Ahí estaba yo, como cada viernes
por la noche, ocupando mi silla en aquel círculo de la vergüenza. Habíamos
escuchado a un sevillista confesar entre lágrimas que él creía que Marco
era el hermano bueno, y atendíamos las súplicas de otro aficionado del conjunto
de Nervión que nos pedía sin éxito que entendiéramos por qué
él a Ivica
Mornar le veía cositas convirtiéndole en la estrella de su equipo en la Liga Fantástica Marca.
Después de que este último
caballero finiquitara su intervención, el mandamás de aquella asociación sin
ánimo de lucro, Vlada, se dirigió al grupo para preguntar si alguien más quería
decir algo o si se podía ir ya a su casa a ver el último capítulo de “Juego de Tronos”.
En ese momento alcé la mano, y tras darme Vlada su permiso con un gesto me puse
en pie ante todos y lancé mi confesión. Yo soy fan de Chuli.
Un respingo de asombro salió de
las bocas de todos los allí presentes (algo así como AAAAAH pero aspirando aire,
no sé si me explico), porque lo más grave no fue el jugador mencionado, ya que
cualquier jugador tiene sus
fans, sino que el verbo ser fue utilizado por mí en presente de indicativo
y no en un tiempo pretérito. Y es que es cierto, a día de hoy, y pese a todo,
yo creo en Chuli.
Apenas un par de días antes de mi
cumpleaños, en 2013, el Betis me hacía el regalo de incorporar
a Manuel Jesús Vázquez Florido, AKA “Chuli”, a sus filas. Rápidamente me
puse a investigar sobre el pasado del joven ya que la fecha de su fichaje me
hizo sentir una repentina conexión con él.
Nacido en Huelva el 25 de Enero
de 1991, pasa del cadete del Recreativo de Huelva (el San Sebastián Cepsa, desde donde llega a ser convocado con la sub16 para un torneo raruno) a formar parte de la cantera del Español de Barcelona, llegando a
debutar con 18 años en el filial periquito en Segunda B. Acto seguido pasa a
otro filial, al de su casa, al del Recreativo, donde rápidamente
despunta jugando como delantero centro o rápido extremo.
Su debut en el primer equipo
onubense, en la categoría de plata, se daría en las jornadas finales de la
temporada 2011-12, donde disputó un par de encuentros sin jugarse nada su
equipo. Pero cuando Chuli estalla es de la mano de Sergi Barjuán la siguiente
temporada. El que fuera fenomenal lateral izquierdo del Barcelona y de la Selección Española
confía en él desde el día uno, y Chuli le responde con creces (ojito
a esta crónica).
La temporada de Chuli es
extraordinaria. Juega 38 partidos, 32 como titular, y hace una quincena de
goles además de un buen número de asistencias. Incluso suena para ser convocado
con la Selección Sub 21.
Es por todo esto que cuando llega al Betis de la mano de Stosic yo le veo al
fichaje buena pinta.
En serio, el Betis se hacía con
lo que parecía era una de las mayores promesas del fútbol español. Me hizo
tanta ilusión que hasta le
regalé una postal a su llegada.
Pues no.
Empieza la temporada 2013-14 y no
empieza bien. El Betis se hunde en los últimos puestos de la clasificación y,
en lo que respecta a Chuli, no tiene fortuna. La grada la toma con él tras
fallar goles cantados en algún que otro partido. Lo que es peor, no le chilla, sino
que se convierte en el pitorreo de los aficionados. Yo me desgañito
defendiéndole. Diciéndoles a todos que ya veréis, que un día oiremos cantar al
Villamarín “Chuli Chuli Chuli
Chuligoooool”.
Pues no.
Todo el mundo me mira como loco,
pero Chuli se lleva en los premios de la
LFP el galardón
como jugador revelación de la temporada anterior en la categoría de plata,
por delante de los otros nominados, que eran nada más y nada menos que el
madridista Jesé
y Luis Alberto. Y yo recupero fuerzas ante mis allegados insistiendo en que
si esto sucede es porque seguro que es bueno.
Pues no.
Las actuaciones de Chuli con el
Betis no mejoran. Es cuando suelto otra frase muy típica: “está falto de confianza, en cuanto marque un gol despuntará”. Y
tras mucha paciencia llega ese gol.
Jueves 7 de Noviembre de 2013, el
Betis disputa en Guimaraes, frente al Vitoria de dicha ciudad (cuna de la
nación portuguesa), un partido decisivo para superar la fase de grupos de la Europa League. El encuentro
avanza de manera inapelable a lo que parece va a ser un empate sin goles. Y en
el minuto 93, sucede. Aparece ÉL. Chuli. Mi Chuli. Se desmarca con una
habilidad que ni Romario, recibe el único pase bueno que dio Verdú en toda su
estancia aquí y remata a
gol dándole al Betis el triunfo y el pase a la siguiente ronda. Habrá quién
diga que fue un churro, que remató en semifallo, UN CARAJO PA ÉL. Es un toque
sutil, elegante y en postura complicada, la toca lo suficiente y de la única
forma posible para que supere a portero y defensa. Chuli, que siempre lo dio
todo en el campo y eso no lo pueden negar ni sus más acérrimos odiadores, por
fin ve premio a su esfuerzo. La carrera que me pegué por el pasillo de mi casa
fue épica. No era sólo un gol del Betis, no era sólo un gol de Chuli, era MI
gol, MI premio por haber tenido confianza en aquel muchacho onubense. Les dije
a todos que a partir de ahora, con confianza, verían al verdadero Chuli, que
destaparía el tarro de las esencias, que se convertiría en estandarte del equipo,
que veríamos a la grada corear su nombre.
