Cualquier
yugoslavo que tuviera entre 18 y 30 años allá por 1991 y que supiera
mínimamente tocar la pelota con algo de criterio ha tenido más o menos una
década donde lo ha tenido verdaderamente fácil para ganarse el pan como
profesional del balompié. Había algunos muy buenos repartidos a lo largo y
ancho del continente, que proveían del especial carácter yugoslavo y de gran
calidad a sus escuadras (de hecho yo soy de la opinión que la selección
yugoslava que no pudo participar en la Eurocopa
del 92 hubiera sido un autentico equipo de leyenda y ahí tenemos la explosión
de Croacia en el Mundial de Francia para demostrarlo) así en esta ciudad
pudimos saborear a Hadzibegic
o a Suker,
pero de la misma manera fueron muchos los equipos que animados por el boom de
lo balcánico y aprovechando que eran jugadores relativamente fácil de contratar
debido a la situación
pre bélica que vivía no solo el fútbol yugoslavo, si no todo el país,
trajeron a jugadores que quizás no reunían los requisitos mínimos para una liga
como la española. Son los casos por poner algunos ejemplos de los recordados
Pedgrag Spasic,
Vladan Lukic
(que dejó el fútbol para luchar en la
guerra de Kosovo), el singular ex portero del Cádiz Varvodic
o los mismísimos Ljubobratovic
, Josko
Jelicic e Ivica Mornar,
si hablamos en clave local, en lo que podemos considerar una autentica Balkan Invasion la que aterrizó en los
90 en nuestro país que no incluía solo a jugadores, sino también a entrenadores
e incluso a presidentes.
Pero
no todos los jugadores de la antigua Yugoslavia que fracasaron en Sevilla o en
la Liga española necesariamente tienen que estar metidos en este grupo de
jugadores, ahí tenemos los casos de Rambo
Petkovic
que hizo una carrera más que aceptable en Brasil, de Prosinecki
o de nuestro protagonista de hoy Zeljko Petrovic, jugador nacido en la coqueta
localidad montenegrina de Niksic y que hoy cumple 47 años, por lo que como
antesala a los fastos y
celebraciones que en secreto le estamos preparando, hemos querido
anticiparle un regalito con su presencia en nuestra casa.
Jugador
polivalente que actuaba preferente de centrocampista de cierre o de lateral,
dotado de cierta técnica, aprendía los conceptos fundamentales para ser
profesional en su club de formación, el modesto Budućnost Titograd (actual
Budućnost Podgorica) hasta que uno de los clubes más pujantes de la liga
yugoslava como el Dinamo de Zabreg, bastión y orgullo de los croatas en la
época, apostó
por él en 1990. Sin duda era un gran hito en su trayectoria del que estaba
ciertamente orgulloso por lo que ni se podía imaginar que en apenas año y medio
sería llamado para jugar en uno de los campeonatos de mayor prestigio como era
la Liga española.
El
Sevilla, que tenía dos vacantes en las plazas de extranjeros (podían ser
convocados 4 pudiendo actuar sobre el terreno de juego al mismo tiempo 3 de
ellos y ya contaban con Zamorano y con Bengochea) llevaba algún tiempo
sondeando el mercado en búsqueda de un delantero y se fijó en Davor
Suker, jugador que pertenecía al igual que Petrovic al Dinamo de Zabreg que
aquel año había cambiado su denominación por la más nacionalista Hans
Gradjanski. La negociación parecía que estaba completamente encarrilada, pero
como era costumbre en el Sevilla de Cuervas se estaba dilatando en el tiempo
principalmente por dos motivos, en primer lugar porque la edad reglamentaria
para que el pase se pudiera llevar a cabo y así obtener el transfer era de 25
años (Suker tenía 23), escollo que se solventó gracias a que la UEFA debido a
la situación bélica que sufría el país había autorizado ya traspasos bordeando
esta norma (Prosinecki y Boban entre otros) y en segundo lugar, porque a pesar
de que la competición liguera estaba detenida por la guerra, el Hans Gradjanski
estaba inmerso en competición europea y el anteriormente conocido como Dinamo
de Zabreg no quería soltar a ningún jugador hasta que no fuera apeado de la
copa de la UEFA (el Trabzonspor turco lo
eliminó en la primera ronda). Una vez desbloqueadas las trabas, el
intermediario Francisco Sánchez Sabater llega a un acuerdo de traspaso con el
club croata por Suker y de rebote por Petrovic, que entra posteriormente en las
negociaciones pese a que se encontraba a un paso de firmar por el Fortuna de
Dusseldorf, pero los buenos informes recabados sobre él convencieron a Cuervas
que autorizó la operación por ambos futbolistas. Para la demarcación que venía
ocupando el montenegrino se había fichado esa misma temporada al mallorquín
Marcos, aun así y debido sobre todo a lo corta que resultaba la plantilla y a
