viernes, 2 de noviembre de 2012

ALOIS GRUSSMAN


Desde hace ya casi dos décadas, uno de los temas de los temas de discusión más recurrentes entre los sociólogos de la sevillanía y sus gentes ha sido determinar con exactitud el origen del movimiento cani en la ciudad. Algunos han propuesto como fecha inicial la instalación de los coches de choque en la calle del infierno, otros van más allá en esta teoría y lo hermanan con el lanzamiento en 1994 de “Lágrimas de Amor”, el primer disco de Camela y su constante repetición en estos autos locos, otros señalan la masificación del botellón como inicio de esta tribu como grupo urbano y una minoría especializada señalan como fecha de partida en la que distintas personas individuales con gusto por las Nike de muelles y el oro se armoniza como grupo el concierto de Prodigy en el Palacio de Congresos allá por 1996 (los más despitados marcan como fecha de inicio la llegada de Sergio García al Betis), pero lo que no saben todos estos expertos, es que en el nacimiento de la estética cani y por tanto de su (in)cultura tuvo mucho que ver la llegada en julio de 1991 de un checoslovaco rapaito por arriba, con flequillo y larguito por detrás (como podemos observar en la foto) que se convertiría en la sensación de toda aquella chavalería a la que le gustaba el gambeteo en las fiestas raves de la estación abandonada del Charco de la Pava, las pastillas sin recetar y pedirte la hora para llevarse el reloj, pero que estéticamente no lograban definirse del todo hasta que vieron en Alois Grussman el espejo al que todos quería parecerse… y de ahí a darse cuenta que crear un cenicero en la cabeza era posible.

Alois Grussman nació un precioso 6 de septiembre de 1964 en la coqueta localidad de Ostrava. Como todos sabréis, septiembre es el mes donde la ciudad está más bonita y luce con orgullo brillo propio, por lo que los cumpleaños de Alois se celebraban siempre en un clima de alegría y felicidad. En una de estas celebraciones un amiguito del cole al que Grussman invitó porque su padre estaba en el taco le regaló un balón de reglamento (ojo, de r-e-g-l-a-m-e-n-t-o) a su compañero, y no lo había desenvuelto del todo cuando ya lo estaban estrenando. Hasta ese preciso momento Grussman no se había interesado demasiado por la práctica del deporte, pero la sensación que tuvo en aquel cumpleaños de ser la estrella al marcar un gol le marcó para siempre. De familia obrera, su padre era reponedor de los Supermercados +x- y su madre peluquera de vocación, que no de profesión cuya afición le llevaba a practicar sus nuevos conceptos estéticos en la cabellera de su hijo, circunstancia que en ocasiones le llevaba a ser el centro de atención debido sus pintas, lo que no siempre tenía por qué ser negativo, prueba de ello es que en un partido que disputaba en los campos de futbito de debajo de su bloque, un ojeador que paseaba tranquilamente por la zona le echó el ojo, no sabemos bien si por su extravagante peinado o por su olfato con el balón, pero el caso es que se le hizo una propuesta para jugar en el simpático Baník Ostrava y Alois no se lo pensó dos veces antes de decir que si, dando comienzo a una prometedora carrera que le llevaría al Frýdek-Místek primero y al Vítkovice posteriormente, equipo con el que se destapa como un buen hombre de equipo al que dirigía con maestría desde el mediocentro con facilidad para ver puerta y que podía actuar incluso como líbero, justo una de las piezas que Jarabinsky consideraba imprescindible para su proyecto en el Betis de la temporada 1991/92 y que encajaba a la perfección con otro compatriota suyo que había en la plantilla. Michael Bilek, que fue determinante para que Grussman se decidiera para fichar por los de Heliópolis. Tan solo le faltaba la guinda para ver acabada su obra, pero ésta llegaría unos meses más tarde con la llegada del GRAN ROMAN KUKLETA (DEP) y desgraciadamente el bueno de Josef no pudo pararse a contemplarla orgulloso porque lo habían largado antes tan solo unas semanas antes. Aun así Grussman se entendió a las mil maravillas no solo con sus dos compatriotas, sino también con las otras estrellas del equipo como Mel, Cuellar, Rodolfo Dapena o Gabino, siendo uno de los más destacados aquella temporada, en la que el Betis se quedó en las puertas del ascenso en la promoción contra el Deportivo, jugando todos los partidos y anotando ocho goles que dieron puntos importantes como en el empate arrancado en el Muro de Zaro contra el Avilés, además de aportar su carisma personal a la escuadra que no solo influenció a los zagales que copiaron su estética, sino también a miles de niños que celebraban los goles al igual que su ídolo: haciendo el avión.

El duro mazazo de la promoción hace que Grussman a pesar de que su huella permanecería infinita en la ciudad decide volver a casa con los suyos y retorna al Baník Ostrava donde no le van demasiado bien las cosas. Prueba fortuna  de nuevo en el Vítkovice y en el Sigma Olomouc, antes de enrolarse en el Kaučuk Opava donde se mantiene durante cuatro años con buenos números, para perfilar el final de su carrera en equipos menos conocidos pero igualmente exigentes como el Opava o el Zelezarny Trinec el en que cuelga las botas en el 2001.

Hace unos años volvió a Sevilla y miles de chavales old-skool para los que Grussman fue toda una inspiración quisieron homenajearlo como solo ellos saben por todo lo que les había aportado escoltando al coche que lo llevó al Benito Villamarín en sus Jo y sus quads empepinaos. Emocionante pa llorar.

8 comentarios:

Alfonsobis dijo...

Papá como se llama el rubio que mete goles de cabeza, el que hace el avión...? jaja, nunca me acordaba del nombre, obviamente este tio no era malo, vino en una mala época eso sí.

Rinat Rafaé dijo...

No, no era nada malo, Alfonsobis aunque tampoco es que tuviera una carrera espectacular, pero en el Betis jugó bien, por eso lo hemos clasificado dentro de "rudos y varoniles"... por meterlo en algún lado

Alfonsobis dijo...

Éste y Bilek fueron literalmente los verdaderos amigos de Kukleta XD, Bilek creo que estuvo más tiempo en el Betis y además creo que tiraba penaltis, tampoco era malo.

Rinat Rafaé dijo...

Coño, que buena observación!! jejeje LOS AUTENTICOS AMIGOS DE KUKLETA, si señor! Ya tenemos excusa para sacar a Bilek!!

S.C.F.S dijo...

gran introducción del artículo, siempre me pregunté de donde venía la estética cani y su particular forma de ver la vida...
grande tb lo del balón de reglamento. los niños de hoy no tienen ni puta idea de lo que es jugar con un mikasa, de los que cuando te daba un buen pelotazo te aguantabas las ganas de llorar pa que tus colegas no te dijeran que eras una marikona.
fdo: el presidente del sporting de la caleta!

Señor dijo...

El shurmano shuprimo originario

Rinat Rafaé dijo...

Los Mikasa amigo SCFS fueron los responsables directos de mi tosco remate de cabeza... nunca tuve cojones de rematar con la shorla semejante piedra.

Quino dijo...

¡¡¡De donde habéis sacado la canción del Quad!!! jajajajajajajaja Lo mejor que he visto en mi puta vida!!!! jajajaja