viernes, 25 de mayo de 2012

JOZEF JARABINSKY

Nuestro mundo es un sistema dinámico regido por la teoría del caos. Un sistema dinámico de tipo caótico afectado por mínimas diferencias de las condiciones iniciales. Un pequeño cambio en esas condiciones llevaría a un mundo diferente, entrando en terrenos espinosos definidos por la teoría de branas o por la serie “Fringe”, de la que tomaré prestados algunos de sus openings para hacer este artículo en el que pretendo demostrar la importancia de Jozef Jarabinsky para la historia futbolística de nuestra ciudad.



Jozef Jarabinsky nace en 1944 en Jabrina, Checoslovaquia. Tuvo una carrera como futbolista en equipos de su país, o mejor dicho de Praga, porque el tipo jugó en cuatro equipos de esa ciudad, el Bohemians, el Dukla, el Sparta y el Meteor. Supongo que será algo así como si jugaras en el Betis, el Sevilla, el Triana y el Calavera. El quinto equipo de su carrera fue el SONP de la bella ciudad de Kladno.

Como entrenador se paseó por media Checoslovaquia. País que curiosamente acabaría partiéndose en mitad y mitad. Tras un breve paso por Turquía, dirigiendo al Genclerbirligi de Ankara, llega en verano de 1991 a un Betis recién descendido a Segunda con el objetivo de subirlo a Primera División. Algún representante de la época le colocaba todo lo checo al Betis, pues en plantilla ya tenía a Bilek y aquel verano llegó también Grussmann, buenos futbolistas.

Con él el equipo verdiblanco hace del Villamarín un fortín. Apenas cede un par de empates, pero fuera no le gana a nadie, hace ridículo tras ridículo, incluyendo un sonrojante 6-2 en Lérida, gol de penalty del portero “Tubo” Fernández incluido. Esa ineficacia como visitante le lleva a pedir refuerzos en el mercado invernal, y es cuando ocurre el momento histórico, ya que Jarabinsky habla de un delantero del Sparta Praga que conoce que es un crack. Y así llega el GRAN ROMAN KUKLETA al equipo verdiblanco en el mercado invernal.

En la jornada 22, tras un empate sin goles en Sevilla frente al filial del Athletic de Bilbao, el equipo va séptimo y, tanto el ascenso directo como la promoción, están a una distancia considerable. La directiva que Galera preside decide cesarle y coloca a Felipe Mesones en su lugar y el Betis inicia una gran remontada hasta el punto de jugar la promoción de ascenso a Primera contra el Deportivo. Una derrota por 2-1 en Riazor y un empate sin goles en Villamarín (con gol anulado a Kukleta incluido) dan al traste con las ilusiones verdiblancas. Tristemente aquel día, en las gradas del estadio heliopolitano, falleció de un infarto el padre del jugador bético Juan Merino Ruiz.

Es el verano del noventaidó y el Betis tiene que pasar otro año en Segunda. Pero antes hay que poner pasta para convertirse en Sociedad Anónima. Nadie pone lo suficiente y parece que el Betis va a desaparecer hasta que, en el último suspiro, Lopera aparece para hacerse con la mayoritaria como se muestra en este vídeo de absoluta fiabilidad.

La historia del Betis desde entonces hasta ahora es harto conocida. Con Lopera hubo momentos buenos, momentos malos, vinieron jugadores buenos y jugadores malos, siendo estos últimos los que dan vida a este blog de “Amigos de Colusso Vs. Amigos de Kukleta”.  

Jozef Jarabinsky por su parte siguió entrenando a un montón de equipos de Checoslovaquia, Turquía e incluso Grecia.


Jozef Jarabinsky nace en 1944 en Jabrina, Checoslovaquia. Tuvo una carrera como futbolista en equipos de su país, o mejor dicho de Praga, porque el tipo jugó en cuatro equipos de esa ciudad, el Bohemians, el Dukla, el Sparta y el Meteor. Supongo que será algo así como si jugaras en el Betis, el Sevilla, el Triana y el Calavera. El quinto equipo de su carrera fue SONP de la bella ciudad de Kladno.

Como entrenador se paseó por media Checoslovaquia. País que curiosamente acabaría partiéndose en mitad y mitad. Tras un breve paso por Turquía, dirigiendo al Genclerbirligi de Ankara, le llega en verano de 1991 una oferta para dirigir a un Betis recién descendido a Segunda con el objetivo de subirlo a Primera División. Jarabinsky la rechaza y el Betis decide contratar a Felipe Mesones. El Betis completa una magnífica temporada y consigue el ascenso de forma directa a Primera División.

Es el verano del noventaidó y hay que poner pasta para convertirse en Sociedad Anónima. Como el equipo está en Primera es considerado una buena inversión, y aparece mucha gente dispuesta a soltar guita, con lo que el proceso se completa sin problemas.

Van pasando los años, el Betis vive momentos buenos y momentos malos. En 1998, en un partido contra el Barcelona, su jugador Juan Merino le realiza un marcaje espectacular al fichaje más caro de la historia del equipo culé, Denilson de Oliveira (que acabaría siendo un pufo de cuidado, por cierto). Esto lleva al canterano, cuyo padre es su representante y empieza a ofrecerlo por ahí, a las portadas de los periódicos, acaba en la Selección y para el siguiente año firma por el Real Madrid por un pastizal. El Betis usaría ese dinero para realizar la remodelación del estadio.

Y bueno, ya se sabe, vinieron jugadores buenos y jugadores malos, que son los que dan vidilla a este blog de “Amigos de Colusso Vs. Amigos de Fantaguzzi”.

3 comentarios:

Rinat Rafaé dijo...

Lo de Amigos de Colusso vs Amigos de Fantaguzzi es una autentica genialidad.

Replanteando el cambio de nombre desde ya.

Señor dijo...

Que maravilla de foto por dios bendito! ¡¡Cuanto podemos aprender de esos triángulos/jugadores perfectamente colocados en un 5-3-1 que claramente evocan a una táctica amarrategui para el caso en que expulsen a un jugador y el equipo vaya ganando... Muy Chelsea/Inter en semifinales contra el Barcelona

Aracnidus Rojiblancus dijo...

Tenía un conocido, familiar de periodistas deportivos de renombre, que gustaba de "radiar" las pachangas que jugábamos, al mismo tiempo que él jugaba.
Cada vez que llevaba la pelota un amigo mío, conocido por su escasa calidad furgolera, iba exclamando dicho el familiar de periodistas: "Jarabinsky, with the pelot..." Tenía esa coletilla, y pasados los años, cada vez que alguien menciona al tal Jarabinsky, todos pensamos en el coleguilla de escasa calidad furgolera y esa peculiar manera que tienen los burtos controlando el esférico.
Todavía no sé por qué este seudoperiodista asociaba la escasa calidad en las artes del furgol con Jarabinski.