LUCIO WAGNER FREITAS DE SOUZA

No sabemos si es algún tipo de maldición Arapajoe o simplemente la ilusión desbordante de querer agradar cuando uno llega a un nuevo equipo, pero el caso es que siempre que algún jugador en su presentación alude a algún megacrack mundial para definir su juego acaba siendo un fiasco en toda regla quedando retratado casi en el 100% de las ocasiones como un autentico bocazas. Ejemplos hay a montones, pero así a botepronto podemos recordar a Renaldo, aquel brasileño ex del Depor y del Extremadura que a punto estuvo de fichar por el Sevilla que se definía como “una mezcla de Ronaldo y Rivaldo pero con más velocidad”, al “futuro” Andrea Pirlo o  a Lucio Wagner, nuestro protagonista de hoy, que no tuvo reparos en calificarse como “la nueva y mejorada versión de Roberto Carlos”.

Nacido el 15 de junio de 1976 en la siempre festiva localidad brasileña de Rio de Janeiro y de origen humilde, Lucio Wagner consigue gracias al apoyo de unos amigos de la familia comenzar su carrera como juvenil en el Nautico brasileño, donde destaca como lateral izquierdo lo que le vale para fichar, ya como profesional al Corinthians Alagoano (en el que llega a coincidir con jugadores como Deco), equipo en el que cuaja un par de buenas temporadas, llamando la atención de los ojeadores de uno de los clubes punteros en Europa, el Benfica. Ficha por el equipo luso en la temporada 1996/97 pero la suerte no le acompaña demasiado, teniendo tan solo poco más de un par de oportunidades de demostrar su valía, por lo que rápidamente, al terminar la temporada, se le buscó una salida y su representante, que si que tenía el nivel del de Roberto Carlos, en una maniobra digna del mejor gol del ex lateral izquierdo de Brasil, consiguió endosárselo al Sevilla FC.

Recién descendido a segunda división y con Rafael Carrión al frente de la nave, el Sevilla buscaba recuperar el flote y ascender por la vía rápida. Lo lógico hubiera sido mantener a los jugadores que económicamente fueran viables en una división inferior a primera y buscar otros futbolistas experimentados en la categoría que conformaran un equipo sólido y de garantías, pero la lógica no era la tónica predominante en aquella época dentro de los dirigentes hispalenses que se afanaron en encontrar a jugadores exóticos y esperar a que sonara la flauta, de este modo llegaron entre otros al club hispalense “La Cobra” Axel, Vukicevic, Thetis, Eboue, Enría, Lawaree y el propio Lucio Wagner (autentico maná para este blog, vamos) con los resultados por todos conocidos. Para colmo, la desafortunada comparación con el lateral de moda y de referencia en la época le supuso la reprimenda de alguno de sus compañero y una presión adicional que según sus propias palabras llegó a abrumarle: “Nunca conocí a Roberto Carlos y, sin embargo, su nombre llegó a agobiarme, tanto que me cansaba de escuchar lo mismo todos los días...”.

Lo que pocos sabían es que cuando Lucio se refirió a que era “el sucesor de Roberto Carlos” no se refería al ex futbolista del Inter de Milan y del Real Madrid, si no al famoso cantante brasileño, ya que cantaba que daba gusto y no precisamente con la voz. Tanto dio el cante que a mitad de temporada, dado que Fernando Castro Santo no cuenta para nada con el jugador, el Sevilla decidió darle la baja federativa junto con su compañero de piso y cocinero particular Eboue “el portero de goma”, para darle el alta a Alfredo y Nando que llegaban en el mercado invernal al equipo sevillista, dejando para el recuerdo y para la historia unos pírricos 564 minutos disputados repartidos en 9 encuentros, siendo su único encuentro destacable la derrota en el amistoso jugado en pretemporada contra La Palma de Condado.

Tras su periplo como sevillista, Lucio Wagner  continuo su carrera en clubes brasileños como el Botafogo, el Rio Branco o el Juventus, hasta que en 2002 vuelve a Europa para engrosar las filas del Cherno Bulgaro, donde cuaja una gran temporada que le vale para progresar en la siempre competitiva liga búlgara y fichar por el Levki de Sofia, donde durante siete temporadas demuestra todo el talento que le llevó a ser comparado con Roberto Carlos de tal forma que se nacionalizó búlgaro a petición del mismísimo Hristo Stoichkov con el fin de llevarle a la Selección Nacional, con la que debuta en la prestigiosa (?) Copa Kirin y con la que ha disputado un total de 15 encuentros hasta que una serie de lesiones, le retiran de la práctica profesional del  balompié en 2009.