Desde
hace ya casi dos décadas, uno de los temas de los temas de discusión más
recurrentes entre los sociólogos de la sevillanía y sus gentes ha sido
determinar con exactitud el origen del movimiento cani en la ciudad. Algunos
han propuesto como fecha inicial la instalación de los coches de choque en la
calle del infierno, otros van más allá en esta teoría y lo hermanan con el
lanzamiento en 1994 de “Lágrimas de Amor”, el primer disco de Camela y su
constante repetición en estos autos locos, otros señalan la masificación del
botellón como inicio de esta tribu como grupo urbano y una minoría
especializada señalan como fecha de partida en la que distintas personas
individuales con gusto por las Nike de muelles y el oro se armoniza como grupo
el concierto de Prodigy en el Palacio de Congresos allá por 1996 (los más
despitados marcan como fecha de inicio la llegada de Sergio
García al Betis), pero lo que no saben todos estos expertos, es que en el
nacimiento de la estética cani y por tanto de su (in)cultura tuvo mucho que ver
la llegada en julio de 1991 de un checoslovaco rapaito por arriba, con
flequillo y larguito por detrás (como podemos observar en la foto) que se
convertiría en la sensación de toda aquella chavalería a la que le gustaba el
gambeteo en las fiestas raves de la estación abandonada del Charco de la Pava,
las pastillas sin recetar y pedirte la hora para llevarse el reloj, pero que
estéticamente no lograban definirse del todo hasta que vieron en Alois Grussman
el espejo al que todos quería parecerse… y de ahí a darse cuenta que crear un
cenicero en la cabeza era posible.
Alois
Grussman nació un precioso 6 de septiembre de 1964 en la coqueta localidad de
Ostrava. Como todos sabréis, septiembre es el mes donde la ciudad está más
bonita y luce con orgullo brillo propio, por lo que los cumpleaños de Alois se
celebraban siempre en un clima de alegría y felicidad. En una de estas
celebraciones un amiguito del cole al que Grussman invitó porque su padre
estaba en el taco le regaló un balón de reglamento (ojo, de r-e-g-l-a-m-e-n-t-o)
a su compañero, y no lo había desenvuelto del todo cuando ya lo estaban estrenando.
Hasta ese preciso momento Grussman no se había interesado demasiado por la
práctica del deporte, pero la sensación que tuvo en aquel cumpleaños de ser la
estrella al marcar un gol le marcó para siempre. De familia obrera, su padre
era reponedor de los Supermercados +x- y su madre peluquera de vocación, que no
de profesión cuya afición le llevaba a practicar sus nuevos conceptos estéticos
en la cabellera de su hijo, circunstancia que en ocasiones le llevaba a ser el
centro de atención debido sus pintas, lo que no siempre tenía por qué ser
negativo, prueba de ello es que en un partido que disputaba en los campos de
futbito de debajo de su bloque, un ojeador que paseaba tranquilamente por la
zona le echó el ojo, no sabemos bien si por su extravagante peinado o por su
olfato con el balón, pero el caso es que se le hizo una propuesta para jugar en
el simpático Baník Ostrava y Alois no se lo pensó dos veces antes de decir que
si, dando comienzo a una prometedora carrera que le llevaría al Frýdek-Místek
primero y al Vítkovice posteriormente, equipo con el que se destapa como un
buen hombre de equipo al que dirigía con maestría desde el mediocentro con
facilidad para ver puerta y que podía actuar incluso como líbero, justo una de
las piezas que Jarabinsky
consideraba imprescindible para su proyecto en el Betis de la temporada 1991/92
y que encajaba a la perfección con otro compatriota suyo que había en la
plantilla. Michael Bilek, que fue determinante para que Grussman se decidiera
para fichar por los de Heliópolis. Tan solo le faltaba la guinda para ver
acabada su obra, pero ésta llegaría unos meses más tarde con la llegada del GRAN
ROMAN KUKLETA (DEP) y desgraciadamente el bueno de Josef no pudo pararse a
contemplarla orgulloso porque lo habían largado antes tan solo unas semanas
antes. Aun así Grussman se entendió a las mil maravillas no solo con sus dos
compatriotas, sino también con las otras estrellas del equipo como Mel,
Cuellar, Rodolfo
Dapena o Gabino, siendo uno de los más destacados aquella temporada, en la
que el Betis se quedó en las puertas del ascenso en la promoción contra el
Deportivo, jugando todos los partidos y anotando ocho goles que dieron puntos
importantes como en el empate
arrancado en el Muro de Zaro contra el Avilés, además de aportar su carisma
personal a la escuadra que no solo influenció a los zagales que copiaron su
estética, sino también a miles de niños que celebraban los goles al igual que
su ídolo: haciendo el avión.
El
duro mazazo de la promoción hace que Grussman a pesar de que su huella
permanecería infinita en la ciudad decide volver a casa con los suyos y retorna
al Baník Ostrava donde no le van demasiado bien las cosas. Prueba fortuna de nuevo en el Vítkovice y en el Sigma
Olomouc, antes de enrolarse en el Kaučuk Opava donde se mantiene durante cuatro
años con buenos números, para perfilar el final de su carrera en equipos menos
conocidos pero igualmente exigentes como el Opava o el Zelezarny Trinec el en
que cuelga las botas en el 2001.
Hace
unos años volvió
a Sevilla y miles de chavales
old-skool para los que Grussman fue toda una inspiración quisieron
homenajearlo como solo ellos saben por todo lo que les había aportado
escoltando al coche que lo llevó al Benito Villamarín en sus Jo y sus quads empepinaos. Emocionante pa llorar.
8 comentarios:
Papá como se llama el rubio que mete goles de cabeza, el que hace el avión...? jaja, nunca me acordaba del nombre, obviamente este tio no era malo, vino en una mala época eso sí.
No, no era nada malo, Alfonsobis aunque tampoco es que tuviera una carrera espectacular, pero en el Betis jugó bien, por eso lo hemos clasificado dentro de "rudos y varoniles"... por meterlo en algún lado
Éste y Bilek fueron literalmente los verdaderos amigos de Kukleta XD, Bilek creo que estuvo más tiempo en el Betis y además creo que tiraba penaltis, tampoco era malo.
Coño, que buena observación!! jejeje LOS AUTENTICOS AMIGOS DE KUKLETA, si señor! Ya tenemos excusa para sacar a Bilek!!
gran introducción del artículo, siempre me pregunté de donde venía la estética cani y su particular forma de ver la vida...
grande tb lo del balón de reglamento. los niños de hoy no tienen ni puta idea de lo que es jugar con un mikasa, de los que cuando te daba un buen pelotazo te aguantabas las ganas de llorar pa que tus colegas no te dijeran que eras una marikona.
fdo: el presidente del sporting de la caleta!
El shurmano shuprimo originario
Los Mikasa amigo SCFS fueron los responsables directos de mi tosco remate de cabeza... nunca tuve cojones de rematar con la shorla semejante piedra.
¡¡¡De donde habéis sacado la canción del Quad!!! jajajajajajajaja Lo mejor que he visto en mi puta vida!!!! jajajaja
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