FERNANDO CASTRO SANTOS

Buenas y elegantes tardes

En esta casa no nos caracterizamos por ser rencoroso ni vengativos, prueba de ellos es como homenajeamos con cariño a muchos de aquellos anti ídolos que en su día nos dieron más de un susto o quebradero de cabeza. Esta saludable actitud vital nos permite que podamos sentirnos indiferentes con la trayectoria en la ciudad de Fernando Castro Santos, así no sería raro que nos pueda dar exactamente igual que sea un entrenador que al igual que Fernando Vázquez haya desarrollado la mayor parte de su carrera en el fútbol gallego, puede que algunos piensen que quizás no es el gen adecuado para llevar a cabo el fútbol de la escuela sevillana que tanto gusta por estos lares, pero recuerden como un tío tan extraordinariamente soso y anodino como Juande Ramos hizo un buen trabajo con el Betis y ya no digamos con el Sevilla, así que no podemos considerar su trayectoria como un dato que nos produzca algún tipo de inquietud.

Algunos pueden quedarse impasibles ante el hecho de que sea un entrenador con bigote, a mí personalmente no, como ya sabrán me gustan los bigotes en el fútbol y entiendo que le da un toque carismático, pero puedo llegar a comprender  al que le trae absolutamente al pairo esta circustancia.

Quizás  haya aficionados a los que su contratación por el Sevilla les resultara indiferente, cierto es que a posteriori es fácil criticar su elección, pero tenemos recordar que al Sevilla que llegó Castro Santos es quizás el peor Sevilla de la historia y que salvar aquella papeleta era poco menos que imposible y mucho menos con jugadores de la talla de Casagrande, La cobra Axel, Vukicevic, Enría o Thetís y un fondo de armario compuesto por Eboue, Lucio Wagner o Cordón, sinceramente, la situación era insalvable.

Quizás más responsabilidad tuvo en el mal inicio del Sevilla en la campaña siguiente, puede que el encapricharse perdidamente de Ratkovic no le ahorre una mala crítica, pero nada que otros entrenadores no hayan hecho antes, además recordemos que las incorporaciones aquel año fueron jugadores de tan infausto recuerdo como Gluscevic, Rokki o Leal.

A la prensa puede que no lo diera igual que fuera un entrenador con una fuerte personalidad de los que no se casaba con nadie y que te decía las cosas a la cara cuando lo consideraba oportuno como hizo en Canal Sur, pero a los seguidores del Sevilla tampoco era algo que nos quitara el sueño del todo, total parecía que estaba sentenciado, como así fue y al final se consiguió el ascenso a pesar de Marcos Alonso.

Su trayectoria posterior en el Tenerife, Ejido, Córdoba o Vecindario y que un hijo suyo como Diego Castro sea futbolista actualmente de primera división no creo que sea inconveniente para nadie a menos que alguno lo sigue con especial interés o que Diego termine fichando por el Sevilla como se rumorea.

Ahora (y permítanme que me ponga serio, muy serio) lo que no podemos considerar que pueda dejar a absolutamente nadie indiferente y que desde luego en este blog NUNCA, JAMÁS DE LOS JAMASES PODREMOS PERDONAR, es que fuese el entrenador responsable de que a su vuelta a España Colusso no se quedara en el Sevilla y que lo dejara absolutamente solo, sumido en la tristeza y en la incertidumbre de no saber que le deparará el futuro. Amigo Castro Santos, ahí pinchaste en hueso con nosotros, ilustres guardianes de la memoria impertérrita de Colusso y así que para con este Castro solo podemos declararnos como anticastristas y jurarle y perjurarle que si algún día se cruza con nosotros se llevará nuestra intimidatoria mirada de desprecio. Hay cosas que no son de recibo.