la polivalencia del jugador la operación se ejecutó y este inesperado giro en
las negociaciones fue la causa de un cabreo monumental de Víctor Espárrago que
declaró que no había sido consultado acerca de aquel fichaje bis, dejando entrever que no
existía una comunión adecuada entre los distintos estamentos del club,
reiterando durante varios días que no necesitaba el fichaje y que no sabía si
iba a contar con él, ya que primero tenía que verlo. Finalmente Cuervas
apaciguó los ánimos del charrúa y viajó junto a del Del
Nido a Milán para cerrar las negociaciones por un montante total entre
traspaso, ficha de los jugadores durante los 3 años que jugarían con el
Sevilla, paguita para Sánchez Sabater (que realmente no había tenido incidencia
en las negociaciones pero que cobró su parte), los billetes en First Class directos al aeropuerto de
Malpensa, un piquito que se guardó para El Rocío y demás gastos varios de 350
millones de pesetas, cifra que años después parecería ridícula... pero no
precisamente por Petrovic.
Ambos
jugadores fueron presentados el 20 de octubre de 1991 entre una gran
expectación y por supuesto los medios quisieron conocer de primera mano como
eran las nuevas incorporaciones, por lo que preguntaron al por aquel entonces
jugador del Sochaux francés Pepe Hadzibegic por ellos y el internacional
yugoslavo, que justo en aquel momento se encontraba concentrado con su
selección disputando las eliminatorias de clasificación de la Eurocopa, explicó
que Suker no estaba con ellos por ser croata y se deshizo en elogios con ambos
comparando a Davor con Hugo Sánchez y a Petrovic… con Antolín Ortega.
Una
vez solventados todos los inconvenientes derivados de la contratación de ambos
futbolistas, solo le quedaba que se pusieran a las órdenes de Espárrago para
cuando considerara conveniente darles la oportunidad de jugar, pero nuevos
problemas con los transfers no permitieron que fueran convocados hasta un mes
después de llegar a Sevilla. El debut como titular de ambos se produjo a
mediados de noviembre en la ida de la eliminatoria de copa contra el Espanyol,
en la que Suker fue el indiscutible protagonista marcando tres goles y Petrovic
no desentonó, pero en liga, si bien el croata había podido saborear el ambiente
de los campos españoles tan solo unos días antes de aquel partido, el
montenegrino que no contaba con el
beneplácito del entrenador desde antes de ser contratado no disputó sus
primeros minutos hasta finales de diciembre contra Osasuna, partido en el que
sustituyó a Bengochea, en el que tuvo una aceptable actuación que no le valió
para ganarse la confianza del técnico que no volvió a hacer uso de él de nuevo hasta
enero en la eliminatoria de Copa contra el Murcia, en la que nuevamente desde
el banquillo cuajó un buen partido dándole la asistencia de gol a Ramón que
marcó el 1-0 con el que terminaría el partido. Ello le valió para contar con
algunos minutos en las dos jornadas siguientes, pero cae de nuevo en el olvido
del técnico hasta que el 22 de marzo en el partido que estaba enfrentando al
Sevilla con el Burgos vuelve a mirarlo sentado en el banquillo con cierto
cariño y decide sacar a Martagón en el descanso para darle una nueva
oportunidad.
Tenía
que ser su día. Era ahora o nunca, el Sevilla ganaba 2-1 cuando Suker (que
llevaba un partido espectacular) metió un pase imposible entre líneas que
Petrovic, que subía desde la defensa por el flanco derecho, recogió plantándose
solo ante la meta rival, tras amagar el disparo, engaña a Eduayen metiéndole el
balón por debajo de las piernas (cachitas. Vida) y anota su primer (y único)
gol como sevillista. Una explosión de júbilo recorrió su cuerpo y si Suker
había celebrado su primer gol con el Sevilla (ante el Español en copa)
pegándose un sprint hasta la línea divisoria para detenerse y abrazar a sus
compañeros, Petrovic fue más allá tras la consecución del gol y sacó toda la
rabia acumulada durante meses marcándose un tiempo digno de Usain Bolt al recorrer
todo el campo desde gol sur a gol norte celebrando el tanto. Finalmente el
partido acabó con 3-2 a favor del Sevilla y el de Titogrado, no sabemos si con
cierta guasa le
dedicó el tanto a Víctor Espárrago. Le debió sentar bien el peloteo al de
Montevideo, porque a partir de ese momento Petrovic encadena siete de las
últimas jornadas consecutivas como titular, aun así termina la liga con la
sensación general que ni fu ni fa, que no se sabe si es bueno y Espárrago no lo
ponía por cabezonería o que no lo ponía precisamente porque no valía.
