KHALID BOULAHROUZ “BUGALÚ”

Bugalú (o “bogaloo”), estilo de música endemoniadamente bailable nacido de la fusión de ritmos afrocubanos y soul estadounidense, que no solo rima fonéticamente con el apellido de nuestro protagonista de hoy sino que además le viene como anillo al dedo ya que lo único que hizo por estas tierras es mover las caderas y bailar toda la noche pegándose un año de fiesta digno de las más grandes leyendas de la beca Erasmus en nuestra ciudad, dando lugar a uno de los jugadores más apáticos y decepcionantes que ha pasado en los últimos años por las filas del Sevilla y confirmando el mal fario que tiene el club hispalense con las cesiones.

Este holandés, de origen marroquí nació en Maassluis el día de los inocentes de 1981 (para inocentada la que le metió al Sevilla –NdA-) comienza su carrera en el RKC Waalwijk, pasando al Hamburgo en 2004, equipo en el que cuaja un par de buenas temporadas que le sirven para ser convocado para el Mundial de Alemania primero, para fichar por el Chelsea segundo y para vivir del cuento el resto de su vida en tercer lugar. En el Chelsea apenas supera la decena de partidos en dos años, por lo que ávido de nuevos retos y de sentirse importante decidió salir en calidad de cedido al que posiblemente fuera el mejor Sevilla de todos los tiempos. El Chelsea, muy cuco, lo quiso incluir en la operación de un Dani Alves en rebeldía hasta que no lo traspasaran a los Blues, pero finalmente Del Nido les dijo que un mojón y el jugador se quedó cedido aunque con una opción de compra por la nada desdeñable cantidad de 7,75 millones de euros.

La temporada empieza bien, se gana la Supercopa y el partido de ida de clasificación para la Champions, Bugalú (también apodado el Caníbal, apodo que parecía molestarle por lo que desde aquí solo le llamaremos Caníbal –Smith-) participa en ambos hitos, sin embargo la muerte de Antonio Puerta y la marcha de Juand€ Ramo$ provocan un seísmo en la institución que hace que jugadores como el Caníbal simplemente decidan borrarse del proyecto justo en el peor momento posible, por lo que desde aquí solo puedo lamentar que sus colegas caníbales no decidieran comérselo a él en su día. 

Jiménez intenta reflotar el ánimo de la plantilla, pero con él el holandés tan solo jugaría un partido de liga y otro de copa (Atlético de Madrid y Denia) a partir de ahí misteriosísimas lesiones le hacen estar descartado semana si y semana también sin que los médicos lograran verle nada más allá de los simples “me duele aquí” que el Canibal argumentaba.

En mayo vuelve y se ofrece a Jiménez para jugar, pero Manolo, perro viejo en estas lides, sabe que el jugador se ha borrado durante toda la temporada y si vuelve ahora es simplemente para coger algo de forma de cara a la Eurocopa donde el seleccionador le ha garantizado el puesto, por lo que le viene a decir más o menos que se vaya al mismísimo carajo y que le den por el culo y que no va a volver a vestir la camiseta del Sevilla más allá de los entrenamientos.

No le vino mal su año de Erasmus porque llegó a la Euro 08 descansado, cuajando un más que aceptable torneo con los oranje,  lo que confirmó lo que la afición ya sospechaba: que era un pedazo de perro.

Su buen campeonato no le sirvió sin embargo para mantener su sitio en el Chelsea, que le deja sin dorsal y le fuerza a aceptar la oferta del Stuttgart, donde más o menos juega destacando más por pegarle balonazos a las cabezas de las reporteras que por su buen hacer en el campo. Para colmo cuando llega a Sevilla con su equipo para enfrentarse en UEFA, no tiene otra cosa mejor que hacer que echar mierda del equipo que le pagó por nada y al que un año antes no veía tan distinto al Chelsea, lo que le convirtió automáticamente y de manera definitiva en persona non grata para todo el sevillismo.

El karma es sabio y castigó al holandés-marroquí con una nueva lesión que le tuvo en dique seco casi toda la temporada 2009/10, sin embargo sus relaciones con la Federación Holandesa debían ser inmejorables pues de nuevo tras una temporada casi en blanco vuelve a ser convocado para un gran torneo, en este caso el Mundial de Sudáfrica, donde gracias a dios Iniesta le priva de ser campeón del mundo.

Tras cuatro años defendiendo los colores del Stuttgart, Bugalú/Canibal decide aceptar un nuevo reto y tras su habitual cita con los grandes torneos de verano (en este caso la Eurocopa 2012) firma por un año con el Sporting de Lisboa de Diego Capel, equipo donde no convence en los 11 partidos que disputa, dejándolo libre al término de la temporada.

Actualmente se encuentra sin equipo, aunque durante todo el verano ha sonado su fichaje para equipos como el West Ham, el Elche y en los últimos días el Brondby danés. Así que en la actualidad goza de suficiente tiempo libre para dedicarse a perfeccionar sus endiablados pasos de bailes esperando una oferta que no llega, mientras tanto el karma lo ha vuelto a castigar y uno de sus mejores amigos (Rafaé Van de Vaart) ha dejado preñada a su ex mujer, que casualmente era la mejor amiga de la ex mujer  del chiclanero… digno de telenovela.

Pero nosotros a lo nuestro, Bugalú: Let’s Dance!