En La Palma del Condado, el 4 de
Septiembre de 1973, nacía Patricio Ruiz Rubio Bernal, conocido entre sus allegados
como “Patri”, lo cual me resulta curioso porque yo conozco a una chica llamada
Patri que también es de La Palma
del Condado, y a la que aprovecho para saludar desde aquí pese a que sé que no
lee el blog, con lo cual todo esto que estoy diciendo sobre ella es una enorme
tontería que a usted, lector, no le interesa para nada, y desvía la atención
sobre el tema principal del que tratamos hoy, que no es otro que el futbolista
en cuestión, que supongo que si usted entra aquí es para leer de fútbol, no de
mis amistades, que a usted, lógicamente, le importan una leche, así que sin más
dilación vuelvo al tema, que esto pierde interés por momentos y tampoco es plan
de extenderse divagando sobre tonterías que no llevan a ninguna parte.
Patri era un buen chaval,
enamorado del fútbol. Desde el día que se enteró de que un tocayo suyo, Patricio Arabolaza,
fue el primer goleador de la historia de la Selección Española,
dedicó todos sus esfuerzos a ser un grande de este deporte. Si un Patricio fue
el primer goleador de España, él quería ser el que marcara el gol
definitivo, el que nos diera el Mundial.
De esta forma pasó a formar parte
de las categorías inferiores del Real Betis Balompié, y allí empezó su leyenda.
El chiquillo la liaba por donde iba, que si cachita (vida) por allí, que si
taconcito por allá, que si filigrana por acullá. En el Betis siempre estuvo una
categoría por encima de su edad, y la gente lo tenía claro, tenían allí a una
futura supernova del fútbol español, mundial e interestelar.
Pero era época de intensa
tiesura, eran los años de “Retamero, ratero”, y hacía falta hacer caja de
alguna forma. Poco antes había llegado a la presidencia del Atlético de Madrid un señor peculiar al que
no le temblaba la mano a la hora de realizar grandes dispendios en fichajes. Lo
primero que hizo fue fichar a golpe de talonario a la estrella del campeón de
Europa del momento, Paulo
Futre, y para acompañar al magnífico futbolista portugués en el futuro
quería a la que fuera mayor promesa del campeonato, que no era otro que nuestro
Patri.
Teniendo sólo 15 añitos nuestro
protagonista ficha
por el Atlético a cambio de 15 millones de pesetas, record absoluto para un
futbolista de esa edad. Y siguiendo con la niña bonita le pusieron un sueldo de
15 millones de pesetas al año.
¿Qué pasó? Que nuestro Patricio
se convirtió en el auténtico patricio de la escuadra colchonera. Ninguno de sus
compañeros de juveniles ni del filial cobraba tanto (ni ningún juvenil del
mundo), ni siquiera algunos jugadores del primer equipo, que se sentían como
auténticos plebeyos del balompié y miraban
mal a nuestro protagonista. A éste le pudo la presión, y pese a que con 16
años recién cumplidos ya debutaba en el filial en Segunda División A, poco a
poco se veía que no cumplía las expectativas que se habían depositado en él, y
al acabar sus tres años de contrato no se le renovó.
Era 1992, y por Barcelona, en
plena vorágine olímpica, alguien debió pensar que el que tuvo retuvo, así que
el conjunto culé incorporó a Patri para su filial. Aún tenía 19 años y mucho
futuro por delante. En el Miniestadi compartió vestuario con futuros jugadores
del primer equipo como Sergi Barjuán, Jordi Cruyff, De la Peña o Celades, y también con
Mingo.
Pero los años pasaban y la que fuera gran promesa del fútbol español veía como
su arroz se asentaba más de la cuenta sin llegar a debutar en Primera, siendo
perjudicado también por una lesión de peroné.
En 1996 realiza una maniobra
arriesgada dejando a la gent blaugrana y marchándose al Badajoz, equipo
ambicioso que busca ascender a Primera División por primera vez en su historia,
tras ver como sus vecinos Mérida y Extremadura ya lo han conseguido.
