La leyenda de Kanouté nació en una presentación contra el Celta.

Álvaro Ruiz dijo...

Yo también me acuerdo de aquel partido, pero fue en 2005 (en 2006 fue el debut de ese MOJÓN tatuado llamado Chevantón). La gente estaba mosca por muchas cosas: nuevo entrenador (¿habría vida más allá de Caparrós?), muchos fichajes (Maresca, Luis Fabiano, Saviola, Kanoute...), el Betis en Champions y flamante ganador de la Copa del Rey.

Cuando los que estábamos en el campo vimos a Kanoute controlar el primer balón con el pecho, bajarlo, hacer dos amagos y meter un pase al hueco que supuso el 2-0, nos quedamos con la boca abierta. "Parece que no es tan torpe". Pero es que el tío siguió y siguió y siguió. Puedo afirmar, sin temos a equivocarme, que es el jugador que más ha ilusionado en su primer partido, y ojo porque estuve en el debut de Suker, que cascó 3 goles. Pero es que cuando debutó don Frederic Omar Kanoute, cada vez que cogía el balón y hacía una jugada nos mirábamos unos a otros con cara de asombro y los ojos muy abiertos diciendo "este tío es una máquina".

Vamos, como el debut de Babá...