PAOLO CASTELLINI

Este señor que parece un muñeco de cera es Paolo Castellini, nacido el 25 de Marzo de 1979 en Brescia.

Como buen italiano tuvo que elegir su futuro profesional entre constructor de torres inclinadas, pizzero y futbolista, decidiéndose por esto último. El problema llegó cuando, siendo crío, fue a hacer unas pruebas con el Cremonese y no le cogieron.

Paolo llegó a casa llorando y contó a su familia su decepción. Su tío Anthony le dijo que no se preocupara, que seguro que había habido un error, y que él mismo iría a hablar con el encargado de las categorías inferiores del Cremonese para subsanarlo.

El tío Anthony y su colega Paulie abordaron al sujeto en cuestión. Le ataron a una silla y empezaron a explotarle en el oído un plástico de burbujas de embalar. El pobre tipo finalmente no aguantó más y pidió que pararan, que metería a Paolo en el equipo, pero que por favor pararan. Después de eso lo soltaron y le dejaron ir.

Paolo debutó en el primer equipo del Cremonese en 1996. El equipo lombardo descendió aquel año a Serie B, y posteriormente a la C1. A la Familia no le gustaba ver a su bambino jugando en categorías tan bajas, así que cogieron un coche para Turín y se plantaron en las oficinas del Torino en el año 2000. Entraron en la oficina del director deportivo y bloquearon la puerta. Lo tenían todo bien pensado, ya que antes de llegar habían comido opíparamente, y a esas horas ya tenían el organismo preparado para expulsar todo el metano posible. El director deportivo del Torino no tuvo más remedio que aceptar el fichaje de Castellini para que se marcharan y le dejaran ventilar la estancia. Repitieron la táctica con el seleccionador sub21 que empezó también a convocar al muchacho.

Paolo juega en el Torino hasta 2004, con una breve cesión al Brescia de por medio. A esas alturas el Calcio es un torneo de capa caída, y la Familia piensa que quizá mejor mandarlo a una liga como la española. El consigliere le dice al tío Anthony que el Betis sería un buen destino, y éste le responde que cuál cree que sería la táctica adecuada. El consigliere dice que ninguna, que el Betis quiere ficharle de verdad, lo cual sorprende al capo.

Paolo pasa lesionado prácticamente toda su primera temporada en el Betis, por lo que apenas participa en seis partidos, todos desde el inicio. No participó en ningún encuentro del torneo copero en el que los verdiblancos se alzaron con el título, pero ahí tiene la medalla en su casa, junto a la foto del Rat-Pack. No está confirmado que su familia estuviera implicada en el hecho de que al Betis le tocaran el Mirandés y la Gramanet, aunque se les pudo ver en la grada del Calderón celebrando el triunfo.

El buen rendimiento de Luis Fernández le condena al ostracismo en su segunda temporada también, pese a que ya no está lesionado. Juega sólo siete partidos, seis como titular, con pobre rendimiento. Su tío y sus amigos se plantan en Sevilla para cambiar las cosas y “sugerir” a Serra Ferrer que cuente más con él, sin embargo cogen el desvío equivocado y acaban en la barriada Martínez Montañés. Nunca más se supo de ellos. 

El nuevo capo decide que Paolo está mejor en Italia y hace que firme por el Parma. Allí podría servir mejor a sus intereses con jugadas como ésta.

Pertenece al Parma hasta 2012, aunque las dos últimas temporadas las pasa cedido en Roma y Sampdoria. Ese año firma definitivamente por el conjunto genovés, donde ha permanecido hasta el mercado invernal de esta misma temporada, cuando ha fichado por el Livorno.

Es la historia de Paolo Castellini, una historia sórdida y poco conocida hasta que nosotros la hemos revelado. Sin embargo, poco puede hacer la policía, ya que los testigos que nos dieron la información fueron liquidados el pasado sábado, y el capo no puede haber sido el culpable porque en ese momento estaba de Padrino en el bautizo de su sobrino.