Aunque ese objetivo no se
consigue, las dos temporadas que Patri pasa en el conjunto pacense le recuperan
para el fútbol. Er shico había sabido comportarse y no se perdió como le ocurre
a
muchos en la oscuridad de la noche, ni siquiera el día de su santo salía a tomar
unas copas, así que el Sevilla le daba la oportunidad de su vida en la
temporada 1998-99, aunque sin salir de Segunda División.
Ninguno de los tres entrenadores
que el Sevilla tuvo aquella temporada (Fernando Castro Santos, su bigote y
Marcos Alonso) le dio a Patri total confianza. Jugó 24 partidos, sólo ocho como
titular y no llegó a mojar más que la magdalena en el café. De cualquier manera
se consiguió el ascenso tras una promoción contra el Villarreal y parecía que
por fin Patricio debutaría en Primera.
Enorme fue la decepción cuando le
cedieron de nuevo al Badajoz y el ansiado debut no se produjo. Aquella había
sido la gran oportunidad de Patri, y el tren pasó. Dos temporadas en el
Polideportivo Ejido, media en el Bollullos, cerquita de su casa, media en la
que parecía que le recuperaba el Almería para la causa (aunque se fue con fama
de gafe, ya que sólo jugó seis partidos y no ganaron ninguno) y otra en el
Carolinense, donde compartió vestuario en Tercera División con Pinedita,
cerraron una carrera prometedora que se fue apagando y viendo como perdía
popularidad en favor de otro Patricio.
Retirado a los 31 años por una
lesión, Patricio hoy en día trabaja en la bodega familiar (producen el Brandy
Luis Felipe). Los amigos que dejó en su etapa de pelotero le permiten difundir
su producto (el Sevilla regaló a los medios petacas con su brandy para celebrar
la última Copa del Rey ganada por el club).
Parece ser que en este trabajo es feliz, y nosotros que nos alegramos
por él.
Cada noche, antes de dormir, se
sienta con su copón de brandy en la mano ante el ordenador y pone el PC Fútbol
5, donde arrasa con el Badajoz, teniéndose a sí mismo como jugador estrella, y
cada vez que gana la
Champions contra el Auxerre o la Intercontinental
contra el América de Cali alza su copón al grito de “al final lo conseguí”.
5 comentarios:
Joder tío, he pinchado en el enlace de Gil, lo he visto con las Tortugas Ninja y ahora no me puedo quitar esa imagen de la cabeza!!!
El problema principal de Patri es que se fichó como sustituto de Tsartas que estaba con pie y medio fuera (creo que recordar que en el Racing), así que para guardarse las espaldas se fichó al palmerino. Como sea que luego Tsartas se quedó e hizo su mejor temporada en el Sevilla pues Patri no tuvo oportunidades, así que hizo las maletas y se fue, aun así es curioso que un juvenil que despuntaba tanto no consiguiese ni debutar en primera.
Como curiosidad, en el Almería coincidió entre otros con otro clásico del PcFútbol como Luna y otros "ex" como Cervián o Juanlu y en el Polideportivo Ejido con varios conocidos como los ex béticos Arpón,Melli, Vidakovic, Juan Jesús y los ex sevillistas Cañas, Torrado, Manuel Ángel o Arturo
Fotaza también la de Adriano.
Mirando su ficha en BDFútbol acabo de descubrir que jugó con un clásico, clasiquísimo, mítoco y mitiquísimo en sus 2 útimos anhos de carrera en el Badajoz como...¡Tocornal!
Rinat, Arpón es de eses otros míticos que haciendo un repaso noventero sale a la palestra en cualquier repaso (valga la redundacia) que se haga. Son lso clásicos, clásicos pero no tan famosos como...Tito Pompei, Pier Luigi Cherubino, Poyet....
Lo de el auxerre en el pcfutbol me ha hecho llorar, mítico!!
Mira que ya había visto el artículo más de una vez y habrá tenido innumerables visitas pero .... su apellido no es Ruiz es Rubio. Patricio Rubio Bernal
Coño, cierto Migue, gracias por el apunte! La de visitas que habremos perdido, joder!! ;-P
Corregido queda
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