Pues no.
Chuli no volvería a tener ni
media intervención destacada en toda la temporada. La cerró con 11 partidos en
Liga, cuatro sólo como titular y ningún gol anotado aparte del de Guimaraes.
¿Me bajé del burro? Jamás me bajo
de un burro. De hecho vivo encima de un burro. Le puse Platero. Es pequeño,
peludo, suave, tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva
huesos.
El Betis desciende y vuelvo a la
carga. En Segunda División un jugador como Chuli puede volver a ser importante.
Ya demostró en el Recreativo su valía para dicha categoría. En el Betis de
Segunda sería una pieza importante. Y ya luego, con la inercia del ascenso, en
Primera sería todo un baluarte en la delantera verdiblanca y veríamos al Chuli
que sólo yo era capaz de ver latente en los borceguíes del choquero.
Pues no.
Durante la primera mitad de
temporada ni Velázquez, ni Merino cuentan con él. Apenas juega tres encuentros
saliendo en las segundas partes y sin incidencia alguna en el juego. Tras un
mal momento de Rubén Castro al inicio de temporada le digo a un amigo “te sonará a locura pero yo le metía un
banquillazo a Rubén Castro y le daba una oportunidad a Chuli en su sitio”.
Desde entonces tengo un amigo menos. En el Betis-Recreativo salta mi ídolo al
campo y la grada empieza a pitorrearse de él en cuanto coge el balón. Con la
vena del cuello a punto de reventar y las lágrimas a punto de salir de mis ojos
balbuceo “no os metáis con él, cabrones,
así no hay quién pueda”. Poco después recibe un centro desde la banda y
salta como un ángel, contengo la respiración ante su inminente remate de
cabeza. Chuli la caza de manera espectacular y el balón sale rozando el palo.
Si llega a entrar es un golazo, pero no entra. Me siento derrotado.
Pepe Mel llega al banquillo justo
antes del mercado invernal y entre los descartes Chuli está señalado. Se marcha
cedido al Leganés. Me siento hundido. Mi confianza en que mi ídolo despunte en
mi equipo se va por el sumidero. Pero er shico me cae bien, y quiero que
triunfe. Quizá en el equipo pepinero, sin la presión que hay en el Betis, pueda
mejorar su rendimiento, convertirse en un jugador destacable, volver a estar en
el candelabro.
Desde el primer momento Chuli lo
peta en Leganés. Todo le sale, todo le entra. Las
estadísticas revientan. ¡LE COMPARAN CON OLIVER ATTOM! Es otro hombre, un hombre liberado. Ahí está, con John Barry de fondo disfruten
de todos los goles de
Chuli con los de Butarque (los hay hasta de tacón). Once goles en sólo
media temporada y sin ser delantero centro. Ese es el Chuli que yo amo con
fervor. Con razón el Betis le impuso la
cláusula del miedo. Yo tenía razón. EN TODO. El 13 de Mayo de 2015 un
artículo de un periódico local, lo dejó claro. Cito textualmente:
"Su efectividad es mayor que la de ningún otro jugador de la categoría, incluso por delante de la de Rubén Castro. Chuli necesita 3,7 remates para marcar gol frente a los 4,2 que necesita Rubén Castro."
¿Veis como es mejor
que Rubén Castro? ¿Veis como yo sé de esto? ¿Veis como no estoy loco? Juan
Miguel, chúpate esa. Me la pela que dejaras de contestarme los mensajes de
whatsapp, maricona.
Finalmente, tras varios equipos peleándose por sus huesos (el Leganés quería hacerse con propiedad con él para que los guiara a Primera), es finalmente el Almería el que se hace con sus cuartos de baño (es decir, sus servicios) por medio millón de euros. Y ahí estoy yo, en la tienda para comprarme la camiseta del Almería.
Finalmente, tras varios equipos peleándose por sus huesos (el Leganés quería hacerse con propiedad con él para que los guiara a Primera), es finalmente el Almería el que se hace con sus cuartos de baño (es decir, sus servicios) por medio millón de euros. Y ahí estoy yo, en la tienda para comprarme la camiseta del Almería.
4 comentarios:
¿Soy yo o en el gol Chuli besa el escudo?
Joder,qué bueno!!!De los artículos con los que más me he reído,en serio.
Por cierto,me sorprende que saquéis tan rápido artículos sobre jugadores que acabn de irse y aún estemos esperando el de otros que se marcharon hace ya un tiempo,como Verdú,Paulao,Baptistao...u otros más antiguos como Jorge Wagner o Babic.
Otra cosa,en el enlace del último SIIIIII la que sale bailando es la actriz de Arya Stark de Juego de Tronos?
Pues a mí el gol me parece un golazo,ciero es que parece que le pega con el tobillo,pero el pase de Verdú es un escándalo(lo único bueno que hizo en el Betis?),lo hace James o CR69 y los Manolos necesitan 2 telediarios para comentarlo.Por ciero,¿para cuando Verdú por aquí?Creo que ha sido la mayor decepción en los últimos años del fútbol sevillano.
Amigo Chema no es necesario que espera más por Babic, aquí tiene su artículo:
MARKO BABIC
Paulao, Baptistao y Wagner van a ser complicado que salgan pero Verdú es posible... aunque no puedo prometer nada.
PD: Sí, es la chica de los Stark pegándose un dansin en mitad de la calle!!
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