Jaime
Soto nació en Sevilla el día siguiente del que vinieran los Reyes Magos de
1994. Ese año a mí los Reyes me trajeron el Street Fighter II para la Super
Nintendo, así que estaba enormemente feliz, como podrán imaginar y creo que me
pasé unas 17 horas seguidas jugando sin parar ni a comer, pero como no estamos
hablando de mi placidez no les aburriré con los detalles. Jaime es lo que se
puede decir un bético de cuna pues su padre, el popular cantante José Manuel Soto,
se lo inculcó desde que era niño (no así el loperismo, suponemos) por lo que como cualquier crío su
ilusión siempre fue jugar vestido de verdiblanco en el Benito Villamarín.
Delantero
trabajador y correoso, su carrera futbolística empezó en el equipo del colegio,
el UD Claret, equipo en el que coincide con el ya ex sevillista Borja Lasso con el que forja una gran amistad. En el
2005 cumple su sueño y el Real Betis lo incorpora a su cantera y según cuenta él mismo en su debut
salió por la puerta grande… literalmente, porque fue a salvar el balón para que
no saliera, chocó con una valla publicitaria y se rompió la mano, así que tuvieron que abrir
el portón para que saliera la ambulancia que se lo llevó al hospital.
Sus
años de cadete los pasa en el Cerro para posteriormente volver a la disciplina
verdiblanca, al Juvenil C, donde cuaja una más que aceptable temporada en la
que marca 16 goles lo que le vale para ascender al División de Honor, con el
que realiza una buena pretemporada pero del que no disfruta mucho pues una
grave lesión de rodilla en la primera jornada lo tiene en dique seco la mayor
parte del año, lo que aprovecha para centrarse en sus estudios de periodismo.
Tras
recuperarse de su lesión, la temporada 2013/14 la juega en dos equipos, primero
en el Coria CF y posteriormente ficha por el Alcalá de Guadaíra. Finalizada su
vinculación con el Betis, el año pasado realizó una prueba con el Cacereño, equipo por el que finalmente ficha pero
que abandona prematuramente en enero tras disputar tan solo nueve partidos
ante las pocas expectativas que tenía de jugar.
Tras
unos meses de reflexión Jaime Soto decide aparcar el fútbol para dedicarse a su
otra gran pasión: la música. A punto de sacar su primer disco, estos días ha
sido noticia por su relación con la modelo Rocío Crusset (hija de Mariló Montero y Carlos
Herrera) y porque actualmente está embarcado en un espectáculo junto con su
familia llamado “Soto & Family”, con los que esta misma
noche inauguran lo que
será el cine de verano del Muelle de la Sal y donde podréis comprobar si tiene
más arte con el balón o con la guitarra.
4 comentarios:
La hija de Mariló Montero (y Mariló también) están pa cantarle "Por ella" treinta millones de veces
La hija de Carlos Herrera es un bombón pero no es la del biquini rosa, esa es una modelo italiana llamada Cristina Buccino que en su momento mucha gente la confundió con ella...
Tampoco vamos a pelearnos, digo yo.
La ley de la lagartija, la madre está más buena que la hija.
Promete por genes aparecer en Involución capilar en el futuro
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