VIRGILIO FERREIRA ROMERO

 

Quizás fuese el primer gran fracaso de la secretaría técnica del Betis de la era Donmanué-Serra Ferrer. El “cluf” había cosechado una mediocre temporada en la segunda campaña de Miyagi Ferrer en la élite. 

Para la temporada 96-97 había que reforzar las líneas, así que a Jaro se le buscó recambio en Cerrojazo Prats, a Josete se le buscó un jugador que estuviera a su altura (métrica) esto es, Luis Fernández. Para reforzar la medular vinieron Nadj (para darle descanso a Alexis) y Bjeliça (para aprovechar los descansos del rival y clasificar al Betis en una final copera) y para la delantera vino Finidi, a coger la banda derecha que se sorteaban hasta entonces Márquez y Cañas, y el sustituto de Alfonso (que volvía al Madrid tras su cesión) sería el gran VIRGILIO FERREIRA. 

Este jugador con nombre de emperador romano y apellido de central vasco luisaragoniano, compatriota del Lobo Diarte y Roque Santa Cruz, era una estrella en su país; según Lopera fue una tragedia para los hinchas de Cerro Porteño la marcha de su delantero. Chilavert, único portero “medioencondiciones” del país guaraní, llevaba más de una década fuera de Paraguay, así que Ferreira no tuvo problema en hacer 25 goles en 29 partidos y así llamar la atención en Europa. Como suele ser habitual el jugador vino al Betis descartando otras ofertas más interesantes. ¿Qué absurdo no?. Como Lopera sabía que compraba calidad, lo ató en corto: 7 temporadas iba a jugar de bético. El coste de la operación no fue excesivamente elevado para lo que se estilaba en la época: un tercio de lo que costó Finidi.

Aquí hizo la pretemporada holandesa, le marcó un gol al Quick Boys, y tras ver sus excelencias en Colombino y Carranza, se le dio puerta. Primero al Extremadura, al que mandó a Segunda, pues en 32 partidos solo marcó 2 goles. En su segunda temporada en Almendralejo sólo fue 4 veces titular, y el equipo aprovechó su poca presencia en las alineaciones para retornar a Primera. Cuando parecía que su etapa europea tenía pocos visos de continuar, el euskaldun de Utrera, Jokin Kaparros, lo reclutó para su causa “huervana”. En el Recre ensayaba ya Caparrós aquello de los fichajes “delosveinteduros” aglutinando una colección magnánima de amigos de Colusso y Kukleta: Rodolfo II, Jesús Galván, Pepelu, Bornes, Luci, etc…

Tal fue la fe de Caparrós en él que Bodipo era su suplente. Así Ferreira, con la confianza de un míster que sabe sacar lo mejor de los jugadores que adiestra, batió todas sus marcas goleadoras en España, alcanzando la estratosférica cifra de 4 goles en Segunda. Su suplente, el guineano de Montequinto, marcó 7 goles jugando 10 partidos menos.

Después de semejantes papelitos su historia futbolística en Europa finalizó. Todavía México le mantuvo en un fútbol competitivo unos años más, en el América de México, pero en 2001 volvió a Cerro Porteño. Su estrella cambió en Liga de Quito (un equipo que se llama así, no es una liga que jueguen solo los equipos de Quito) proclamándose campeón de la copa Pilsener de Ecuador, estando el lo alto de la tabla de goleadores. Luego pasó al The Strongest de Bolivia, para regresar a su país, en 2005: 12 de Octubre (un equipo que se llama así, no es que yo sepa ni me importe qué día exacto volvió Virgilio a su país)

Era un delantero que no llegaba al metro ochenta de estatura, ni habilidoso ni rápido. Que nadie piense que lo del chico fue mala suerte, que vino a Europa muy temprano (con 23 años) o que el viaje de ida y vuelta en el AVE de Alfonso le perjudicó…Yo diría que todo lo contrario, le benefició, pues de no venir Alfonso aún se acordarían los béticos de él (y de su madre), y quizá esta web se llamase “Amigos de Colusso contra Amigos de Ferreira”. Virgilio sólo hubiera triunfado en el Betis si Papa Jones, los García de la Borbolla y compañía hubiera creado el Betis en Paraguay.

Artículo cortesía de Do-blas.