Erase una vez un escocés natural de
Glasgow que llegó al mundo hace 50 años llamado Steve Evans. Cuando estaba a
punto de cumplir la veintena a Steve le surgió la posibilidad de probar por el
Sevilla, por lo que muy ilusionado sacó un pasaje para el aeroplano y esperó
pacientemente a que llegara el día de su marcha. Mientras tanto en la ciudad
hispalense llegaron rumores de que iba a venir un futbolista extranjero a
probar lo que despertó la ilusión del aficionado ávido de nuevos ídolos que
capitanearan el equipo. Pronto comenzaron los inevitables rumores sobre el
jugador que de nombre resultaba completamente desconocido, deslizando la
secretaría técnica que se trataba de un futbolista con gran técnica, rápido
pero sobre todo de mucho poderío físico: Casi dos metros de coloso escocés lo
avalaban, lo que le vendría muy bien al Sevilla porque sería el típico
delantero “abrelatas”. Militaba en la segunda escocesa, en el Albion y había
marcado 90 goles en tres temporadas. Todos se frotaban las manos y ansiaban de
ganas de ver al colosal goleador.
Llegó el día 14 de mayo de 1983, esa era
la fecha que estampada en el billete de ida (¿y vuelta?) de Steve señalaba que
tenía que viajar a Sevilla donde podría probarse contra jugadores de un nivel
superior. Steve hizo su maletita, metió un pijama, un par de mudas, un pack de
calzoncillos sin estrenar, una camisa elegante, tres camisetas, calcetines, el
cepillo de dientes y mucha ilusión en ella, se dirigió al aeropuerto, sonrío
con alegría a la azafata que le pidió el billete, se montó en el avión, tragó
con nervios la comida que le sirvieron, disfrutó de la película que ofertaron
(¿No lo sabíais? Antes en los aviones te daban de comer y ponía películas) y
llegó a Sevilla. Allí lo esperaba la delegación sevillista encargada de
recibirle y al verlo todos se miraron extrañados “¿Este es el coloso de dos metros? ¡Pero si no llega al 1,70!”.
Pues si amigos, el coloso era casi un
alfeñique, aun así y dado que el Sevilla tenía un compromiso amistoso aquella
misma noche le dijeron muy lentamente “Steve
a-mi-go, ¿Tú querer jugar fútbol tunait con Sevilla?”. El chico que no
tenía ni la más mínima idea de español miró con extraño a sus representantes,
sonrío y dijo que si con la cabeza, suponía que le decía si quería jugar y el
“tunait” más o menos lo había entendido. Estaba loco por probarse contra
jugadores de primer nivel y no había tiempo que perder, así que se lo llevaron
para el campo para que se preparara junto al resto.
Aquel partido que iba a posibilitar que
Steve jugara contra jugadores experimentados en un campeonato como el español
era un amistoso organizado por la Federación de Peñas para recaudar fondos
contra el todo poderosísimo equipo marroquí del M.A.S de Fez y la lista de
convocados estaba plagada de canteranos como Leal, Gervasio, Nacho Oria, Rafa Paz o Ramón, con la novedad de Quique, un jugador que se acababa de fichar
procedente del Talavera, que se presentaba y que jamás disputó un partido
oficial con los de Nervión, por lo que como podrán ustedes deducir el encuentro
no era precisamente del nivel que soñaba nuestro protagonista. Para colmo ni la
presentación de Quique, ni la emoción de ver a Steve Evans en España por primera
vez, ni los precios populares, ni el rival, ni que Ben Yessef hiciera el saque
de honor, ni siquiera que previo al encuentro hubiera un partido de viejas
glorias en el que participaron entre otros Busto, Campanal, Arza o Araujo fueron alicientes suficientes para que el
respetable se animara a acudir al encuentro por lo que éste se jugó casi en
familia.
El Sevilla se deshizo cómodamente del MAS por tres goles a uno, destacando entre todos los jugadores
Choya III (con el tiempo Jesús Choya, pero como era el menor de los tres
hermanos pues era Choya III, que yo no sé ustedes, pero yo es la primera vez
que veo un jugador de fútbol con el agregado de “tercero”) que marcó dos goles.
En cuanto a Steve apenas la tocó, pues al parecer los canteranos del equipo
veían al escocés como un claro intruso y se dedicaron a no pasarle el balón…
que para una oportunidad que ellos tenían no era plan que viniera ahora un
guiri y les jodiera el protagonismo, así que rápidamente los técnicos pudieron
determinar que Evans no era un jugador con las condiciones que cabía exigir para
ocupar plaza de extranjero en el Sevilla, por lo que le recomendaron que
cerrara la “vuelta abierta” del avión y se largara por donde había venido, recomendación
que Steve se tomó al pie de la letra volviendo a Escocia al día siguiente, durando
su periplo hispalense tan solo tres días y dos noches como si de una oferta hotelera de fin de semana se tratara.
Steve hizo carrera como futbolista en
algunos equipos menores de su país hasta que una lesión de rodilla le obligó a
retirarse con tan solo 24 años,
redirigiendo a partir de entonces su vida profesional hacia la de
entrenador, profesión que lleva más de 20 años ejerciendo, actualmente en el Rotherham
United.
5 comentarios:
Muchas gracias a Migue por ponernos sobre la pista de este ilustre desconocido y por pasarnos la foto!
Enorme!
A este no lo vi nunca pero a Mac Meen o como se llamara si, el pobre parecia una gamba del calor que pasaba jugando aqui
Os falta otro, un tal Van Beck o Van Bek que estaba a prueba en el Sevilla. Se jugó un amistoso entre semana, contra el Hibernian o el Motherwell, no recuerdo bien.
Obviamente era un megacrack. Catacrack.
Debió ser entre el 85 y el 88...
En el Barcelona de los 40-50 hubo la saga de los Gonzalvo y el mas chico, Mariano, fue conocido como Gonzalvo III. Aparte de él y de Choya yo no recuerdo mas
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