EL CURIOSO CASO DE BENJAMÍN ZARANDONA

Ésta no es la historia de un hombre corriente. Es el 11 de Noviembre de 1918 cuando un curioso reloj es inaugurado. Su historia nos la cuenta aquí una amable ancianita.

Es en ese preciso instante, cuando el reloj comienza a andar, cuando en Valladolid nace un misterioso chiquillo, un niño que no es como los demás, ya que nace con la apariencia de una persona entrada en años.

Las primeras impresiones de la gente que presenció aquel acontecimiento no se hicieron esperar. Hubo quien sugirió a los padres alguna que otra alternativa para deshacerse del problema, pero finalmente la madre del crío dijo que se lo quedaba, que lo cuidaría y que quizá alguna ventaja tendría el que alguien joven tuviera aspecto de viejo.

En un alarde de sentido del humor, el padre del crío le puso Benjamín de nombre a alguien que tenía artritis a los diez minutos de nacer, por si no había suficiente con su aspecto para llevarse collejas en el colegio. Como adivinaréis no fue una infancia fácil para Benjamín. El chico se sentaba solo a mirar como sus compañeros jugaban, y al llegar la adolescencia no le invitaban a ninguna fiesta. Un joven con aspecto de tener 70 años no conseguía ni arrimarse a una teta, por mucho que se emperrara en buscar chicas con complejo de Elektra.

Es en ese momento cuando Benjamín jura que cuando pasen los años y su aspecto cobre juventud se correría todas las juergas que no pudo en su infancia.

Un inciso: ¿Cuántos le han dado al link de “se correría” esperando otra cosa?

De cualquier forma tuvo sus ventajas la extraña enfermedad de Benjamín. No tuvo que pelear en la Guerra Civil por ser un anciano aún, así que se libró de los tiros, y fueron pasando los años y los años hasta que, un día de repente, al despertarse notó algo raro.

Era la señal que estaba esperando, la leyenda era cierta y lo había conseguido sin necesidad de aparatos raros. Era la hora de Benjamín. Era la hora de cobrarse lo que no pudo hacer en sus primeros años de vida.

Se informó y se enteró de que los futbolistas ligaban pibones con cierta facilidad por muy feo que seas, así que hizo las pruebas para el Valladolid y consiguió entrar.

Debutó en el primer equipo albivioleta en 1995, y pronto se convirtió en una gran promesa de la cantera, se alababa su madurez en el campo. Fuera de él Benjamín ya iba cogiendo práctica. Su gran año en Valladolid fue la temporada 1997-98. Se marcó una gran temporada en la que se hizo fijo en la selección sub21, siendo Campeón de Europa de la categoría en Rumanía gracias a tres goles de Iván Pérez. Benjamín lideró la fiesta de celebración. Bucarest tuvo un antes y un después de esa noche. 

La guinda la puso que Javier Clemente le preseleccionó para el Mundial de Francia con la selección absoluta. Finalmente se quedó fuera pero pudo participar en la grabación de uno de esos himnos maravillosos que suelen acompañar a España en los torneos (Por favor, si alguien encuentra el vídeo de la grabación que ponga enlace en los comentarios, please). En Francia agradecen esa no convocatoria por lo que pudiera pasar.

Es el verano de 1998 y Lopera se pone manos a la obra para darle a Luis Aragonés el equipo soñado. Accede a todas las peticiones de su míster,¿Qué Aragonés prefiere a Oli antes que a Makaay? Pues Lopera rompe el contrato del holandés en lo arto la meza. Una de las peticiones de Aragonés fue Benjamín, y por el módico precio de 1500 millones de pesetas (9 millones de euros de la actualidad), nuestro protagonista se hace verdiblanco, pese al interés del Athletic de Bilbao, que lo quiere fichar excusando que el padre de Benjamín era vasco. Benjamín va al Betis encantado, y es que se ha enterado que en Sevilla puedes ganar el pan con el propio sudor sin hacer nada.

Total, que el encuentro entre Benji y Oli se produce en una temporada ilusionante para el beticismo. Pero Luis Aragonés dimite, luego dimite otro entrenador y otro y al final la temporada ilusionante puede resumirse así.

Benjamín había tardado en incorporarse por una lesión veraniega así que tampoco se le echó mucha culpa del mal año y había esperanzas puestas en él para la siguiente temporada.

La definición de Benjamín como futbolista yo la tengo clara. Jugaba a cámara lenta. Y es que tardaba años en hacer el más mínimo movimiento, por no hablar de que un día vi a Munitis ganarle un balón de cabeza. Creo que eso dice mucho de las ganas que le ponía. 

Mientras la gente se aburría de él en el césped fuera se iba ganando cierta fama. Esa fama llegó a su cénit la noche de Halloween de 2001. Juande Ramos y Lopera irrumpían en mitad de la noche en casa de Benjamín, seguramente para pedirle sal, y se encuentran a casi toda la plantilla allí. Que lo narre el protagonista. Parece ser que habían invitado a unas muchachas a unas fantas mientras jugaban al Monopoly.

No exageramos si decimos que aquel fue el capítulo más recordado del paso de Benjamín por Sevilla (de hecho nuestro amigo se compró una casa y le puso de nombre “Villa Halloween” o algo así). Tuvo su momento de gloria deportivo en la recta final de la gloriosa temporada 2004-05, cuando Serra Ferrer descubrió su especialidad. Sacarlo como jugador de refresco (bueno, casi que como jugador de ron con cocacola o jugador de whisky) en la recta final de los partidos que el Betis ganaba para que protegiera el balón en el córner. De hecho, en la mismísima Final de Copa, con 1-0 en el marcador, Benjamín estaba dispuesto para salir al campo. En ese instante empató Aloisi y Serra paró el cambio. El que entró fue Dani y la historia a partir de ahí es conocida.

Al verano siguiente Benjamín oye hablar de las barbacoas del Carranza, así que como Serra ya no le quiere se va un añito cedido a Cádiz a trabajar.

Al año siguiente vuelve al Betis pero se queda sin ficha. A él le da igual, pero que nadie piense que se toma un año sabático. Como ve que la Selección Española le queda lejos debuta con la del país de su madre, Guinea Ecuatorial, y allí vive un curioso capítulo de su vida, se ve que el cumplir años marcha atrás no perdona a nadie, o sería que aquel día le dio por probar a ver qué tal sentaba echar una carrerita tras el balón.

Para completar ingresos aquel año posa con su nada desdeñable novia en Interviú, completando así el díptico de sensuales posados de este caballero.

Ahí acaba la trayectoria de Benjamín en el Betis. En 2007 se va al Xerez, tras un largo tiempo inactivo y trata de ponerse en forma, pero apenas llega a jugar un par de partidos antes de que le larguen.

Es cuando se va cerca de casa, al Palencia, en Segunda B, donde coincide con grandes nombres como Agostinho. Dos añitos en ese equipo para jugar 12 partidos en los que mete 1 gol.  Y es que Benjamín está cada día más joven y descentrado, ya se ha ganado su particular homenaje.

Ya no es el que era, de vez en cuando comenta en la Ser, pero su resta de años le complica hacer las cosas que le gustan y con las que tanto ha disfrutado.

Pero ojo, Benjamín quiere sitio en la Copa África 2012 que organizará Guinea Ecuatorial, y para ponerse en forma ha firmado por los Gatos de Íscar, un equipo que recuerda al Betis en algunas cosas.

Y así ha transcurrido la vida de nuestro amigo Benjamín, cada vez más joven y pichabrava. En pocos años será un bebé y luego, plof, jamás volveremos a saber de él…

…O quizá sí…