JOSÉ FABIO ALVES AZEVEDO, "FABAO"

Año 2000. El Betis, tras una mala temporada en Primera, busca en el mercado de fichajes centrales de garantías, ya que en esa posición andaban cortitos (contaban con Merino, Filipescu y Bornes (Solozábal aún era del equipo, pero andaba metido en jaleos con Lopera)). Tras un tiempo bicheando, se traen a Belenguer y a Fabao. Con el tiempo, uno se desenvolvió bien en el Betis, y otro sería recordado más por sus anécdotas en el equipo que por su juego...

José Fabio Alves Azevedo, más conocido por Fabao (alguien (como por ejemplo yo) hará el chiste malo de que su nombre se parece al de cierta comida que pasa directamente de estado sólido a gaseoso), nació en Vera Cruz (Brasil) el 15 de junio de 1976, año en el que se patentó el penalti "a lo Panenka".

Pronto empezó a jugar al futbol, el deporte más practicado de Brasil junto con el voleibol. Poco a poco fue destacando por su buen hacer con el balón, y consiguió su primera oportunidad en el fútbol de élite en el Bahia en 1996, el mismo año en que los Mamonas Assassinas tuvieron un accidente de avión que les costó la vida.

En el Bahia estuvo una temporada, antes de pasar al Flamengo. En dicho equipo le sucedió una cosa que provocó que aparezca en este sacrosanto blog...

En 1997 recaló en el Flamengo, equipo en el que estuvo desde 1997 hasta el año 2000.
En el año 2000, el Betis había descendido a Segunda, y Denilson (conocido por hacerse bicicletas a sí mismo, por pegarse fiestas de las buenas a ritmo de música bailonga y por coquetear con famosas señoritas sevillanas (tema del que no voy a hablar ahora mismo porque esto es "Colussos contra Kukletas", no el "Sálvame")), que no pretendía jugar en Segunda, se marchó al Flamengo en verano.

Ese mismo verano (mientras a algunos les daba por escuchar a Caetano Veloso), a raíz de lo de Denilson, se organizó un amistoso entre el Flamengo y el Betis, como "aperitivo" para abrir la pretemporada.

En ese amistoso, aparte de ver un partido horroroso de Ivonaldo, se fijaron en el buen hacer de los defensas del equipo brasileño, Fabao y Juan. La primera opción era Juan, pero en la caja de caudales no había dinero suficiente como para ficharle, así que fueron a por Fabao, el cual acabó siendo fichado.

Una vez en Sevilla... Fabao, digamos que más que acostumbrarse a jugar al lado de gente como Torres Mestre, se acostumbró al folclore sevillano: a la Semana Santa y a la Feria. Tuvo tiempo de ser invitado a la Semana Santa por Lopera ("Don Manué" lo invitó un Martes Santo a su palco de la calle Sierpes, y Fabao soltó una cita célebre que se publicará pronto por aquí) y de ir a la Feria a comer jamón y tortillas de camarones (comprado en el Lidl, por supuesto). De destacar jugando, olvídense.

Al año siguiente, se fue al Córdoba, donde compartió plantilla con Arzu y el "Chirola" Romero. Allí disfrutó de la continuidad que no tuvo en el Betis (donde Joaquín decía que Fabao era como el conde Lecquio o Makelele... ¿me siguen?).

Tras estar en tierras cordobesas disfrutando del flamenco (el flamenco de verdad, no el "flamenquito" que echan en Canal Fiesta Radio), Fabao volvió a Brasil, donde estuvo escuchando otra vez ritmos latinos. Goiás y Sao Paulo fueron sus nuevos equipos, antes de ir al todopoderoso fútbol japonés: le fichó el Kashima Antlers, con el que ganó la liga.

Tras su experiencia en el país del sol naciente, donde pudo probar los productos típicos, regresó otra vez a Brasil, en concreto al Santos. Allí tuvo la oportunidad de marcar a gente como Ronaldo, ya en sus últimas etapas como futbolista.

Sus últimos dos equipos son el Henan Construction de la siempre competitiva liga china y el Comercial, donde permanece actualmente mientras que aprovecha para intentar ligarse a una chica con "tumbao" a ritmo de cumbia.

Fabao, un jugador con cierto karma...