viernes, 31 de mayo de 2013

INVOLUCIÓN CAPILAR: ANTOLÍN ORTEGA

Buenas y elegantes tardes.

Hay que ver el tiempo que llevaba sin ofrecerles nada en esta capilo-involutiva sección… que quieren que les diga, le cuesta a uno sacar tiempo para juntar cuatro letras entre el trabajo (saben de aquel que le dijo a un amigo que se había encontrado un unicornio en el curro y el amigo le contestó sorprendidísimo “¿Pero tú tienes curro?” Pues ese soy yo, uno de ese escaso porcentaje que aun tenemos trabajo), la familia, la vida conyugal  (a pesar de que en mi casa se hace lo que yo obedezco) y un poco de ocio (y de perrería, porque no decirlo) Pero bueno ¿me han echado de menos o no? Pues no se preocupen que ya estoy de vuelta para hablar de pelos ¡y de menudos pelos vamos a hablar hoy! Porque hoy les traigo uno de mis favoritos de esta sección, el bravo centrocampista bético Antolín Ortega.

Antolín nació en Madrid y en la cantera del Real Madrid comienza a desarrollarse en esto del balompié, tras un breve paso por un Osasuna en horas bajas que merodeaba por tercera división tuvo su primera oportunidad seria en el Castellón, donde lucía un cabello corto (como podemos ver en la primera imagen) pero moderno, ya que Antolín no era ajeno a las moderneces de la época, por eso cuando lo fichó el Cádiz se dejó crecer el pelo como signo de rebeldía juvenil y completó el círculo con todo un señor bigotón tan frecuente entre los jugadores de fútbol de la década de 70 cuando se materializó su traspaso al Betis.

Antolín era todo un tarzán, un Adonis de larga cabellera y poderoso aspecto varonil  (foto 3), pero de repente las ideas le comenzaron a clarearse. Su compi García Soriano le habló de la técnica de la cortinilla como método para evitar que el color carne de la cabeza fuera visible (las fotos 4,5 y 6 nos demuestran el nulo éxito ante tal involución), lo que desde luego no influyó para nada en su rendimiento futbolístico, ya que Antolín Ortega se convirtió en bastión del mediocampo bético durante ocho temporadas, convirtiéndose en uno de los jugadores más carismáticos del equipo… pero la dura guerra capilar la estaba perdiendo, así que en un último intento de no dejarse ir, decidió plantarle cara como un soldado, afeitarse y adoptar un aspecto mucho más intimidatorio que el anterior: El look de Chuck Norris (foto 7).

Al final, los estragos de la edad fueron inevitables y un Antolín Ortega ya veterano y bien entrado en la treintena (pero con pinta de señor de cincuenta) afrontó su última temporada en el Betis y una más en el Recreativo de Huelva con la desazón de haber perdido la contienda capilar definitivamente pero con el continuo interés en intentar disimular la derrota aunque fuera peinando un poquitín el flequillo (fotos 8 y 9).

Tras retirarse de fútbol montó una tienda de deportes en Dos Hermanas, sigue siendo un jugador muy querido por el beticismo y muy acertadamente recuperó para la causa el bigote, pero la cabellera… amigo, esa se perdió para siempre como podemos ver en la última foto.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Buenas, no conocía este blog y me gusta mucho,ademas aprecio que existan blog como este que lejos de abarcar muchos campos como por ejemplo es el caso de http://golypunto.blogspot.com.es/ nuestro blog, son fieles a unos coleres!!

Un saludo

Amate Preacher dijo...

Hablando de involuciones capilares, el que esté libre de culpa que tire la primera piedra, hombre joder, habría que veros a todos vosotros.

En fin, que ayer vi en la tv a Mágico Díaz, que ahora es el representante de no sé quién, y sin llegar a estar muy perjudicado capilarmente, claro, uno echaba en falta la melena.

Con Dios.

Rinat Rafaé dijo...

Padre, digale a su discípulo aracnido que lo echamos de menos por estos lares. ¿Está bien? ¿Acaso un exorcismo o similar lo tiene postrado en cama?

Jean Sol Partre dijo...

Lo último que supe de él fue su canación a Babá por los Ramones