JAVIER "MÁGICO" DÍAZ PONS

Lo primero que puedo decir de “Mágico Díaz” es que, al poner su nombre en Google para buscar información sobre su persona, la señorita de voz sexy del Avast me ha dicho que mi equipo ha detectado una amenaza. Y esto es totalmente cierto.

Javier Díaz nace en Sa Pobla, en la isla de Mallorca, el 3 de Febrero de 1968. El día de Reyes de 1979 su padre graba ilusionado en super 8 como su retoño desenvuelve el balón que Baltasar le ha traído. El desencanto llega cuando Javier pasa olímpicamente del balón y se lanza como poseído hacia la caja de Magia Borrás que allí se encontraba por obra y gracia del Rey Melchor, rey que hoy día tiene la popularidad por los suelos tras descubrirse que se llevó a su querida a Belén usando para el viaje una tarjeta B llenita de dinero de los contribuyentes de Oriente.

A Javier en el cole le apodaron “Mágico”, porque se tiraba todo el santo día haciendo trucos de magia supercomplejos que alucinaban a sus compis. Su padre estaba supermosqueado porque quería que el niño le saliera futbolista, así que un día, cuando el chaval llegó a casa y se puso a buscar como loco la caja de Magia Borrás, se desesperó al darse cuenta de que su progenitor se la había escondido.

El cruel padre de nuestro héroe del día le obligó a apuntarse a las categorías inferiores del Poblense si quería que le devolviera el material de mago, y que más le valía jugar si no quería que se lo volviera a esconder.

“Mágico” Díaz se desenvolvía como lateral derecho con más pena que gloria, pero sabía que necesitaba jugar si quería dedicarse a su gran pasión como ilusionista, así que usando un truco siempre intercambiaba el papel con la alineación de su equipo por uno en el que él aparecía como titular. Así siempre jugaba con el Poblense, y como siempre jugaba llegó al primer equipo, y en el Español pensaron que era bueno y le ficharon para su cantera, llegando a debutar con el primer equipo en 1988 tras una cesión en el Hospitalet.

La pena de todo esto es que cada vez tenía menos tiempo para practicar magia, así que los trucos clásicos empezaron a fallarle. En ese momento decidió que, si bien se tendría que dedicar al fútbol como profesional, se dedicaría en cuerpo y alma en sus ratos libres a elaborar el mayor truco de magia que jamás se hubiera visto relacionado con el balompié.

En 1992 deja el Español por el Mérida, y tras una temporada en tierras extremeñas, ficha por el Betis, donde llega luciendo una coleta precursora de otras que llegarían después al conjunto verdiblanco.

En el Betis no le va muy bien. 16 partidos, 11 como titular, y ningún minuto desde el momento en que Kresic es cesado y sustituido por Serra Ferrer en el banquillo. Como está centrado más en elaborar su gran truco final que en el fútbol ya no tiene sitio, y tras pasarse la primera vuelta de la temporada 1994-95 sin inscribir se marcha al Palamós cedido.

En 1995 rescinde su contrato con el Betis para jugar en el Hospitalet en Segunda B, de donde pasa al año siguiente al Écija en Segunda, cerrando su carrera una temporada más tarde en el Europa de Tercera División.

¿Y cuál es el gran truco se preguntarán ustedes? Pues que alguien con tan pocas dotes para el arte del balompié pudiera hacerse de oro con este deporte, porque durante estos últimos tiempos, “Mágico” Díaz se dedicó a sacarse los títulos necesarios para ser representante de futbolistas, y se ha ganado una buena pasta defendiendo los intereses de Bartra, Oriol Romeo, Verdú (próximamente en su blog favorito) o, destacando sobre todos ellos, Sergio García, que, en homenaje al “Mágico”, adoptó su look de coleta y perilla en su periplo bético, abandonando el estilo cani que tuvo en su momento.