FRODE OLSEN

Frode Olsen, portero noruego nacido en Stavanger (Noruega) el 12 de octubre de 1967, internacional con su selección (Con la que incluso llega a disputar la Eurocopa) tras jugar en diversos clubes noruegos como el FK Vidar, el Rosenborg, el Strømsgodset IF y sobre todo en el IK Start y el Stabæk IF, se incorpora al Sevilla FC cedido por éste último equipo en enero del 2000 debido a que se había apartado a Rabajda de la plantilla por sus críticas al consejo y al entrenador por un supuesto complot contra los uruguayos. No le costó mucho desbancar a Valencia de la titularidad ya que Marcos Alonso no confiaba en el portero vasco, así que se hizo con la portería desde su llegada cuajando muy buenas actuaciones lo que llevó al Sevilla a plantearse ejercer su opción de compra valorada en 125 millones. A pesar del descenso, de que le bajaron el sueldo pactado en un principio una barbaridad y que tenía ofertas de equipos como el Paris Saint Germain, casi por sorpresa el noruego apostó por quedarse en el Sevilla y renovó por tres años. Con Caparrós como nuevo entrenador Olsen parte como portero titular para aspirar regresar a primera, pero transcurrido el primer cuarto del campeonato, Notario se gana la confianza del entrenador utrerano relegando a Frode al banquillo. En el regreso a primera, Notario apenas deja que el noruego dispute un partido, por lo que al final de temporada se marcha de nuevo a su país, concretamente al Viking FK, dejando un balance de 34 partidos en dos temporadas y media como sevillista. Tras un par de años en este último equipo, se retira del fútbol teniendo desde entonces distintas ocupaciones relacionadas con el mundillo como entrenar al equipo femenino del Klepp, ser director deportivo del Bryne FK y la que ha sido su mayor labor desde entonces, la de comentarista deportivo de la TV2 noruega, siendo un personaje verdaderamente popular en su país.

Bien, pues hasta aquí los fríos datos de su carrera deportiva y su estancia en el Sevilla más o menos resumidos y ahora centrémonos en lo importante, porque para entender con toda su amplitud una figura como la de Frode Olsen es necesario hacer un repaso por la cantidad de anécdotas que dejó en tan solo dos años y medio. Alegre y extravagante encajó como un guante en la ciudad y con cualquiera que tuviera ganas de guasa y jaleo, siempre estaba de bromas con Pichón (Rafa Becerra, el utillero del equipo), su fiel compañero de aventuras y con el que aprendió el idioma como se le enseña aquí a los guiris: primero los insultos, después expresiones del palo “eres más falso que un gitano haciendo footing” (verídico, dicho por Frode Olsen) y después ya el resto, así que para poder comprender la dimensión de este “noruego cachondo” que mejor que enumerar algunas de sus peripecias más conocidas.

Lo primero que llamó la atención de Olsen fue que se dedicara a la ópera de manera amateur. Obviamente un portero que cantaba fuera del campo ya era recibido con cierto recelo, pero Frode se hizo sevillano sevillano en un tiempo record, aclimatándose perfectamente a la ciudad y buscando sus momentos para dar su rienda suelta a su vena como tenor, así lo mismo cogía en medio de una comida del equipo, se levantaba y empezaba a cantar para asombro y deleite de todos o se “perdía” en el aeropuerto de Tenerife y cuando media delegación andaba como loco buscándolo se lo encontraban en medio de un corro de gente que aplaudía sin parar cantando ópera mientras “Pichón”  pasaba la gorra entre los presentes.

En otra ocasión andaba el bueno de Frode Olsen parado en un semáforo cuando lo reconocieron dos novios recién salidos de la iglesia que se dirigían para el banquete. Lo invitaron a la boda y el noruego para allá que se fue y por supuesto cantó ópera. Como quiera que una de las invitadas a la boda era la hermana de Paco Gallardo, al final se enteró toda la plantilla que flipaba con semejante personaje.

A Caparrós lo traía por la calle de la amargura, primero porque un técnico tan supersticioso como él no podía permitir que su portero jugara con guantes amarillos y segundo porque cada dos por tres venía y le decía “Míster, ¿puedo cambiarme el nombre de la camiseta por Olsen de Triana?” el utrerano lo miraba alucinado y le negaba la petición. A las pocas semanas el noruego volvía a la carga y le decía “Míster, a partir de ahora llevaré en la camiseta de nombre El Niño de Tomares”. En otra ocasión se ganó la bronca Caparrós cuando en un partido contra el Elche le tiraron una botella de agua de litro y medio que casi le da en la cabeza. Él tranquilamente la recogió y se la bebió ganándose el aplauso del público. Caparrós, tan preocupado siempre del “otro fútbol” se temió lo peor.  

Al llegar a Sevilla obviamente quiso adentrarse en lo más profundo de su cultura musical, así que aprendió a cantar por Fandangos de Huelva, por bulerías o por José Mercé convirtiéndose en un gran aficionado al flamenco. No era nada raro verlo en la Lola de los Reyes de vez en cuando. Tampoco le hacía ascos a la gastronomía y pronto se hizo socio del botellín de Cruzcampo helado, de los caracoles, de las coquinas de Huelva y del Jamón Serrano… Será calvo pero de tonto no tenía un pelo.

Una de las historias que más cola trajo fue la de aquel partido contra el Oviedo en el que el Sevilla se dejó perder para enviar junto a ellos al Betis a segunda. Frode Olsen no entendía que se tuviera que dejarse meter los goles (que era un noruego cachondo, pero tampoco imbécil) y durante el partido fue desbaratando la mayoría de las ocasiones del Oviedo (que tampoco es que fuera el Milan de Sacchi, precisamente) para desesperación del público, por lo que al descanso fue sustituido por el canterano Chuchi con la excusa de que se sentía mal. Hace un año volvió a saltar a la palestra este tema por un comentario del ex portero en la tele acerca de las apuestas y este partido. Tras montarse un revuelo considerable, Olsen aclaró lo sucedido y se quejó en Marca de que lo hubieran sacado “tan feo en la foto”.

Otra imagen que quedó grabada en la retina de los espectadores españoles fue cuando en la repesca de clasificación para la Eurocopa del 2004, durante el partido de vuelta que disputaba Noruega con España dos espontáneos saltaron al campo. Olsen, que había saltado al césped unos 15 minutos antes, se fue corriendo para uno de ellos que le había vacilado entrándole en plancha por detrás, derribándolo y robándole el gorro de lana que llevaba el aspirante a Jimmy Jump que provocó la ovación del público y la mirada de Pier Luigi Collina como diciéndole “illo ya te vale”. Le perdonó la roja.

Frode Olsen, un futbolista singular y especial que caló hondo entre los aficionados, que dejó cientos de historias curiosas y al que Sevilla enamoró “Cada día, cuando me despierto, de las primeras cosas que hago es mirar el Iphone para ver la temperatura que hace en Sevilla. ¡Uff! Qué calor. Casi 40 grados...” declaró hace tan solo un par de años.