Me
río del vecino es una página de humor dedicada a
los dos equipos de la ciudad, que cuenta el pique sano, la rivalidad y la guasa
sevillana en imágenes. Hoy sin embargo, invitados a esta casa, no serán imágenes
lo que nos ofrezcan sino una de esas historias de los más extrañas que tanto
nos gustan: Como expulsaron Bilek por insultar al árbitro cuando apenas llevaba
unos días en nuestra ciudad.
Ésta es la historia de cómo expulsaron en
su primer partido a Michal
Bilek, ex-jugador del Betis y del Sparta de Praga y ex-entrenador de la
selección de la República Checa (antigua Checoslovaquia). Ocurrió el día de
Reyes de 1991, el checo era el último fichaje de invierno y nada más aterrizar debuta
con toda la cara de papa en el Heliodoro Rodríguez de Tenerife. El equipo
chicharrero lanza una falta, los jugadores se amontonan en el marco del Betis, Francis
le pega duro, logra despejar Trujillo,
el balón rechazado llega a Pier, que cabecea sobre la meta, Ivanov
saca el cuero justo en la raya pero no lo entiende así el colegiado de la
contienda, Urizar Azpitarte, que está sobre la jugada y no duda en dar el
primer gol. Se forma la marimorena, Trujillo ve la tarjeta por protestar y
cuando el árbitro la está anotando se vuelve hecho una furia y saca roja al
debutante Bilek. En la radio el Araujo
no daba crédito como podían echar a un jugador por protestar con roja directa
si acaba de llegar y no conoce nuestro idioma y en el acta el árbitro refleja
que la pintoresca expulsión se debe a que Bilek le llama "BOBO". Posteriormente Michal explicó que lo que dijo fue una expresión
checa que suena como “bobo” que significa “Dios mío”.
Ese tipo de cosas solo le pueden pasar al
equipo de las treces barras, donde la gloria, las anécdotas y las tristeza se
mezclan y se unen en la historia de este club, el partido acaba finalmente con
empate a uno con gol de Miguel Angel I.
Bilek era jugador de toque fino, tenía
mucho sentido común y jugaba con ambas piernas, por la zona ancha del campo,
tenía un aspecto cristalino excepto los días de calor que cambiaba a rojo
mariscado. Siempre que cogía su forma física acababa lesionándose, fue un buen
refuerzo pero la temporada del Betis olía mucho a segunda desde el primer
momento. Al año siguiente empezaron a venirse jugadores y entrenador de
Checoslovaquia en lo que se llamó el “Checobetis”: Jarabinsky,
el avioncito Grussman
y el famoso delantero Roman
Kukleta, recordemos aquel famoso chiste que decía que el Betis era el menú
de los tiesos porque eran “10 papas
fritas y una Kukleta".
3 comentarios:
Siempre estaremos con la buena gente!!!. Muchas gracias por hacernos pasar esos buenos ratito leyendo vuestra historia.
El padre de un amigo mío me habló de esta historia en su día, si bien confundía a Bilek con Kowalczyk...
Todo un crack cuando jugaba y estaba en plena forma
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