Primera eliminatoria para el Betis de la Copa
del Generalísimo de 1970, el rival en principio parece accesible: el Sestao de tercera
cuyo máximo peligro es Aitor Aguirre, un sondikoztarra de 19 años, máximo goleador de todas las divisiones de España en aquel momento al que muchos
ya comparan con el mítico Zarra y cuyo destino inminente parece el
Atlético de Bilbao.
En el mismo sitio y a la misma hora Max
Merkel, entrenador del Sevilla que reposaba plácidamente al calor del brasero
de su mesa camilla con las pantuflas puestas, recibe una llamada de un
compromiso que lo invita a ver el partido. No puede hacer otra cosa que
aceptar, pero el bueno de Mr. Látigo tiene las mismas ganas de salir de su
hábitat para presenciar un partido entre un segunda y un tercera de que le
metan un palo por su recto culo austriaco, así se caga en todo lo cagable, en
alemán, en español e incluso algunos juran y perjuran que le oyeron blasfemar
en algunas lenguas muertas de dudoso origen, aun así su estoico carácter centroeuropeo
hacen que se levante de su sillón favorito, se despoje de sus zapatillas, se atavíe
con traje y sombrero y llame a su chófer para que le lleve a su cita en
Heliopolis.
El partido si bien lo gana el Betis por 3 a 2 es sorprendentemente disputado,
destacando entre todos los jugadores que pisan la hierba por su habilidad y
capacidad de remate el ya mencionado Aitor Aguirre que marcó los dos goles
sestaotarras (el primero en fuera de juego y el segundo un golazo). Max Merkel
toma buena nota y se marcha a casa para preparar el partido que al día
siguiente el Sevilla jugará contra la selección de Marruecos, aunque
previamente hace una parada en el Bar Jamaica para calentarse el gaznate con un
aguardiente y llama al directivo de turno para darle una consigna muy clara:
“Quiero a Aitor Aguirre”.
En el seno del Sevilla también han leído
las crónicas de las buenas actuaciones de Aitor contra el Betis, así que a
pesar de que acaban de fichar para la posición a Montes, la joven promesa del
Cascabelense, deciden darle el capricho a su entrenador y mandar un emisario a
Sestao para negociar su fichaje. Parece ser que el jugador tenía un acuerdo con
el Atlético de Bilbao y el jugador quería marchar allí, pero los bilbaínos
no aparecen y acepta las condiciones del Sevilla, aunque su club pone como condición para
aceptar su marcha quedar eliminado de la Copa. No fue el Sevilla el único club
que seguía al vizcaíno, ya que al día siguiente de firmar su contrato el Real
Madrid y el propio Betis se interesaron por su situación, pero ya era tarde,
Betis por cierto que le hizo un “favor” al Sevilla al eliminar al Sestao de la
copa (1-1 a la vuelta), así que a primeros de marzo debuta como sevillista con dos goles en el amistoso contra el equipo danés
del Kojbenahon Bodklub, vuelve a Sestao para jugar contra el Guecho y el Júpiter
leonés sus últimos partido como jugador verdinegro, que se despide de aquel
juvenil que llegó del Sondica tras dos años de éxitos y se incorpora de
inmediato y definitivamente a la disciplina sevillista por lo que queda de
temporada y tres más.
Su rapidez y decisión, su perfecto remate
de cabeza y su habilidad para merodear por las zonas de gol hacían presagiar
que tendría una rápida adaptación al equipo y a la categoría y que Merkel
tendría que hacerle un hueco en la línea delantera, contando también con la
peculiaridad de que en mayo tendría que comenzar el Servicio Militar. Pero por
extraño que parezca Aitor Aguirre no debuta en competición oficial con el
Sevilla y al mes de llegar se marcha cedido al Córdoba por lo que resta de campaña. Lo más
bizarro de todo esto es que el Sevilla para paliar su baja se interesa en ¡¡su sustituto en el Sestao!!
Tras terminar la temporada vuelve al
Sevilla, pero Max Merkel prefiere, para desesperación del jugador, que vaya jugando con el Sevilla
Atlético, con el que desarrolla un buen papel como goleador, por lo que tira de
Aitor para determinados e intrascendentes partidos amistosos como contra el Córdoba, el Farense o contra el CUF lusitano,
anotando siempre goles y demostrando su buen hacer como jugador de área, pero
el entrenador sevillista prefiere a otros jugadores como Berruezo, Acosta o
Lora y deja de nuevo a Aitor sin debutar oficialmente con el primer equipo
sevillista. A final de campaña, sale cedido junto con Montes para disputar los
últimos partidos de temporada con el Langreo, dejando patente su instinto
goleador con 4 goles en 5 partidos y poniendo su granito de arena para que el
equipo asturiano permaneciera un año más en segunda.
Un nuevo entrenador llega al Sevilla para
la temporada 1971/72, Dan Georgiadis, lo que siempre es ilusionante para los
jugadores menos habituales que ansían demostrarle al nuevo técnico lo que el
anterior no vio en ellos, pero tampoco parece que el griego estuviera muy por
la labor de contar con el otrora “nuevo Zarra” así que en agosto se le cede al Burgos, lo que le dará la oportunidad por fin
de debutar en primera y donde permanece una temporada para a su regreso dejar
el Sevilla y fichar por el Racing de Santander, equipo en el que por fin se
consagra como el magnífico goleador que apuntaba ser durante las cinco
temporadas que permanece en Cantabria, llegando incluso a ser segundo máximo
goleador de la temporada 1975/76 tan solo por detrás del sportinguista Quini.
En verano de 1977, lo que parecía que iba
a suceder ocho años antes por fin ocurrió y Aitor Aguirre se convirtió en jugador del Athletic, que paga por su
traspaso 20 millones de pesetas, sin embargo parece que ya no pasará a la
historia de los leones al lado de Zarra y su rendimiento no es del todo el
esperado por lo que al acabar su segundo año en Lezama es vendido al Recreativo
de Huelva, donde juega otras dos temporadas antes de volver a su querido Sestao
en 2ªB, que disfruta de sus goles hasta su retirada en 1984.
Tras dejar el fútbol montó un restaurante en Getxo, así que si alguien quiere charlar un
rato con él, no duden en hacerlo a la vera de un buen plato de arroz con
almejas. Especialidad de la casa, ¡oiga!
5 comentarios:
Este jugador le queda mu lejos en el tiempo a los que comentan por aquí, jejeje. Así que para que al menos no se quede inédita esta sección diré que yo le ví jugar. Y también ví por la tele en blanco y negro el golazo que le metió al Betis de cabeza, saltando y marcando los tiempos.
De hecho Sr. Carrascus fue usdted el que me sugirió este jugador al que, en honor a la verdad, yo no conocía de nada y la verdad que tiene una historia curiosa. Esperamos haber estado a la altura de lo que se esperaba!
Por supuesto. Ustedes nunca defraudan. Por cierto, y ya que hablamos de viejunos... ¿le veré en la fiesta de homenaje a los '80 el sábado en el Fun?
Pues si no surge ningún contratiempo ¡Por supuesto!
Y uno de los pocos que se atrevió a portar brazalete negro tras las últimas ejecuciones del franquismo.
http://www.futbolypasionespoliticas.com/2010/09/brazaletes-negros-tras-los-ultimos.html
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