FRANCISCO "FRAN" & FERNANDO "TITO" NO RODRÍGUEZ

El 3 de Enero de 1991, en Algeciras, nacen los hermanos Javier, Francisco y Fernando No Rodríguez, conocidos en el futuro como Javi, Fran y Tito. Cuando su padre fue a registrarlos el simpático y agradable funcionario le preguntó por los apellidos de los churumbeles. El orgulloso progenitor contestó “No Rodríguez”, y el funcionario replicó “vale, no se llaman Rodríguez, pero entonces, ¿cómo se llaman?”, a lo que el Señor No espetó “No, los apellidos son No Rodríguez”, y el funcionario dijo “Que sí, que me he enterado, pero si no son Rodríguez, ¿cuáles son?¿tengo que adivinarlo? Como no hay apellidos diferentes…”. La conversación se demoró durante varias horas y la cola de ciudadanos que aguardaban para realizar sus trámites detrás del No senior fue creciendo y creciendo, se juntó con otras colas de la ciudad, y todo se convirtió en un enorme caos, la gente acababa equivocándose y formando parte de la ramificación equivocada, acabando en la panadería para comprar una entrada para el próximo concierto de la FRAC (porque la cola se demoró tanto que a la FRAC le dio tiempo de formarse y de hacer conciertos y todo). Cuando por fin el funcionario se enteró de lo que el padre de los No quería decirle ya era la hora de cerrar el chiringuito, por lo que aquella mañana no se pudo atender a nadie más. La gente que había estado esperando pues claro, se enfadó muchísimo y montó en un caballo llamado cólera. Hubo altercados por toda la fila, y como ésta se había engarzado con otras filas con distintos fines por toda Europa la cosa estuvo en un amago de provocar la III Guerra Mundial. Todo esto provocó que la Unión Europea convocara una reunión de urgencia en Bruselas y se decidiera potenciar en los próximos años algún sistema para poder realizar algunos trámites desde el propio domicilio, sin necesidad de personarse. Es así como se le dio el empujón definitivo al desarrollo de Internet. Y no fue lo único positivo que se sacó de aquel incidente, ya que hubo parejas que se conocieron en aquella cola y, al salir de ella, estaban ya casadas con un par de hijos adolescentes.

Javier era más independiente, pero los pequeños Fran y Tito estaban muy unidos e iban a todas partes juntos compartiendo todas sus experiencias. Esto puede parecer más tierno que un vídeo de gatitos pero les llevó a tener problemas escolares, ya que hacían los exámenes juntos. Los bordaban pero la maestra de turno cogía la nota, un espectacular 9´75 y, como lo hacían entre dos, pues la dividía por la mitad y ésa era la nota que le ponía a cada uno.

Los chiquillos estaban muy agobiados y estresados por sus circunstancias en la escuela, así que sus padres pensaron que un hobby no les vendría mal para desfogarse, disfrutar y relacionarse con otros niños que no estuvieran repetidos, así que los apuntaron a un equipo de fútbol. De cualquier forma ellos querían jugar el uno al lado del otro. Primero probaron como porteros, pero los otros equipos se quejaban ya que consideraban que dos guardametas “a la misma vé” daba ventaja al equipo de los No, por lo que Fran pasó al mediocampo y Tito a la defensa. Fue cuando el Betis se fijó en ellos y los fichó para la cantera verdiblanca.

Pero con uno en el centro del campo y otro atrás la cosa no funcionaba, ya que se sentían solos. La decisión clave llegó cuando retrasaron a Fran para que hicieran pareja en el centro de la defensa. En esa posición se convirtieron en puntales del último juvenil bético que alcanzó la Copa de Campeones, y en Radio Betis se decía que por esa defensa “NO pasarán”. Luego dicen que los chistes que contamos nosotros son malos.

De cara a la temporada 2009-10 la pareja sufre un duro golpe. Ambos esperaban que les ascendieran al Betis B, cuando llega el míster de turno y dice “Al filial Fran y Tito no”. Claro, los chavales entendieron mal y empezaron a abrazarse el uno al otro, antes de que llegara la decepción ya que el míster aclaró que quería decir “Al filial Fran, pero Tito no”, porque así leído tú lo ves muy fácil pero hablado distinguir una mayúscula de una minúscula es difícil. Verás, di en voz alta “Esperanza” y ahora di “esperanza”. ¿A qué suena igual? Leído sí, pero escuchado no se puede distinguir si nos referimos al nombre propio o a la puta que va vestida de verde.

A Tito le embarga la decepción más absoluta y su estela sin su hermano se va apagando poco a poco, acaba en el hoy extinto Betis C y va desapareciendo de los planes de futuro del club.

Por su parte Fran se convierte en uno de los puntales del filial bético, llegando incluso a entrar en los planes de Pepe Mel para el primer equipo. Llega a debutar en los albores de la temporada 2010-11 en un partido de Copa frente al Salamanca, el mismo día que debutó su compañero del filial Razak.

Ya vimos como al separar a E.T. de Elliott ambos enfermaban y el extraterrestre con forma de producto de un vientre suelto se ponía cada vez más blanco lechoso. Hay parejas que funcionan bien juntas pero al separarles no es lo mismo (Flick y Flack (somos dos en un reloj), Chip y Chop, Ramón y Cajal, Serra Ferrer y Lopera…). Pues a los hermanos No les pasó algo parecido, ya que la estela de Fran lejos de su hermano también se fue apagando, y pasó de debutar en partido oficial con el primer equipo a principios de temporada a ser suplente en el filial pocos meses después. A final de campaña marchó al Valladolid como parte del traspaso del guardameta Fabricio. Pensaba que le incluirían en el primer equipo pucelano pero acabó en el filial blanquivioleta donde sigue a día de hoy.

Tito perteneció un año más que su hermano a la disciplina bética. Entonces pasó a formar parte del filial del Cádiz, más cerquita de su casa.

La gran pregunta es qué fue de Javier, el tercer trillizo. Pues bicheando por la red he encontrado que colaboró en el libro “Crisis, crisis, crisis…y algunas cosas más. La economía de hoy vista por los economistas del mañana”, editado en 2010 por  la editorial Deculturas, por lo que deduzco que estudió Económicas. También he descubierto que en su día le tocaron entradas para el preestreno de “La invención de Hugo” y que los tres hermanos llegaron a compartir piso en Sevilla.

Así que hoy día los tres hermanos que compartieron el vientre de su madre andan cada uno por su lado. Pero los No Rodríguez son una familia unida y todas las fiestas de guardar se reúnen en casa de sus padres, montando unos escandalosos guateques que provocan que toda la vecindad, para que bajen el ruido, tengan que llamarles a gritos.