CARLES DOMINGO PLADEVALL, "MINGO"

Cuando empezamos la biografía de uno de nuestros cracks en la web solemos hacer referencia a las condiciones de su nacimiento, en este caso no vale la pena describir la escena, ya que se puede observar el vídeo en youtube.

Era el 10 de Junio de 1977, en un hospital de Hostalric, provincia de Gerona. El médico que atendió el parto era amigo de un ojeador del Barcelona y le comentó que había nacido un chiquillo que sería capaz de acojonar a cualquier delantero que se le acercara. Fue así como muy joven Mingo pasaría a formar parte de las categorías inferiores del equipo culé.

 

No sólo eso sino que se convirtió en el lateral zurdo indiscutible de las categorías inferiores de la Selección Española, llegando incluso a proclamarse campeón de Europa en categoría sub18 en 1995, gracias a un hat-trick de la por entonces estrella de la cantera sevillista.  

En 1997, luciendo un peinado a la taza de moda en la época, ya le toca debutar en el primer equipo culé, incluso hace acto de presencia en la presentación del equipo ante su público. Hago aquí un inciso para reclamar la vuelta de estos actos que nos regalaron momentos memorables (de hecho la mayoría de las grandes frases loperianas son de esos actos y con ellas prácticamente se escribió una canción).

Bueno, que me disperso, en ese verano el simpático de Van Gaal le dice que no cuenta con él, que se vaya con la música a otra parte, así que se tiene que buscar las habichuelas en otro sitio, y lo que acaba encontrando es sidra y fabada porque se larga a Asturias, concretamente al Sporting de Gijón.  Allí se dejaría el pelo un poco más largo para dar sensación de libertad y poderío leonino. 

La temporada del Sporting no fue todo lo buena que Mingo habría esperado.  De hecho fue lamentable y el Sporting se fue a Segunda, donde Mingo vestiría su camiseta hasta el año 2000. Decepcionado, se corta el pelo. 

En ese año 2000 llega al Rayo Vallecano, que disputó aquel año competición europea por única vez en su historia, guiado por uno de los hombres que hoy en día más cariño recibe del fútbol sevillano, Juande Ramos.

Y en ésas estamos cuando al año siguiente el propio Juande se va del Rayo al Betis, seguramente atraído por el proyecto y no por la subida de sueldo, y Lopera, siempre dispuesto a complacer a sus entrenadores, se trae a Mingo a petición suya.

Evidentemente empezó de titular, que para eso había sido recomendación del entrenador, pero su rendimiento dejaba dudas, por decirlo de forma elegante. Era un puto coladero, por decirlo de forma abrupta. Había que mandarlo a tomar por culo, por decirlo claramente. Además, el bueno de Carles Domingo se convirtió en choteo de la grada por su particular peinado, de hecho hoy en día cuando la gente se refiere a él, aún le dicen “El Coleta”, ya que le dio por dejarse el pelo largo y sujetárselo en una peculiar cola de caballo que más parecía de rata hormonada. 

El verano siguiente Juande, sorprendentemente dado que es un hombre que jamás ha tenido eso en cuenta, pide un aumento de sueldo, y Lopera le dice que no (para luego por cierto pagarle a Víctor Fernández más de lo que Juande le pidió), así que se larga entre lágrimas, las cuales no le dejan ver por dónde va, y una corriente de aire lo derriba, lo deja inconsciente y se lo tienen que llevar en camilla.

Ya sin su principal valedor, Mingo apenas aparece (aunque un día se marca un fenomenal partido contra el Madrid marcando a Figo), Luis Fernández le come definitivamente el terreno y la gente acaba olvidándose de él hasta que en 2004 se larga al Albacete, habiendo jugado en el Betis 47 partidos de Liga marcando 1 gol (en Montjuic). 

En Albacete conoce otro descenso y en 2006 se va al Nástic, donde se come otro descenso y donde permanece aún y donde se ha convertido en uno de los capitanes, por lo que parece que finalmente ha sido profeta en su tierra. Y sí, sigue con la cola de rata en la cabeza.