Cuatro jornadas.
Ocho puntos.
Invictos.
Uno podría pensar que no hay lugar para las críticas pero no es así.
Siempre hay papafritas.
Siempre.
De las que compras en el Día de oferta.
Del paquete de 2 kilos to mustio.
¿Papafritas McCain?
Ni a eso llegan.
Son de las que te ponen todo recalentadas en cualquier puestecillo cutre de la Feria.
O peor.
Papafritas de la peor calaña.
Con la de grasa que da eso.
El cuerpo lo dejas hecho polvo.
La barriga no descansa con tanta cagalera.
Y se va acumulando.
Y acumulando.
Y acumulando.
La barriga se vuelve cervecera.
Y eso ya no se quita.
Haces ejercicio, pero es pa ná.
Pa ná.
Y luego me viene mi mujer y me dice “se te va notando la barriguita, ¿eh?”.
Me lo dice en toda la cara, la muy…
¿Y tú, que tienes esos michelines desde los 15 años?
Pero claro, si le digo eso, me parte la cara.
Me la parte.
Y, encima, duermo en el sofá.
Por decir la verdad.
…
…
Divago.
Hacía tiempo que no me pasaba.
La medicación.
Con la alegría del gol de Koné, se me olvidó tomarla.
Dios.
Pero algo saco de esto.
Algo.
Por decir la verdad, mi mujer me parte la cara y duermo en el sofá.
Los papafritas mienten.
Porque no quieren afrontar la verdad.
Yo no le digo a mi mujer que tiene michelines.
Porque aprecio mi cara.
Los papafritas no le dicen la verdad a los lectores.
Porque no aprecian al mejor club de la ciudad.
De ahora y siempre.
¿Qué moraleja extraemos de esto?
¿Qué soy un incongruente y hago lo mismo que los papafritas a los que critico?
…
No.
No.
La moraleja es otra.
Es una zona pija de Madrid.
Tampoco.
Bueno, sí, pero no es a lo que me refiero.
La moraleja es que los papafritas son grasientos y molestan al estómago.
Puede parecer que intento desviar la atención sobre lo incongruente e hipócrita que soy en mi
proclama.
Puede parecerlo.
Lo tienes que decidir tú, lector.
Lector que siente con el corazón.
Lector que ama los mismos colores que yo amo.
Y ahora el Valencia.
A por los mestallizados de nacimiento.
Por otro lado están las criaturitas.
Están felices ellas que se han puesto líderes tras ganarle a cuatro equipillos como ellos, de medio pelo.
Además sólo van cuatro jornadas.
Así que nadie piense que es significativo que el Betis vaya prim…
Mierda.
He nombrado al que no debe ser nombrado.
No sé cómo se me ha podido escapar.
Bueno, amigos, mestallizados y tú, papafrita, que sé que me lees, tengo que dejaros.
Tengo que ir a lavarme las manos con lejía, y a quemar este teclado y comprar otro.
Bueno, mejor quemo el ordenador entero.
Tendréis noticias mías.
A vuestro pesar.
1 comentario:
A mi me gustan las papas fritas de cucurucho como las que venden en la plaza del Salvador
Publicar un comentario