JUAN FRANCISCO RODRÍGUEZ HERRERA “JUANITO”

Expeditivo y rectangular (?) defensor, nacido al calor de la siempre agradable temperatura canaria justo 41 años antes de que el Sevilla se alzara con su primera copa de la UEFA, comenzó su carrera deportiva en el modesto UD Güimar de su Santa Cruz de Tenerife natal, donde sus buenas actuaciones y su implacabilidad como central le hicieron dar el salto al club más puntero del archipiélago por aquel entonces, el UD las Palmas, consolidándose como uno de los fijos en el once inicial del equipo amarillo.

El Zaragoza llama a su puerta en la temporada 1987/88, lo que Juanito aprovecha para adoptar un look que provoque aun más respeto entre los delanteros contrarios, lográndose consolidar en la élite del fútbol español, llegando incluso a debutar con la Selección española, donde juega en 5 ocasiones marcando un gol en su debut contra Hungría en la fase de clasificación del Mundial de 1990. Todos estos méritos hacen que el Atlético de Madrid de Jesús Gil piense que Juanito era el candidato ideal para formar pareja en el centro de la defensa junto a Juanma López, convirtiéndose en una pareja de centrales que causaría autentico pavor entre los habilidosos delanteros que intentaban sobrepasar el arco colchonero. No le fueron mal las cosas junto a los Solozábal, Moya, Soler, Ferreira, Futre, Schuster, Alfredo, “Pizo” Gómez y compañía conquistando dos Copas del Rey consecutivas con su consiguiente participación en la extinta Recopa, pero en el verano de 1994, por obra y gracia del consistorio marbellí y de la insistencia del nuevo técnico del cuadro hispalense, Luis Aragonés, el Atlético traspasa a su trío mágico al Sevilla FC en un mismo “pack en oferta”, arribando a orillas del Guadalquivir  junto a Pedro y Moacir.

Durante su primera pretemporada pugna con Diego por la titularidad en el centro de la defensa, ganándole la partida al comienzo de la temporada, pero su expulsión en la primera jornada en la goleada que el R. Madrid infringió al Sevilla le condena al ostracismo, no volviendo a disputar un partido en liga hasta ya bien avanzada la misma, terminando la campaña con unos números más que discretos, pero consiguiendo con su club la clasificación para la Copa de la UEFA que al año siguiente, permitió a Juanito alcanzar su momento álgido como sevillista al marcar tras un ejercicio de fé, valentía y tesón un golazo con la cara al Olimpiakos de Marinakis, tras rebotarle un despeje del portero en el minuto 90 de partido y que a la postre resultó ser un gol absolutamente fundamental para el pase de la eliminatoria. Tras una temporada convulsa en la que comparte risas y anécdotas en el vestuario junto a  Agostinho, Peixe o Pepelu, Juanito abandona el Sevilla después de dos temporadas, 42 partidos y cuatro goles y acompaña a Pinedita en su aventura en el Extremadura más antimetrosexual de la historia, donde se mantiene durante cuatro temporadas, junto a compañeros de tanto caché como Gluscevic, Virgilio Ferreira, Belenguer, Fredi y compañía y donde en el año 2000 pone fin a su longeva carrera profesional tras más de 450 partidos y nada más y nada menos que 18 expulsiones en su haber, lo que le convierte en todo un recordman en esta categoría.

Tras colgar las botas, ejerce como presidente-secretario técnico (y casi entrenador) del club de Almendralejo, precediendo a los Fernando Sanz o Gordillo en lo que a jugadores-presidente se refiere, no pudiendo evitar el descenso del equipo a 2ªB y teniendo algún que otro roce con los anteriores dirigentes, aunque la afición siempre se lo perdonará por la oportunidad que les brindó de disfrutar de Renaldo durante una temporada. Tras degustar casi todas las ramas del fútbol, no se quiere quedar con la espina y se convierte primero en director deportivo y posteriormente en entrenador del club que lo vio nacer, el UD Las Palmas, lo que convierte a este ex jugador, ex secretario técnico, ex presidente, ex director deportivo y ex entrenador en un autentico hombre de renacimiento del fútbol moderno.