Caricatura cortesía de @SevillaFComic |
Vino para sustituir a Davor Suker, lo echaron de su
selección por comerse un bocadillo, llevaba un bigote en la cabeza y el Gol
Norte animaba a rabiar cada vez que tocaba la pelota. Estos son diez motivos
por los que deberías idolatrar a Ivica Mornar.
UNO.- Su nombre pronunciado en croata viene a ser algo así como “Ibizza”. Llamándote “Ibiza” estás
obligado a pegarte buenas
farras y Mornar era consciente, por eso, como un rebelde sin causa poseído
por el hambre, durante la concentración croata para la Euro 96 se escapó del
hotel en mitad de la noche para comerse un bocadillo. Lo pillaron con las manos
en la masa, el pimiento en la boca y con un hilillo de mayonesa en la comisura
de la boca. Su excusa de que había fichado por el Sevilla y estaba probando los
serranitos no coló, fue expulsado de la selección y sin él Croacia no pasó de
cuartos en aquel torneo.
DOS.- Se hinchó de meter goles en Croacia,
consiguiendo engañar de esta manera a los alemanes del Eintrach
de Frankfurt, que descubrieron pronto como se las gasta el MRW croata a la
hora de endosar paquetes. Un solo gol fue todo su bagaje en tierras germanas.
No sabemos que clase de dominador de mentes presidía el correoso equipo alemán
en aquella época pero el caso es que este genio del engaño consiguió sacarle
beneficio a semejante intento de delantero endosándoselo
por la nada despreciable cantidad de 450 millones de pesetas de la época al
Sevilla FC. Alemanes y españoles, un binomio donde al final los primeros
siempre acaban dando por culo a los segundos…
TRES.-
El club tuvo a bien filtrar a la
opinión colectiva que “croata
+ delantero = Suker”, así que el bueno de Ivica eclipsó a
los grandes fichajes de aquella aciaga campaña 1996/97 (Marinakis, Colusso, Aranalde, Gómez,
Onésimo…) hinchándose a meter goles en pretemporada contra equipos
menores de la cuarta división holandesa con la única (y exclusiva) técnica de
“Salto, espero a que el defensa falle y meto la puntita del pie”. Su
presentación por el speaker en un abarrotado Sánchez-Pizjuán fue digna de un galáctico:
“Pocos pelos, muchos goles”.
CUATRO.- La afición estaba entregada con él. En
su debut en el Sánchez Pizjuán ante el Zaragoza logró, gracias a un
impresionante remate
de pantorrilla, un gol en el minuto 90 que
acortaba
distancias en el marcador (el partido iba 0-2). Cualquiera hubiera cogido el balón corriendo para irse al medio pero él no. Era su
momento y ningún resultado adverso iba a quitárselo, así que se puso de
rodillas y avanzó con los brazos en alto hacia el público para asombro de todos
los presentes. Que éste y otro contra el Celta sean
los dos únicos goles que sea capaz de marcar en los catorce encuentros
oficiales que disputa y que a pesar de ello la afición jadee cada pase, cada remate
fuera, cada tiro al palo o simplemente cada acción con un sonoro “Ivica Mornar,
Mornar, Ivica Mornar Mornar” (con la melodía del “I Like To Move It” de
Reel 2 Real) da cuenta de su irresistible atractivo y carisma.
CINCO.- Ivica Mornar marcaba tendencia. En una época
en la que Beckham daba sus primeros pasos, los futbolistas aun no eran los
iconos mediáticos que son hoy en día y el croata imponía su estilo joven pero
rebelde y alegre pero radical. Al llegar a una ciudad tan clásica como la
nuestra, Mornar quiso romper moldes y se presentó completamente rapado a
excepción de un bigotito en la cabeza que en ocasiones teñía de colores para
darle un toque de fantasía. Los canis de la época juraban y perjuraban que era
el símbolo de Nike y eso les identificaba con el de Split. Sin duda era uno de
ellos. Años más tarde un don nadie
como Ronaldo le plagió
descaradamente el estilo para darse importancia mientras levantaba la Copa del Mundo.
Repulsivo.
SEIS.- Solo un hombre de principios rocosos
como Ivica es capaz de bajar a los infiernos de la segunda división para
convertirse en ídolo en
Ourense, así como en el máximo goleador del equipo con ocho tantos (por encima
del mismísimo Quique
Estebaranz), resurgir de sus cenizas en el Standard
de Lieja, disputar la Champions con el Anderletch, volver a la selección sin achantarse
para saldar la deuda con su país y disputar un gran torneo
(la Eurocopa de 2004) y volver a engañar a un club de una gran liga. En Portmouth
aun le tiran gapos por la calle al ojeador que recomendó su fichaje.
SIETE.- En el PC Fútbol era
una auténtica máquina. Tanto en el Sevilla, como en el Orense garantizaba
goles, trabajo y buen rendimiento. “Si logra adaptarse a la Liga española puede ser
una de las atracciones del campeonato” Así presentaba el famoso juego a
nuestro protagonista.
OCHO.- Tras una temporada cedido en el Stade
Rennais francés, Ivica se quedó sin equipo con tan solo 31 años y al no
encontrar nuevos clubs que quisieran contar con su carisma y su redefinición
del bigote, dedicó su vida a partir de ese momento a ganar todos los trofeos que no ganó durante su vida deportiva abusando de los viejunos en
modalidades indoor del balompié.
NUEVE.- Es uno de
los mejores amigos de Rakitic y fue su apoyo fundamental cuando en la
2011/12 las cosas le vinieron mal dadas al rubio de Pino Montano en el Sevilla.
Busquen las fotos por internet para comprobarlo.
DIEZ.-
Solo dos son los jugadores capaces de disputarle al mismísimo Christian
Colusso el nombre de esta sección: Don Papa Babacar Diawará y por supuesto el
Señor IVICA MORNAR.
IMPORTANTE: también
puedes leer el artículo que le dedicamos en su día al bueno de Ivica en este enlace.
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