miércoles, 10 de julio de 2013

STEVE EVANS


Erase una vez un escocés natural de Glasgow que llegó al mundo hace 50 años llamado Steve Evans. Cuando estaba a punto de cumplir la veintena a Steve le surgió la posibilidad de probar por el Sevilla, por lo que muy ilusionado sacó un pasaje para el aeroplano y esperó pacientemente a que llegara el día de su marcha. Mientras tanto en la ciudad hispalense llegaron rumores de que iba a venir un futbolista extranjero a probar lo que despertó la ilusión del aficionado ávido de nuevos ídolos que capitanearan el equipo. Pronto comenzaron los inevitables rumores sobre el jugador que de nombre resultaba completamente desconocido, deslizando la secretaría técnica que se trataba de un futbolista con gran técnica, rápido pero sobre todo de mucho poderío físico: Casi dos metros de coloso escocés lo avalaban, lo que le vendría muy bien al Sevilla porque sería el típico delantero “abrelatas”. Militaba en la segunda escocesa, en el Albion y había marcado 90 goles en tres temporadas. Todos se frotaban las manos y ansiaban de ganas de ver al colosal goleador.

Llegó el día 14 de mayo de 1983, esa era la fecha que estampada en el billete de ida (¿y vuelta?) de Steve señalaba que tenía que viajar a Sevilla donde podría probarse contra jugadores de un nivel superior. Steve hizo su maletita, metió un pijama, un par de mudas, un pack de calzoncillos sin estrenar, una camisa elegante, tres camisetas, calcetines, el cepillo de dientes y mucha ilusión en ella, se dirigió al aeropuerto, sonrío con alegría a la azafata que le pidió el billete, se montó en el avión, tragó con nervios la comida que le sirvieron, disfrutó de la película que ofertaron (¿No lo sabíais? Antes en los aviones te daban de comer y ponía películas) y llegó a Sevilla. Allí lo esperaba la delegación sevillista encargada de recibirle y al verlo todos se miraron extrañados “¿Este es el coloso de dos metros? ¡Pero si no llega al 1,70!”.

Pues si amigos, el coloso era casi un alfeñique, aun así y dado que el Sevilla tenía un compromiso amistoso aquella misma noche le dijeron muy lentamente “Steve a-mi-go, ¿Tú querer jugar fútbol tunait con Sevilla?”. El chico que no tenía ni la más mínima idea de español miró con extraño a sus representantes, sonrío y dijo que si con la cabeza, suponía que le decía si quería jugar y el “tunait” más o menos lo había entendido. Estaba loco por probarse contra jugadores de primer nivel y no había tiempo que perder, así que se lo llevaron para el campo para que se preparara junto al resto.

Aquel partido que iba a posibilitar que Steve jugara contra jugadores experimentados en un campeonato como el español era un amistoso organizado por la Federación de Peñas para recaudar fondos contra el todo poderosísimo equipo marroquí del M.A.S de Fez y la lista de convocados estaba plagada de canteranos como Leal, Gervasio, Nacho Oria, Rafa Paz o Ramón, con la novedad de Quique, un jugador que se acababa de fichar procedente del Talavera, que se presentaba y que jamás disputó un partido oficial con los de Nervión, por lo que como podrán ustedes deducir el encuentro no era precisamente del nivel que soñaba nuestro protagonista. Para colmo ni la presentación de Quique, ni la emoción de ver a Steve Evans en España por primera vez, ni los precios populares, ni el rival, ni que Ben Yessef hiciera el saque de honor, ni siquiera que previo al encuentro hubiera un partido de viejas glorias en el que participaron entre otros Busto, Campanal, Arza o Araujo fueron alicientes suficientes para que el respetable se animara a acudir al encuentro por lo que éste se jugó casi en familia. 

El Sevilla se deshizo cómodamente del MAS por tres goles a uno, destacando entre todos los jugadores Choya III (con el tiempo Jesús Choya, pero como era el menor de los tres hermanos pues era Choya III, que yo no sé ustedes, pero yo es la primera vez que veo un jugador de fútbol con el agregado de “tercero”) que marcó dos goles. En cuanto a Steve apenas la tocó, pues al parecer los canteranos del equipo veían al escocés como un claro intruso y se dedicaron a no pasarle el balón… que para una oportunidad que ellos tenían no era plan que viniera ahora un guiri y les jodiera el protagonismo, así que rápidamente los técnicos pudieron determinar que Evans no era un jugador con las condiciones que cabía exigir para ocupar plaza de extranjero en el Sevilla, por lo que le recomendaron que cerrara la “vuelta abierta” del avión y se largara por donde había venido, recomendación que Steve se tomó al pie de la letra volviendo a Escocia al día siguiente, durando su periplo hispalense tan solo tres días y dos noches como si de una oferta hotelera de fin de semana se tratara.

Steve hizo carrera como futbolista en algunos equipos menores de su país hasta que una lesión de rodilla le obligó a retirarse con tan solo 24 años,  redirigiendo a partir de entonces su vida profesional hacia la de entrenador, profesión que lleva más de 20 años ejerciendo, actualmente en el Rotherham United.

Y colorín colorado, este cuento sobre Steve Evans se ha acabado.

5 comentarios:

Rinat Rafaé dijo...

Muchas gracias a Migue por ponernos sobre la pista de este ilustre desconocido y por pasarnos la foto!

itsawindow dijo...

Enorme!

Fesaro dijo...

A este no lo vi nunca pero a Mac Meen o como se llamara si, el pobre parecia una gamba del calor que pasaba jugando aqui

Anónimo dijo...

Os falta otro, un tal Van Beck o Van Bek que estaba a prueba en el Sevilla. Se jugó un amistoso entre semana, contra el Hibernian o el Motherwell, no recuerdo bien.
Obviamente era un megacrack. Catacrack.
Debió ser entre el 85 y el 88...

Tonetti dijo...

En el Barcelona de los 40-50 hubo la saga de los Gonzalvo y el mas chico, Mariano, fue conocido como Gonzalvo III. Aparte de él y de Choya yo no recuerdo mas