UNIÓN DEPORTIVA SEVILLANA

Andan extrañamente aquellas tertulias y programas deportivos que dedican el mayor porcentaje de su emisión a parlamentar  sobre el Real Burgos y el CD Logroñés revolucionados en los últimos tiempos debatiendo en que Liga jugaría el FC Barcelona en el caso hipotético de que Cataluña se independizara de España. El presidente del club culé ya adelantó que en tal caso el Barça jugaría la preciosa y siempre interesante Liga Ibérica o bien la Liga de la LFP (Luisa Fernández Pérez, para los no iniciados, famosa organizadora de torneos varios), yo personalmente me inclinaría porque disputaran una reactivada Copa Mitropa,  pero como siempre y parafraseando al programa del que nuestro simpático  amigo “La némesis de Jesús Alterado” es guionista, la respuesta está en la historia. Y es que la liga tiene ya una antigüedad suficiente y han pasado suficientes cosas en este país en este tiempo para que podamos volver la vista atrás y encontrar algún precedente, así mientras en dichas tertulias se dedican a alzar la voz para darle más veracidad a la propuesta de su exposición, en ocasiones incluso más de un contertulio al mismo tiempo sin que se pueda entender la más mínima palabra, en amigos de Colusso vs amigos de Kukleta nos hemos dedicado a investigar, encontrando un curioso precedente completamente afín a la temática de nuestros textos: la historia de la Unión Deportiva Sevillana (Eso sí mientras ellos se lo llevan calentito gritándose, nosotros no vemos una perra chica, que en su día se podía comprar un cartucho de pipas e ir al cine con esto, mi abuela me lo dijo).

Desde principios del siglo XX, el Norte de Marruecos pertenecía al denominado “Protectorado Español de Marruecos”, siendo muchos los ciudadanos españoles que habitaban en esta zona, entre ellos un grupo de sevillanos residentes en Tánger que de hispalenses maneras necesitan tener su trocito de tierra allá donde se encuentren, por lo que aburridos de tener que leer las crónicas del Betis o del Sevilla FC en el Diario de Tánger y con la única satisfacción de sentirse como en casa cuando conseguían de estraperlo alguna litrona de Cruzcampo (de las antiguas, de esas en las que el Gambrinus pesa 200 kilos ¡¡Cómo debe de ser cojones que con el paso de los años cada vez está más maricona y no pararan hasta meternos por los ojos un Gambrinus rollo Mazinger Z!!) decidieron fundar en 1938 su propio equipo, al que llamarían la Unión Deportiva Sevillana, más conocido como La Sevillana. Obviamente no era el primer equipo que se creaba en la zona, existían varios que disputaban además la competición española, como por ejemplo el Atlético Tetuán, que llegó a jugar en Primera División en la temporada 1951/52 (y cuyo equipo sucesor es el actual campeón de la liga marroquí), el Larache FC (llegó a tercera), o la Unión Deportiva España (máximo rival deportivo de La Sevillana). 

Los sevillanos de la zona poco a poco se hacían eco del que tenía que ser su nuevo equipo y se acercaban hasta el estadio de El Marchán (muy cerca de la calle Sevilla en Tánger) que compartían con sus rivales del España para llenar cada una de sus 15.000 localidades y animar a su nuevo equipo favorito, que vestía camiseta blanca con calzonas y medias negras. Temporada tras temporada el equipo va progresando y comienza incluso a crear los primeros ídolos para la afición, como Noni que dejó el equipo en plan chaquetero para fichar por el España cuando ascendió a segunda, Adolfo, que fichó por el Atlético Tetuán en primera y sobre todo  el delantero Hassan Akesbi al que reclutaron con solo 14 años en 1949 tras verlo jugar con los chicos de su barrio en las playas de Tánger, y que después de una agria polémica acabó en el FUS de Rabat para dar el salto posteriormente a la Liga Francesa, siendo actualmente el 11º goleador histórico de la historia de la League 1. Equipo humilde, pero noble, heroico y mariano va progresando modestamente hasta que consigue su techo histórico en la temporada 1951/52 con el ascenso a tercera división, categoría en las que los del norte de África coinciden con el Betis, que por aquellos años estaba sumido en la peor época de su historia. Para los béticos aquellos partidos de la temporada 52/53 no tenían ningún tipo de aliciente, pero para los sevillanos de Tánger era sencillamente El Partido, muchos con el corazón dividido y otros tantos con ánimo de derbi. El encuentro de la primera vuelta se disputó en Heliópolis y los tangerinos sacaron un valioso empate a 3, pero el sumum histórico llegaría en el partido de la segunda vuelta, en un El Marchán hasta la bandera y engalanado para la ocasión, La Sevillana logró ganar al Betis por 2-0 con dos goles de Pahiño en un partido verdaderamente memorable. Con un juego basado en su rocosa defensa y el talento de sus estrellas como el mencionado Pahiño, Pene Vallejo o Tensamani, la UD Sevillana consigue mantener la categoría alcanzando una meritoria 13ª posición (de 16). 

La sabiduría popular nos advierte que en ocasiones lo más difícil no es llegar, si no mantenerse y los jugadores de la UD Sevillana aprendieron las cornás que da la vida a la siguiente temporada, pues si en su debut en tercera habían realizado una más que aceptable campaña teniendo en cuenta lo modesto del equipo, su reválida no pudo ser más desastrosa, quedando último clasificado con 25 puntos, 96 goles en contra y con el dudoso honor de pasar a la historia como el equipo al que el Cádiz CF le ha endosado la mayor goleada de su historia en partido oficial, un 13-0 en la última jornada. Ni siquiera los derbis contra el Betis, que aquel año era el gallito de la categoría y que acabó ascendiendo, dieron una alegría a sus fieles, 0-2 ganaron los verdiblancos en Tánger y 6-2 fue el resultado en Heliópolis. A pesar de todo una reorganización y ampliación de los grupos en tercera para la campaña 1954/55 permiten que la Sevillana mantenga la categoría quedando encuadrado junto al Ceuta, el CF Larache o el CD Pescadores en el grupo correspondiente al Protectorado marroquí, pero no llega a comenzar la temporada al retirarse de la competición en lo que sería su última presencia en competición nacional dejando un balance para la historia de 66 partidos con 22 victorias, 37 derrotas y 7 empates con 109 goles a favor y 182 en contra y que sería la antesala a la desaparición del club poco más de un año después tras la declaración de independencia de Marruecos en marzo de 1956. Muchos de aquellos equipos fueron absorbidos por otros que adquirieron su plaza, por ejemplo el Ceuta adquirió la plaza del Atlético Tetuan o el UD España que se fusiona con el Algeciras CF, pero La Sevillana no. La Sevillana quedó para siempre en el recuerdo de los buenos aficionados del norte de Marruecos y sus gestas son protagonistas aun hoy en día de las historias de los más veteranos aficionados cuando sentados alrededor de un té moruno los hombres conversan mientras ven la liga española en las tabernas marroquíes. Quizás Sandro Rosell debería charlar un ratito con ellos.

PD: Como curiosidad, encontré una sede social del club en la actualidad radicada Simón Verde (pero es imposible contactar con ellos) y una curiosa insignia con el escudo de la UD Sevillana con la corona real.