Ah, la familia. Broncas en los días señalaítos.
Series exitosas en su día
y otras que sobrepasan los
límites de lo soportable hoy día. Películas extraordinarias y otras no tan extraordinarias.
Pero una cosa está clara. No se puede vivir sin la familia. Lo sabían bien Lautaro
Acosta, Aruna
Koné o Benjamín
Zarandona, y lo sabía bien Achille
Emana cuando vino al Betis, que se trajo con él a un par de hermanos, el
más destacado Onesime Stéphane Emana, nuestro protagonista de hoy.
17 de Junio de 1994 en Yaoundé,
provincia de Camerún. Viene al mundo un nuevo bebé a casa de los Emana, pero el
cabeza de familia anda distraído con el Mundial de Fútbol de Estados Unidos que
empieza ese mismo día. Dos días más tarde debutaría la selección camerunesa en
el campeonato y el hombre estaba ilusionado, ya que tras el enorme
papel realizado en el Mundial anterior, se pensaba que los “Leones
Indomables” podían llegar aún más lejos liderados por la joven promesa de 42
años Roger Milla.
La realidad fue bien distinta. Un
empate 2-2 frente a Suecia, una derrota 3-0 frente a Brasil y un sonrojante 6-1
frente a Rusia dejaron al combinado africano fuera en la primera fase. Mientras
Salenko iba haciéndole
goles al guardameta Songo´o más se iba encabronando
el patriarca de los Emana. Al acabar el partido cogió a sus retoños y los sacó
al patio con la consigna de que debían recuperar la gloria futbolística para su
país, incluido Onesime Stéphane, que no llegaba al mes de edad. Fue el comienzo
de la saga.
En el verano de 2008 Achille
Emana es fichado por el Betis, y un año más tarde llega Stéphane a la
disciplina verdiblanca, con apenas quince añitos, para incorporarse al equipo
cadete.
Jugando como delantero centro er shico
no lo hace mal en honor a la verdad. Mete sus golitos y la
temporada siguiente es ascendido al equipo juvenil. La afición bética le acoge
con agrado, incluso los compañeros de un
popular aficionado del equipo verdiblanco componen una canción en su honor.
La Federación Andaluza fue
advertida de que había un posible crack en ciernes. Movidos por el espíritu de
Blas Infante se dijeron “andaluces, levantaos” y rápidamente convocaron
a Stéphane para la selección
andaluza juvenil, considerándolo sevillano de pura cepa. De la mismísima
Bellavista. De esta forma se aseguraban poder contar con el muchacho el día que
Andalucía tuviera su propia
Selección Nacional tras separarse del opresor y tirano Estado Español. No
era una práctica nueva, ya Catalunya lo hizo en su día con Cruyff
(e
hijo), Neeskens, Caszely,
Stoichkov,
Kubala,
Luis Suárez, Iniesta
o Pepe Reina (nacidos respectivamente en Figueres, Palafrugell, Terrasa,
Palamós, Mataró, Linyola, Sabadell, Manresa y Badalona por lo visto). O la
selección vasca con cualquier navarro,
riojano
o francés que pare por
allí a echar gasolina al coche.
En el verano de 2011 el Betis
vende a Achille Emana, y sin tener muy claro si es por motivos deportivos o no,
Stéphane sigue su camino y también deja el Betis, incorporándose, con 17 años,
a la disciplina del filial del Xerez
Deportivo. En su primera temporada en dicho filial, en Primera Andaluza,
juega 19 partidos y mete 15 goles, lo que ha llevado a que ya haya entrenado en
alguna ocasión con el primer equipo azul.
El futuro de Stéphane no lo
conoce nadie. Quizá acabe siendo un crack, quizá nadie vuelva a hablar de él
después de este artículo. Lo que sí está claro es una cosa. Que no se pongan
chulos los de Bilbao, que los andaluces también nacemos donde nos da la real
gana.
4 comentarios:
Puede ser un caso parecido al de Sunny con la española... aun no entiendo como no ha debutado con la absoluta.
Lo mejor de Onésimo y lo mejor de Emaná todo en uno
No tenía ni idea de la existencia de este tipo. El patriarca Emaná que era juez de paz de su pueblo tiene hermanisimos...
Ha salido en las noticias de la Primera que Stephane se ha metido en una pelea en un partido: le ha endiñao un pùñetazo al portero rival porque al parecer le escuchó insultos...
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