IVÁN PÉREZ MUÑOZ

Una fría noche de enero de 1976, en un hospital madrileño, el pequeño Alfonso entra en la habitación donde su madre le espera con algo en brazos. Al principio el infante piensa que lo que su madre sostiene un cochinillo, pero al acercarse descubre que es un bebé. Su madre, con voz tierna, le aclara la situación:

Alfonsito, éste es tu nuevo hermanito, Iván. Como eres el hermano mayor vas a tener que cuidarlo mucho mucho y quererle mucho mucho, ¿sabes?.

Inspirado por la cálida mirada de su madre, el pequeño Alfonso asiente con la cabeza.

Verano de 1986. La familia Pérez Muñoz pasa unos días en su casa de la playa y un Alfonso que empieza a tener vello y a fijarse en el culito de las niñas juega con unos amigos al fútbol playa. Varias niñas les observan y Alfonso disfruta dejando sentados a todos sus amigos y luciéndose ante el género femenino de pechos incipientes. De repente aparece su hermano pequeño Iván, que pide jugar. Ninguno de los niños quiere que juegue un retaco como él, Alfonso mira a la cara a la niña que le gusta y observa que se pone triste por el pequeño Iván. Alfonso se pone firme y se empeña en que su hermano juegue con ellos. Convence a todos y se dedica a darle asistencias a su hermano para que marque a puerta vacía. Ivancito es feliz y la chiquilla que le gusta a Alfonso le devuelve las miradas enternecida por haber defendido a su hermano. Alfonso siempre podrá agradecer a su hermano que gracias a él tocó su primera teta esa noche.

Pero quiso el destino que un ojeador del Madrid estuviera tomando el Sol en aquella playa en ese instante y observara la escena. Al ver a Iván marcar gol tras otro a pase de su hermano pensó que cuando llegaran a mayores serían una pareja letal en la delantera del Bernabéu, así que busca a sus padres y los convence para que fichen por el equipo blanco pese a que Alfonso es culé desde pequeñito.

Poco a poco ambos fueron progresando. Alfonso debutó en el primer equipo, fue a la Selección y en el verano de 1995 se fue al Betis. Precisamente en la temporada 95-96, Iván debutaba con cierto éxito en el primer equipo del Real Madrid en los últimos partidos del año.

Verano de 1996. Alfonso vuelve al Madrid pero Don Manué dice que si se va en el AVE de por la mañana volverá en el de la tarde, y es que la pretemporada del Betis es penosa y el sustituto de Alfonso, Virgilio Ferreira, es más malo que mandar a la abuela a por droga, así que el retorno de Alfonso es fundamental y como Don Manué está desesperado por traerlo acaba comulgando con ruedas de molina y se trae a su hermano Iván con él, además del pelat Valerio. En un gran Betis Iván no tiene sitio, así que es cedido a un Extremadura, que debuta en Primera. No consigue ser titular en toda la temporada y no es capaz de meter ni un gol. Pero la gente ve la descomunal temporada que se marca Alfonso y piensa que si Mendel llegó tan lejos debía ser por algo, así que se hace un habitual en la Selección Sub21 y es repescado por el Betis a final de temporada como un futuro crack. 

Su primera temporada como verdiblanco se resume en que jugó un partido como titular en todo el año y marcó un gol en Copa del Rey. El chico estaba claro que no debía seguir en un club que, en aquellos tiempos, miraba a la zona alta de la tabla (igual que este año pero en otra categoría). Pero llega el Europeo Sub21 e Iván consigue la hazaña de su vida. España viaja a Rumanía y bate 1-0 a Rusia en cuartos con gol de Iván, 1-0 a Noruega en semifinales con gol de Iván y 1-0 a Grecia en la final con gol de Iván. El chico es un crack en potencia, se queda.

Empieza la nueva temporada, Alfonso se lesiona en un magnífico partido de España en Chipre y su hermano encuentra un hueco en el equipo titular. Le da tiempo a meterle un hat-trick al Vejle danés, pero a mitad de Liga sólo lleva un gol y, como perdura su verano exitoso en Rumanía, el Girondins de Burdeos hace una oferta e Iván se larga a la tierra del vino francés.

En Francia apenas juega, pero se proclama Campeón de Liga. Marcha al Deportivo donde juega todavía menos, y se proclama Campeón de Liga. Iván es el nuevo talismán del fútbol. Es como el típico llavero que no vale para nada pero tú lo llevas porque crees que te da suerte por algún motivo, todos quieren tenerle en sus filas y el Depor lo va cediendo a equipos que quieren éxitos, pero la suerte se gasta y se traga un descenso a Segunda con el Numancia. Un paseíto por Leganés, y un par de años en Gerona donde marca la friolera de 2 goles en 2 temporadas cubren el expediente de Iván Pérez Muñoz, el hermanísimo. Un delantero retirado a los 28 años que marcó 11 goles en 126 partidos de carrera profesional a lo largo de 9 temporadas.

¿Tiene un final triste la historia de Iván? ¡NO!. Ahora triunfa junto a su hermano (como no) y otros ex-béticos como Torres Mestre en el Real Madrid de la Liga Indoor, haciendo por partido casi tantos goles como en toda su carrera. Ahora Alfonso casi que es el hermano Amigo de Kukleta.

Artículo cortesía de nuestro amigo  José MME.