LUIS MORENO MERINO “MERINO II”

Definitivamente, Luis Moreno Merino es un jugador de otra época. Nacido en Churriana (Málaga) uno de los días más cálidos de agosto que se recuerdan en el año 1968, mientras en otras latitudes del mundo disfrutaban del verano del amor, la señora de Moreno daba a luz al segundo de sus hijos, al que llamó Luis, en honor a unos de sus cantantes favoritos.

Y decimos que es un jugador de otra época, como podemos observar en la foto, no es como los jugadores actuales llenos de tatuajes, con peinados imposibles (a pesar que la melena rizada y salvaje de Merino II es una clara influencia en muchos de los mejores futbolistas de hoy en día) o más preocupados en las últimas tendencias de la pasarela Cibeles que en los regates más frecuentes del próximo contrario. Una época en los que si tú nombre de guerra coincidía con el de otro compañero, te colocaban la coletilla de “segundo” para poder diferenciar a los jugadores a la hora de referirse a ellos (¿Cuántos jugadores “segundos” hay hoy en día? ¿Por qué Lass Diarra es simplemente “Lass” y no Diarra II?).

Pero este apelativo siempre hizo mella en la moral de Luis Merino. Siempre tuvo complejo de segundo y no aguantaba las atenciones que su madre siempre proporcionaba a su mayor, así que para captar su atención y que se sintiera orgullosa de él, le homenajeó poniéndose su apellido como nombre futbolístico que pasearía por los campos de toda España.

En la primera época de su carrera en el Málaga esta elección no le supuso ningún problema, por lo que se sentía seguro de sí mismo y cuajaba grandes actuaciones, despuntando siempre en la retaguardia por su seguridad y anticipación, pero a raíz de su fichaje por el Betis en la temporada 1992/93 se encontró con un canterano, que por aquel entonces empezaba a despuntar en el equipo heliopolitano, que ya se había reservado el nombre de Merino, por lo que rápidamente, aficionados, periodistas y gente del club le distinguieron con el nombre de Merino II. Esto pudo debilitar la moral del bueno de Luis, que en las dos temporadas que estuvo en el Betis no llegó a hacerse con un puesto de titular, disputando un total de 42 partidos y anotando un solo gol.

Si bien no debe parecer un bagaje demasiado pobre, comparado con el de otros compañeros de plantilla como “Balán” Gonzalez, el ascenso a primera división y la incorporación de nuevos centrales a la disciplina verdiblanca como Vidakovic o Josete, le hicieron cambiar de aires, volviendo a  disfrutar de las temperaturas de la Costa del Sol en el Marbella, por aquel entonces en segunda división y donde se mantuvo dos temporadas para posteriormente iniciar un peregrinaje por distintos equipos andaluces. Vuelta al Málaga, Cádiz y de nuevo Marbella (con aventura interautónoma (?) incluida y entremedias en el Terrasa) que contaron con la indomable cabellera rizada de Merino II (aunque ya no tan salvaje) y gozaron de la seguridad de este poderoso zaguero que imprimía carácter y respeto a cualquier defensa.

Ya en el ocaso de su carrera, paseó su veteranía en los campos de Regional defendiendo al Juv. Torremolinos y tras dos temporadas enseñando a los jóvenes como defender, decidió retirarse en el 2003. Pero el fútbol le seguía picando y para matar el gusanillo decidió regresar en 2007 para cumplir los 40 años jugando en el Atlético Benamiel  de la Regional Preferente Andaluza donde se mantuvo por un par de temporadas más.

PD: Evidentemente la historia contada puede tener ciertas “licencias de autor” (¿o no?), lo que no admite duda es que Luis Merino es un claro ejemplo de currante del deporte y del fútbol pre-metrosexual que tanto amamos en estos confines, por lo que se merece este pequeño recuerdo.

ACTUALIZACIÓN 30/12/13: Debido a que hemos encontrado una foto mejor de Merino II, procedemos a su actualización, dejando AQUI ENLAZADO el cromo que presidía la entrada co nanterioridad.