Con
el cambio de temporada y la llegada de un nuevo entrenador como Bilardo parecía
que Petrovic podía tener una buena ocasión de empezar desde cero para reivindicarse
como un jugador válido para el Sevilla, pero a finales de julio le entra un
sirocazo y se larga de la concentración de Sancti Petri por la cara para forzar
su venta. Bilardo le pone la cruz y tanto la directiva como la secretaría
técnica, concentradas
en concretar los fichajes de Simeone,
Maradona, Villarroya y Luis Enrique no supieron (o no
quisieron) apaciguar la situación y finalmente Zeljko se marcha a Holanda con la carta de libertad
a hacer carrera.
Un
par de años en el Den Bosch,
otro par en el RKC Waalwijk y uno en el
PSV Eindhoven, todos a bastante buen nivel fueron todo lo que ofreció a los
holandeses antes de marcharse a la siempre atractiva liga Japonesa para quemar
sus últimos cartuchos como profesional estableciendo su residencia en la bella
ciudad de Saitama para deleitar a los aficionados del brioso Urawa Red Diamonds durante tres
temporadas con su juego de pausa, toque y reacción. Tras esta enriquecedora
aventura volvió debido al clamor popular de toda una afición que anhelaba su
vuelta al RKC Waalwijk y en contra de lo que se pueda pensar estuvo jugando
durante cuatro temporadas más de nuevo a buen nivel hasta que la edad empieza a
pesarle demasiado y con 38 años se retira del fútbol profesional para comenzar
un nuevo y simpar camino desde otra perspectiva, así que da el salto del césped al banco lo que le ha permitido entrenar en grandes
ligas como la portuguesa (Boavista), alemana (Hamburgo), inglesa (West Ham
United), además de volver a ser aclamado como un héroe en sus amadísimos RKC
Waalwijk y Urawa Red Diamonds pero esta vez no por su juego si no por sus revolucionarias técnicas, su contagioso
carisma y su acierto en la alineación.
Su última aventura fue en el 2011 en el Anzhi
ruso previo a la llegada de los Eto’o, Roberto Carlos & cia y actualmente
se encuentra sin equipo. Quién sabe, lo mismo algún día vuelve a cruzarse en el
camino del Sevilla FC y le saca brillo a ese banquillo con el que tan buenas
migas hizo en su etapa como nervionense.
6 comentarios:
Joder tío, que buen artículo!! Felicidades no solo a Petrovic si no a ti también porque me ha gustao mucho raro es que no tuviera ni un comentario ni siquiera para comentar lo de Luis Enrique!! ¿Qué pasó al final? ¿Cómo se rompieron las negociaciones con Lucho apra que no recalara en el Sevilla? (Villarroya me la suda)
Desde luego los fichajes de la era Cuervas se eternizaban lo más grande, no solo estos, Maradona, Dasaeev, Polster incluso Dumitrescu recuerdo que tardó la hostia en venir
Con este tipo me di cuén definitivamén de cuán poco sé de furgol. Nada más verle, junto al gran Davor, proclamé a los cuatro vientos: el que va a triunfar va a ser el más bajito. Dicho y hecho. Desde entonces no me pronuncio sobre ningún jugador.
Exactamente lo mismo vaticiné yo con Jesús y Marco Navas. Pa mi el bueno era Marco y otro que dije que iba a ser el megacrack fue Kepa, así que ya me mantengo callaito. Que sabia es la realidad a veces al ponernos en nuestro sitio.
yo estaba en el campo el dia del debut de ambos,y estaba convencido de que fue ante el Albacete....vaya memoria la mia....
Recuerdo que mi padre me dijo: este tío viene de paquete, y que yo tardé un tiempo en entender el doble sentido de su broma, pues venía de paquete rellenando el amoto detrás del principal y era un paquete.
Ahí queda eso
flekillo rebelde
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